sábado, 9 de abril de 2016

almodovarismo

Almodóvar estrena peli, y me ha dado por poner un radiochip almodovariano. No es que me haya visto todas sus pelis, pero mira... Y oye, que "Los Amantes Pasajeros" no estuvo mal. Me la tuve que ver en italiano, y lo más raruno fue escuchar una especie de acento italo-malagueño impostado de Antonio Banderas. Una cosa rarunísima. A lo que iba... 

Cuando ganó el Óscar de Hollywood prometió dar una rueda de prensa nada más llegar a España. Cómo sería la cosa, que la retransmitieron en directo en "La Ventana". Estaba todo el mundo pendiente de cuál sería la próxima película y de cuáles eran sus impresiones. Almodóvar estaba un poco hasta las narices. No en mal plan... Sino que él sentía que ya no le podían sacar más pelos a la calavera. No quiso hablar mucho de la siguiente película.Aunque mucha gente daba por hecho que sería "The Paper Boy". Y no. Radiochip prensil: 


Pues ahí estaba la voz de Gemma y Elio Castro -tan habitual ahora la pareja-, también Ana Borderas y Jaume Figueras. Y Javier del Pino desde Washington. Lo que dejó a todos con el misterio es... ¿Con quién durmió Almodóvar esa noche? Claro... Él dejó caer la cosa, en la radio decían que sabían quién era la compañía... Pero los oyentes nos quedamos sin averiguar el cotilleo. 

Sin embargo, sí pudimos saber qué es aquello que quiso decir al final de su discurso y que no le dejaron -por eso de no pasarte mil años con el agradecimiento-. Y, como bien apuntaban... menos mal que no lo dijo. 

Ya sé que el radiochip de hoy es largo... Y que no te lo escucharás si no eres muy fan de Almodóvar. Mirad que he quitado cortes de publicidad, boletín... ¿Tiene interés? No demasiado a día de hoy. 

Todo esto para llegar a la reflexión final... El directo es el directo. Te puedes pegar una hora de rueda de prensa esperando que diga algo, que estamos todos atentos. Cuando pasa el tiempo, casi toda la rueda de prensa carece de sentido. Igual que una rueda de prensa de los políticos en la tele. Es la magia del directo y de nuestras expectativas, que hacen que directo podamos tragarnos -en su momento- una hora de preguntas y respuestas. 

Y que esto grabado, en podcast, sin editar, sin un periodista que nos extraiga y nos contextualice todo aquello en un par de titulares... se nos hace bola en el esófago y se nos atraganta. Pero en directo, pues... 

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