jueves, 26 de enero de 2017

crónicas marcianas

Como esto va de radio, no es cuestión de hablar de «Crónicas Marcianas»... ¿O sí? Ya sabéis que por la radio pasa (casi) todo... 

Ayer en Bertín (así le decimos todos al programa, ¿o no?) estuvieron Sardá y Boris hablando de aquel programa de tele que llenó tantas noches de mi vida cuando poner la tele a esas horas era casi «hora golfa» y había que hacerlo en bajito, para que no se enteraran de que estaba viendo la tele a altas horas. 

Recuerdo como si fuera ahora mismo aquel boletín de la SER en que dijeron que Javier Sardá abandonaría «La Ventana» para irse a Telecinco. Estaba yo en la cocina casualmente, la radio estaba puesta —como casi siempre— y justo escuché aquella noticia que hizo que mirara a mi madre con cara de incompresión y le dijera algo así como: «No lo entiendo. No puede ser. Nada será lo mismo.» Más o menos, eso. Aquel día de 1997 fue la primera vez que me sentí decepcionado porque un programa que yo amaba dejaba de existir como tal. 

Este recuerdo de aquel sentimiento es lo que me ha impulsado a escribir esta entrada. 

Porque esto mismo me ha pasado con más programas según han ido pasando los años. ¿Con qué programas os ha pasado eso de enteraros de repente de que dejan de existir y sentís como «un vacío»? 

La cuestión es que no tengo grabación de aquel boletín que me dejó sentado en la silla de la cocina de crío. Ahí, lleno de decepción y cercano al odio. Así que el radiochip de hoy no puede ser aquel boletín de la SER de 1997.

Me acuerdo como si fuera ahora mismo también de aquella entrada del primer programa del «Crónicas...» Era el que cogía el testigo del «Mississsipi», y Sardá, quizá temeroso de que eso no funcionara, quizá temeroso de que las posibles críticas futuras, comenzó pidiendo perdón. Y recuerdo también como si fuera ahora aquellas palabras del final de aquel monólogo que decían: 

«Perdón por ser. Perdón por estar. Y perdón por no estar en la SER.»

Y es interesante también hablar del «Crónicas...» en un blog de radio, porque aquel programa primigenio en estructura casi un calco del programa que hacía en la SER. Muchos colaboradores iguales, algunas tertulias exactamente iguales... Recuerdo perfectamente —os lo juro, muchos recuerdos a la vez— cuando escuchando aquella tertulia «de la peña» (de los locos), Sardá dijo «en la tele saldremos todos» refiriéndose también a ellos. Efectivamente, aquella tertulia se hizo en la tele, aunque durara poco. Hasta el padre Apeles parecía un producto de tele, pero había sido elevado a famoso por este programa y por el «Moros y Cristianos» precisamente porque salía también en «La Ventana». Al principio también salían Faemino y Cansado, igual que en la radio (en el caso de éste último). Y Juan Carlos Ortega, que ha sido Ondas de este mismo año, había formado parte del programa de la tele.. y también de los tiempos la SER. 

Fue un programa de radio que pasó a la tele y evolucionó hasta ser un programa de tele. ¿Se entiende lo que quiero decir? El programa de radio en la tele tuvo que cambiar porque la tele era tele y la radio, radio. Es el mejor ejemplo que creo que ha existido en el que algo que estuvo concebido en radio se hizo grande gracias a que pasó a hacer tele. 

Lo mismo le ha pasado a «El Hormiguero», ahora que lo pienso. 

Otro de los que recalaron en el «Crónicas...» proveniente de «La Ventana» fue Toni Clapés, que de hecho era quien presentaba el refrito de los sábados del programa. Ayer en la radio, en RAC1, Clapés contó que hizo un pacto con Sardá: en caso de que «Crónicas» no chutara, Clapés le ficharía para su nuevo programa de TV3, y si Clapés terminaba su andadura en TV3, Sardá le acogería en su programa. Y así fue.

Esta anécdota y muchas otras la comentaron ayer por la tarde Josep Mª Mainat, Toni Cruz y el propìo Clapés en el «Versió RAC1». Así que tenéis aquí una hora casi entera de recuerdo de «Crónicas...» con mogollón de anécdotas y curiosidades. Radiochip crónico: 



No me dejo a Boris, no... Resulta que Boris también fue al «Crónicas...» procedente de «La Ventana». Pero empezó en la tele cuando ya se había perfilado como una estrella emergente del programa de Gemma Nierga. Boris también pasó del mismo programa de radio al mismo programa de tele, pero más tarde. Él comentaba el corazón en «La Ventana» —¿os acordáis de «El Piscolabis»— y luego se iba a la tele. Boris dejó crónicas, colaboró y presentó otros programas de tele... pero siguió siempre ligado a Gemma Nierga, hasta que hace unos años sus caminos se separaron y ahora colabora en el programa de Lucas, donde no pega ni con Loctite. Es un fichaje heredado de Herrera, pero mira... Qué cosas. 

El imitador oficial del programa que todo el mundo recuerda era Latre. Otro que venía de la radio, aunque no fuera fichado por ser de la radio. Y empezó en la tele acompañado con el que imitaba a Sardá, que era Frank Blanco, luego estrella de Los 40 y que ahora puebla Europa FM. Tampoco era Clapés el primer imitador del programa, ya que como he comentado, se hubo marchado a TV3. El que empezó siendo el imitador oficial era «el hombre sin personalidad», Manel Fuentes, que en Cataluña había estado haciendo un programa que luego fue «ondificado»: «Problemes Domèstics». Con el tiempo, llegó a ser el director del programa de las mañanas de Catalunya Ràdio. Y también presentó un programa en la tele llamado «La Noche de Fuentes & Cía.», que creó un tal... Pablo Motos. Sí, cuando echaron a Julia de Onda Cero, él se fue a crear este programa y luego volvió a la radio para hacer el «No Somos Nadie». 

Sí, no era cuestión de hablar de tele... Como veis, es un programa que se nutrió de la radio, nació de ella y cobró vida propia... cuando pasó a hacer tele. 

Y fue en «Crónicas Marcianas» cuando todo el mundo pudo comprobar que el Sr. Casamajor era precisamente Sardá

Crónicas Marcianas... Un programa de tele, pero su historia pasa por la radio. 

16 comentarios:

  1. Respuestas
    1. No sé por qué cuando había olvidado al escribir la entrada....

      Ayns....

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    2. Bien olvidado en cualquier caso.

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    3. Justo es decir que Cárdenas ya existía antes de Crónicas. Lo creó otro ídolo del blog, Arús.

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  2. "Hasta el padre Apeles parecía un producto de tele, pero había sido elevado a famoso por este programa y por el «Moros y Cristianos» precisamente porque salía también en «La Ventana»."

    ...Y salía en "La ventana" porque se hizo famoso en el "Hablé vosté, callé vosté" de Canal 9, que fue donde lo descubrieron.

    Leer más: http://radiochips.blogspot.com/#ixzz4WorV5A7m

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  3. A mí ese sentimiento de pena porque se acabé un programa me surgió cuando se acabó la etapa de Gomaespuma en Onda Cero para poner a Julia Otero. Como nacido a finales de los 80, solo pude disfrutar a Gomaespuma como programa de marionetas y mp3 sueltos bajados del Kazaa, por lo que poder escucharlos 3 horas todos los días era un gustazo para mí!
    Con otro programa que me ocurrió fue con el No Somos Nadie de Pablo Motos. El tramo que pillaba se camino al instituto me parecía cojonudo. Los que vinieron después... Meh. Y en la infame mezcla de Dustin Hoffman, Frank Miller y un niño mimado en la que se ha convertido Motos en la tv me hace pensar que el de la radio era un gemelo que ha metido en un zulo para hacerse él famoso xD

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  4. A mi me ocurrió con "la Radio de Julia" Recuerdo esa tarde de verano que esperaba para escuchar a M Carmen Juan (antes no paraban en verano), cuando anuncian sólo una hora antes que el programa que ocuparía las tardes desde ya era uno de Jose Ramón Pardo para escoger "la cancion del verano"... cara de no puede ser cierto y me pongo nervioso e intento ver donde puedo sacar más información sobre q c... estaba pasando... Y lo que vino despues ya todo el mundo lo sabe...o no...desde luego merece una entrada de blog...

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    1. No solo la merece, sino que la tiene. Lo que pasa que es una entrada de 2010....

      http://radiochips.blogspot.com.es/2010/08/agostidad-1.html

      (madre mía, cómo pasa el tiempo).

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    2. Lo sé! lo sé! de hecho me debes una hora tremoolina entera!

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    3. Antes del 31 de marzo.

      Prometido por el niño Jesús.

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  5. A mi el sentimiento de pena, porque desaparecen programas, incluso emisoras, me ha ocurrido demasiadas veces. Antena tres, Arús con leche, sabánas con chinchetas, la verbena de la moncloa, la bisagra, el terrat (de los 90), los programas de el cansancio, no somos nadie, el show de los especialistas secundarios, el força barça de la primera época, las emisoras de radio nacional de antes de 2007, Juán Antonio Cebrián.
    Pena y rabia, luego tienes algo de comprensión, porque gracias a que desaparece lo que te gustaba otra gente descubre a esos locutores y los disfruta, pero ya no es lo mismo para ti. Y siempre echarás de menos esos programas de cuando eras joven, y no tan joven.

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  6. Cuando quitaron "solo radio", de Curro Castillo, los sábados en la Cope... recuerdo el momento y donde estaba cuando lo anunciaron, como si fuese ahora... también con pena cuando quitaron "Campoy en su punto", de la gran e inolvidable Concha G. Campoy, en punto radio...y una de las que más me ha fastidiado es que nos han quitado los "carruseles" como tal...

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  7. Claro, a todos los que nos apasiona la radio hemos sentido esa tristeza, ese vacío cuando desaparece ese programa que tanto nos gusta...en mi caso hay muchos, desde la retirada de José María García, Al sur de la semana de Rafa Sánchez, La ciudad invisible en Radio 3, o las Asignaturas pendientes de Garci en Antena 3.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. La pérdida de El Cine De Lo Que Yo Te Diga y su Teófilo El Necrófilo me dejaron una de esas cicatrices que no te puedes tapar por más prendas que pongas encima. Por más que haya productos que se le parezcan, ese era único de verdad.

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  10. Yo descubrí la radio como acompañamiento y entretenimiento con Sardá y su Ventana. De hecho, es el culpable de que aguantase por las tardes delante de los apuntes, así que quizás le deba que ahora tenga una carrera.

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