viernes, 21 de mayo de 2021

respuesta sin repercusión

Ayer en Onda Cero no pudo hacer
lo de las empanadillas de la otra vez.
No sabía cómo enfocar el radiochip de hoy: 
    - La típica cosa que escuchas en la radio y que si no eres del gremio, pasa desapercibida.
    - Cuando un político es preguntado por algo normal y que pertenece a su negociado, pero no se espera que se lo pregunten.
    - Cuando una respuesta de un político es ridícula, pero como no está relacionada ni con Vox ni con Pablo Iglesias, no tiene repercusión alguna. 
    - Cuando las peores preguntas son las más mundanas. 

No sé... Cualquiera de los enfoques me vendrían bien para el radiochip de hoy.

Estaba ayer la ministra Celaá en el programa de Alsina cuando Rubén Amón le preguntó por cómo recuperar la autoridad de los profesores, ya que, según su punto de vista, antes los padres eran aliados de los profesores y ahora, no. 

La respuesta de la ministra, alucinad, fue la siguiente: 



¡Ojo, que trascribo!: «La autoridad del profesor, cada uno la tiene si la... en fin... si sabe... precisamente, establecerla, ¿no? Es decir, la autoridad del profesor no viene por el usted. El profesor es una autoridad pública, es evidente, ¿no?... ¡Es una autoridad! Pero... eh... debe ganarse esa autoridad dentro del aula, como bien sabemos... como bien sabemos. Eh... Y efectivamente, se la gana a través del conocimiento y a través del compromiso con la marcha del alumno. Tiene que conectar, tiene que procurar incorporarse, comprometerse con dar un sentido al aprendizaje del alumno. El alumno muchas veces, la alumna, se encuentra con que lo que está aprendiendo no tiene ningún sentido ni ninguna conexión con su vida. El compromiso del profesor con el alumno, el sentir que el alumno... sentir que efectivamente le importa a ese profesor. Y el profesor, obviamente, mantener su entidad, su autoridad sobre los alumnos, por mayor conocimiento, por mayor compromiso emocional con el alumno. Eh... Muchos profesores, la mayoría de los profesores, saben mantener su autoridad. Algunos, no. Algunos, no». 

Esto compite directamente con los vecinos y el alcalde, de Rajoy. Y además, gana. 

Es que no tengo palabras para describir este tipo de contestaciones. Primero, si esto fuera un examen, es un cero, porque no responde a lo que se le pregunta y porque hace perder el tiempo al que escucha con paja y frases sin sentido. 

Me encantaría que algún día hicieran un monográfico con la ministra sobre el tema de educación, que es a lo que se dedica. 

¿Sabéis qué? Desde hace tiempo he llegado a la conclusión de que, en la radio, las peores preguntas, pero con diferencia, las que ponen en aprietos a los políticos y las que dan respuestas de este tipo, son las completamente normales: las que tienen que dejan completamente fuera de juego al entrevistado. 

La pregunta de Amón era más que procedente: En una sociedad en la que el profesor está desprovisto de la autoritas completamente, qué actuaciones se podrían llevar a cabo para recuperarla. En todos los sentidos. 

Me gustaría que se le preguntase de manera directa si quizá el nivel de la educación baja porque hay cierto miedo de los profesores a suspender a los alumnos, ya que la culpa es siempre del profesor y no de los hijos. Que a la mínima que el chaval suspende, corren rápido a poner quejas a los profesores o directamente a reclamar la nota final, aunque el chaval no haya aprobado un solo examen. Porque ahora parece que si un alumno suspende, la culpa es siempre del profesor. Como dice una amiga: el mayor enemigo de un profesor es el chat de padres, donde se retroalimentan las comparaciones, los bulos de lo que pasa en clase, las exageraciones y los agravios comparativos inventados. 

El resultado es que hay cierta tendencia, digamos, a aprobar a los alumnos para no tener problemas de este tipo. Total... qué cuesta poner un 4 que un 5. Es la tecla de la derecha y ahorra dolores de cabeza. Tengo un amigo que dice que la ESO la aprueba «una gallina bien peiná». 

¿Se ha bajado el nivel de exigencia hasta el segundo sótano para que los niveles sean comparables a los europeos? Eso sería otra pregunta. ¿Bajar el nivel de exigencia hace que los críos tengan la percepción de que se aprueba sin necesidad de hacer nada y entramos en un círculo vicioso? Eso sería otra pregunta. ¿Existe la percepción de que ir a clase es una obligación, aunque en realidad es algo secundario, porque lo verdaderamente importante son las actividades extraescolares de todo tipo, que son a las que jamás se falta aunque caigan tres Filomenas? [Claro, las extraescolares no son gratis y sí les dan valor, porque saben que sale de su bolsillo]. ¿Qué opinan de que los deberes de los alumnos ya no los hagan los alumnos (años 90), ni los padres (años 2000) sino los profesores particulares (desde hace años)? Eso sí, en presencia de los alumnos, esos espectadores que llevan los deberes hechos a clase a precio de oro.

Me gustaría que se le preguntase también cómo es posible que un gobierno que se dice tan feminista permita que en las aulas haya chavales que cuando vaya una chica de 30 años a dar clase se la tome casi por sistema por el pito del sereno, y que en ocasiones algunos alumnos salten con lo de que a ellos no les da órdenes una mujer. Todo el día hablando de micromachismos rozando lo ridículo, y cuando hay situaciones de machismo como casas de tres plantas, aquí no pasa nada, y las profesoras tienen que tragar saliva, y ya. 

Y, en otro orden de cosas, me gustaría saber cómo van a poner en pie un sistema de aplicar conocimientos sin haberlos adquirido antes. La ministra Celaá, en su respuesta, decía que muchos chavales aprenden cosas que creen que no tienen conexión ninguna con su vida. ¡Obviamente! Los chavales pasan años sin tener ni idea de para qué sirve una ecuación, o los mayores para qué sirve una derivada. Ya. La vida es así... Tienes que aprender cosas que todavía no sabes para qué sirven, porque simplemente aún no tienes los conocimientos suficientes para saberlo. 

¿Acaso en algunos niveles de la educación todo se resume en que el profesor se transforme en una especie de animador socio-cultural para entretener a unos chavales que están en el aparcadero de niños? Esto es otra pregunta que se le podría hacer a la ministra en tono inquisitivo, porque en la exageración de la pregunta está resumido el objeto de la crítica. 

Y ya que estoy con el tema, le pregunta a la ministra si cree que las clases siguen siendo como en 1952, aprendiendo listas de reyes godos. Además, si rascara un poco, quizá podría llegar a la conclusión de que lo mejor para que los alumnos aprueben es que se aprendan las cosas de memoria y que sepan hacer los problemas sin pensar, mecánicamente. Es precisamente cuando les toca pensar y estrujarse los sesos en un examen, cuando se enfrentan a una pregunta inesperada, cuando más pencan. 

Por eso, me gustaría que las preguntas a un ministro de lo que sea, en vez de tirar siempre de lo mismo (el fascismo que ahora es todo, el comunismo, Vox, la coleta de Pablo, la corrupción de un asesor de no sé quién), fueran más concretas y mundanas: yendo a lo que importa más al personal. La respuesta de la ministra fue un galimatías sin sentido que demostraba que ni se había planteado este tema, que, este sí, es de todos los días en el mundo de la educación. Sin embargo, esta respuesta no ha salido resaltada en absolutamente ningún informativo. Para mí fue lo más importante de la entrevista. 

Pues eso... Más preguntas concretas y menos de lo de últimamente. Quizá no tengan tantos titulares para luego viralizar en la cultura actual del zasca... Pero a mí me ha quedado claro qué está al final de las prioridades de la ministra: el funcionamiento del día a día de la educación. 

Menos búsqueda del titular y más preguntas conectadas con las cosas concretas. La radio me gusta más así, yendo a lo que sorprende ahora: las preguntas normales. He dejado en el texto de hoy algunas de las que yo haría, por si alguien la pilla con un micrófono delante. 

16 comentarios:

  1. Esperemos que Alsina y Amón tengan la misma incisividad e inclusividad con todos.

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    1. Pero si la pregunta no tenía absolutamente nada de incisiva, ni sacaban hemeroteca de ningún lado, ni la ponían en ningún compromiso.

      De hecho, mi teoría es que van con las preguntas comprometidas preparadas, pero para lo relacionado con su trabajo, no.

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    2. Pues con más motivo debería haber ido preparada la ministra, o será que el incisivo lo hace a mala leche sabiendo de qué adolecía.

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    3. Todas, a ver si es así con Angels, que ni va.

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  2. Estoy de acuerdo con la ministra. La autoridad se la gana el profesor en el aula. La mayoría lo consigue.

    Me parece genial que el profesor sea "autoridad" y que insultarle o agredirle sea delito penal grave. Pero eso para el día a día del aula no sirve de nada.

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  3. No es un problema del Ministerio de Educación, de turno, o de la Consejería de Educación de la CCAA de turno.
    Es un problema de la sociedad, y los primeros culpables somos los padres. Tenemos a nuestros hijos/as totalmente consentidos y no estamos dispuestos a que tengan que realizar un excesivo esfuerzo, ni que les reprendan. Somo los padres los primeros que les quitamos autoridad a los profesores.

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  4. Ay Pacman,como se te ocurre que la ministra del ramo se arremangue y baje a la realidad cotidiana. Está ahí como casi todos los políticos, para decir vaguedades, ya están escarmentados, si concretan demasiado se les cabrea algún sector ofendido. O bien no tienen ni idea y lanzan una pantalla de humo, o tal vez saben que lo que piensan no lo comparte la gente y hay que disimular. O todo junto y se hacen un lío cada vez que hablan. El caso es que no te puedes fiar, no sabes si no saben o si te dicen lo que quieres oír y ya harán lo que les dé la gana.

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    1. Dicho todo con ironía, porque ya está bien de que abran la boca para no decir nada.

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  5. Eso es lo que pasa cuando una paleta es ministra. Y hay más ...

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  6. Soberbio, don Pacman. Y ya que estamos con la repercusión, ¿dónde ha quedado la repercusión de que la ministra de Asuntos Exteriores ha colado a un terrorista con causas penales abiertas a que se cure la Covid con un ¡pasaporte falso!? Y va la tía y dice que eso es discreción. Y ¿dónde ha quedado la repercusión de que un rey absolutista abra la frontera con Marruecos y tire niños al mar? Es que sacaron a niños de las escuelas con el gancho de que estaba Cristiano Ronaldo en Ceuta jugando un partido. ¡Han secuestrado criaturas! Y la izquierda
    ¿ha dicho algo de Mohamed VI?

    Y para colmo, Joe Biden, del que casi se enorgullecía Yolanda Díaz el otro día, ¿a quién ha apoyado? A Marruecos. Supongo que Yoli Tenacillas debe de estar algo descolocada. ¿Un gobierno USA feminista, precolombino y con perspectiva de raza apoyando a una monarquía islamista en la que las mujeres tienen mermados aún sus derechos? Pues sí, señora. Identitarismo e islamismo, conchabados. No sé de qué me sorprendo.

    Saludos,

    Abogado de Antena 3 de Radio

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    1. "[...] Y ¿dónde ha quedado la repercusión de que un rey absolutista abra la frontera con España [...]", queremos decir.

      Abogado de Antena 3 de Radio

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    2. Pregúntele al campechano, que era muy amigo del Hassan, de aquellos barros, estos lodos, que luego Mohamed venía de santito en la época aznaril y zapateril e hizo lo mismo

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    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    4. Qué tendrá que ver el golfo de Campechano con una ministra de Asuntos Exteriores colando a un terrorista con pasaporte falso. El culo con las témporas. Han metido la pata hasta el corvejón y lo que triunfa es el relato buenista, que de bueno tiene lo que Torrebruno de pívot en Los Lakers. Lo reflejó muy bien Berlanga en "Plácido".

      Abogado de Antena 3 de Radio

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  7. Harta de que se hable de Educación sin saber de lo que se habla. Incluída la ministra.

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