el espectador que increpa

Al día siguiente de lo de Sumar la gente estaba esperando la reacción de Pablo Iglesias. Mucha gente estaba esperando el «Ágora» de «Hora 25». Ya habían avisado la semana anterior de que no habría, y de hecho lo que estaban haciendo era un programa especial desde Ibiza. Aun así, hasta en el chat del programa en YouTube tenían un mensaje fijado: «hoy no hay ágora».

Para saber el lunes la opinión de Pablo Iglesias había dos maneras: una su propio canal de YouTube, en el que intervino, y dos, su intervención semanal en RAC1. De hecho, muchos medios de comunicación tiraron de sus declaraciones en el programa de Basté del pasado lunes. 

Muy comentado fue que en LaSexta, en el programa de Ferreras, se oyó de fondo a Lucía Méndez decir por lo bajini: «el problema es que existen», según decían, en referencia a Podemos. Y ahí quedó la cosa, en una cosa que se hizo bastante viral en Twitter, pero claro... Resulta que esa noche, en vez de Pablo Iglesias, los oyentes escucharon en el programa de Aimar, entre otros panelistas, a Lucía Méndez. Y ahí estaban, en Ibiza, de cara al público. 

Todos hemos escuchado programas de radio en los que los oyentes asistentes gritan desde la grada para decir algo: para apuntar una chorrada, para responder espontáneamente a algo que se está tratando, para poder intervenir en directo, para responder a algo... Pero que los oyentes increpen a un determinado integrante de la tertulia... eso no lo había escuchado yo aún, creo. 

Y sucedió el lunes pasado. Estaba Lucía Méndez en el uso de la palabra y uno del público replicó con un «¡el problema es que existen!» que apenas se escuchó en antena. Hay que poner bien la oreja para enterarse de la movida. Lo podéis escuchar en este radiochip méndez: 

En ese momento, Aimar interrumpió para decirle al oyente que tenía que respetar la intervención de Méndez. Yo creo que en antena eso no se entendió del todo... Pero claro, explicar qué estaba pasando quizá, además de interrumpirla, sería gastar tiempo en explicar un tema que no tenía que ver con lo que se estaba hablando, sino con algo sucedido en la televisión y que quizá no estaba captando el oyente... Así que el oyente promedio seguramente no se enteró de la movida. 

Haciendo un poco de chascarrillo, es cierto que no había «Ágora», pero igual que en la tertulia de Iglesias, Margallo y Calvo, siempre se termina metiendo algún tema de algo que ha pasado ese día fuera de la radio y que hay que estar muy al día para entenderlo todo. 

Y ahora me quedo pensando... Antiguamente, en el «Hora 25» de Carlos Llamas, creo que los viernes, había opción para que los oyentes entrasen al final de la tertulia y diesen su opinión. No sé si era más peligroso eso antes o ahora... Pero estoy seguro que los oyentes más guerreros terminarían llamando. Ya no sé si sería buena idea retomar aquello o no.