Alfonso Merlos

El tema del fin de semana ha hecho que pueda escribir una entrada que llevaba pensando allá por 2010 o así... Pero que al final no escribí. 

El protagonista, por supuesto, Alfonso Merlos. Os voy a contar de qué iba a ir aquella entrada que iba a escribir pero que al final no... 

Cuando Federico se fue de la COPE, Ignacio Villa tomó el testigo de las mañanas con sus campanas del averno. Villa, cuando comenzó la COPE esa nueva etapa sin Federico, se empeñó en repetir una y otra vez lo mismo: que era la COPE «de siempre» y que harían otro estilo de radio, sin pasar ciertas líneas y bla, bla, bla...

Os lo traduzco: Cuando Villa decía «de siempre» quería decir la de antes de Federico, como si él no hubiese estado a tope jamás con Federico. Quería decir que serían igual de críticos con el gobierno del PSOE pero sin insultos a troche y moche. Y no, no funcionó. Repetían muchas veces eso de que el estilo de la COPE había cambiaba. 

Y me hacía mucha gracia que había uno de los conductores de sus programas, Alfonso Merlos, claro está, que hacía la radio igual de cañero como si no se hubiese enterado aún de que Federico no seguía en la COPE. Alfonso Merlos hacía la misma radio de «a saco, Paco» que Federico, pero sin sus chascarrillos y ocurrencias. Yo sé que mucha gente ahora critica a Herrera porque si es muy pepero y que si dicen que es muy rancio y mil cosas más. Pero es que toda esa gente no se había puesto jamás a escuchar la COPE con Merlos, por ejemplo. 

El radiochip merliano de hoy no es de «La Mañana del Fin de Semana», que es donde él hacía un informativo sin enterarse aún (parecía) de la marcha de Federico, sino de cuando sustituyó en verano a Ignacio Villa. De hecho, es del día antes de que se incorporara Buruaga a las mañanas de la COPE, allá por 2010. Él tenía 31 años.

Ahora... nadie le puede negar que tenía aplomo delante del micro. 

Y este programa lo he podido poner porque me lo pasó un amigo, Dani, que por suerte lo descargó no sé muy bien por qué. Pero es que tuvo mañanas mucho más destructoras. Daba la impresión de que quería ser más Federico que Federico, cuando era un lanzador de soflamas antes de convertirse ahora en un monologuista incisivo. 

Si os tomáis la molestia de escuchar el programa, lo único que se salva sin sacar todo de quicio es cuando habla de deporte con Gema Santos. El resto de la hora se puede resumir en que el gobierno del PSOE era puto asco, que vaya vergüenza todo, que en España no iba a invertir ni Perry, que Andalucía era un agujero de dinero de la Junta, desfalcos a porrillo... El apocalipsis era poco. 

Y no sólo eso: Ya no es que fuera crítico con el PSOE (en el gobierno entonces) y que exagerara todo a lo loco, o que su línea ideológica fuera tal o cual... Es que en el tramo de la tertulia él era el máximo opinador. Él decía lo que fuera, lo comentaba, y se la dejaba botando al personal para que... no sé... repitieran exactamente lo mismo. Porque no había debate ninguno. Desde luego, ahí debate y distintos puntos de vista no había. 

Pues de eso iba la entrada que iba a escribir hace 10 años: De que Merlos era el único que no se había enterado de que Federico ya se había ido. En 2011, sin embargo, se piró de la COPE (siendo subdirector del programa de las mañanas con Buruaga) y dejó de ser un personaje del día a día de la radio. Luego, si queréis, os metéis con Herrera... Pero ni punto de comparación con lo que un día hubo por ahí.