Me tengo que explicar, claro... Que siempre se está con la diversidad en la boca, pero luego no nos fijamos en las cosas realmente sorprendentes. Porque vale, sí, ya sabemos que la audiencia de RAC1 o Catalunya Ràdio tiene mayoritariamente audiencia independentista, catalanoparlante... Y no tengo datos para asegurar lo mismo con Euskadi Irratia, pero me da que no votan al PP precisamente.
Pero... ¿Qué pasa con Galicia? Un sitio donde hay también otro idioma, un sitio con muchos nacionalistas... Y que curiosamente tiene mucho votante pepero que habla gallego y que vive en pueblos. Es una cosa loquísima si la comparamos con el resto. Esto también se ve con el tema de la radio: todos sabemos que los oyentes del PSOE, Sumar y Podemos son más bien de escuchar la SER y que los que votan al PP son más de oír, por ejemplo, la COPE. Esto son los datos y es lo que dice la teoría. Pero... ¿Y en Galicia? ¿La COPE lo peta en un sitio donde gana siempre el PP con mayoría absoluta? Pues no. Lo vemos en el gráfico, que representa la media de audiencias de las generalistas gordas el último año:
Este es el panorama en Galicia: que aunque gana el PP siempre por goleada, la SER gana con mucha diferencia y las siguientes, casi empatadas, están la COPE, Radio Galega y Onda Cero. Luego, con menor audiencia incluso entre las tres, RNE, esRadio y Radio Voz, que ya sabemos que esta última sobre todo tiene tirón en la zona de La Coruña.
El radiochip de hoy es de Federico: de cuando se anunciaron las elecciones gallegas para hoy a finales del año pasado. Decía que el hecho de que se presentara Vox (que decía que no tenía posibilidad alguna) era contrarrestado con la posible candidatura de Podemos. Pero cuando Federico se puso interesante no fue en ese trozo: fue comentando el fútbol.
Lo de la SuperLiga... Ese culebrón... Más interesante que unas elecciones en Galicia, que suelen ser bastante rolleras.
Ha vuelto a fallar el CIS. Solo acertó una vez, en las generales, pero Tezanos habla como si acertara siempre.
ResponderEliminarEl CIS no falla nunca. Fallan las urnas en todo caso. XD
EliminarNo será porque Paco Marhuenda no nos avisa…y yo la verdad es que no puedo estar más de acuerdo con él. La superioridad intelectual de Marhuenda en el gallinero de Susanna es insultante. Abusa.
Eliminarhttps://youtube.com/shorts/F2tI8Vocqqw?si=JONyeNQzCG-hqprt
Día triste hoy para Manolito Gafotas...
ResponderEliminarDe la mano de Fernando Delgado
EliminarElvira Lindo
3-4 minutes
Es posible que durante cinco años Fernandodelgado y Manolito fueran la pareja más popular de la radio española. Eran muchísimos los oyentes que los sábados y los domingos a las doce menos diez se quedaban sentados en la cocina escuchando el diálogo medio loco, tierno o impertinente de aquel señor de voz extraordinaria y el niño carabanchelero. Con la misma concentración con que nuestras abuelas se arrimaban al aparato a escuchar el serial, seducidos por la misma magia de antaño. Aquellas conversaciones son hoy valiosos recuerdos para varias generaciones que inauguraban los fines de semana con la voz del Pequeño Ruiseñor entonando Campanera. Fernando había escuchado al Gafotas en la madrugada de RNE y se le ocurrió que aquellas historietas de un niño con acento de barrio podían ser la chispa de su A vivir que son dos días. A la guionista que era yo le sorprendió la propuesta porque no veía claro cómo podían entonar aquellas dos voces. Pero la radio es puro milagro, más aún cuando no se veía a través de los móviles, y aquel dúo de seres tan dispares fue encajando y transformándose en una pareja clásica de payasos: el grandón sabelotodo y el pequeño que le saca ventaja con su rapidez verbal.
Ahora creo que el secreto del éxito de aquella pareja cómica fue que Fernando creía ciegamente en la existencia de Manolito. Él mismo era como un niño, uno de esos niños inocentones que se creen hasta los trucos más torpes del mago. Su actitud era tan sincera que no dejaba de sorprendernos: era capaz de reírse de verdad, de emocionarse de verdad y de enfadarse de verdad. Alguna vez, tras una intervención del niño impertinente se quedó mustio y la guionista del espacio que yo era lo llamaba por la tarde y le decía: “¡Pero Fernando, que es de broma!”.
No fue necesario convertir a Fernando en personaje porque en sí ya lo era: se trataba de un hombretón con el alma de un crío con la extraordinaria cualidad de hacer que todas las personas que trabajaban con él lo protegieran, se implicaran en sus problemas cotidianos y le trataran como se trata a un tío torpón al que hay que mimar y cuidar para que no se le caigan las cosas de las manos y no provoque un desastre doméstico. Cuando Fernandodelgado y Manolito representaban su teatrillo en el estudio los compañeros dejaban sus tareas y se quedaban pegados al cristal. Era esa emoción en estado puro que solo se produce en un estudio de radio. Al acabar, tirábamos los guiones a la papelera y emprendíamos el camino a casa. Vivíamos muy cerca. A Fernando no le cabía en la cabeza que una vez terminado el espacio el niño se hubiera esfumado y, no miento, me tomaba de la mano o del hombro con esa fuerza descontrolada de los hombres grandones para cruzar la calle. De nada me valía desprenderme de su mano, había algo que aquel personaje logró despertar en él, una especie de sentimiento de paternidad ante el que yo me rendía.
Cada vez que lo vi a lo largo de estos años se despertaba entre nosotros un eco de aquella tiernísima complicidad. Escribo ahora esto con gran dolor de corazón. Puedo verlo alejarse, aliviando su cojera en el bastón y llevando de su mano a un niño.