Kelvinator

Seguro que has leído [kelbinéitor], pero siento decir que estás en una equivocación tremenda. Aquí se decía tal como lo lees en español. Le llamaban Kelvinator, como suena. Era una compañía de electrodomésticos, aunque sobre todo de frigoríficos. Claro... Lord Kelvin fue el que descubrió que existía un mínimo de temperatura imposible de alcanzar (el cero absoluto, −273,15 °C). Y claro, a esta compañía le dio por llamarse Kelvinator. Imaginaos si tenía que enfriar eso...

Bicheando en la hemeroteca del Diario de Teruel me encontré con esta publicidad:

Ahora Kelvinator sigue existiendo como una marca registrada dentro de la actual Electrolux, pero esto no es lo importante... Esta publicidad, que es de 1968, de hace 55 años, que parece que no dice nada importante para el blog... Mirad justo abajo del todo. Al final pone en pequeño: «Escuche todos los viernes a las 8,15 de la tarde, a través de la gran Cadena SER., el programa 'Operación Kilómetro Uno' presentado por Joaquín Prat». Y esto es lo interesante, claro. 

El radiochip de hoy es de ese año, 1968, y se emitió desde Radio Extremadura, de Badajoz. Allí fue Joaquín Prat para desarrollar el concurso que era para señoras, por supuesto, y en el que podían ganar los productos de Kelvinator. Ojo porque es un rato largo de señoras mayores de voz, pero que se casaban muy jóvenes. Aquí va el radiochip de Kelvinator:

La de gente feliz aplaudiendo a la ganadora de Kelvinator... El «Pasapalabra» de la época. Y después de ese concurso, después de lo interesante para el público, publicidad de Kelvinator larga, larga, larga... Chico, que avisasen de que venían 7 minutos de publicidad, como en Antena 3 ahora. [La parte final del radiochip tiene por encima... cositas que no sé de dónde vienen]. 

También me hace gracia, porque cuando les piden el nombre son de la vieja escuela: de decir nombre y los dos apellidos, como estaba mandado. Suena antiquísimo. Y lo más divertido es que la señora (bueno, chavalilla quizás), decían que ya tenían la lavadora... pero les faltaba el piso. Ya con problemas de vivienda. Y la señora se llamaba Maruja. No me digáis que no es reflejo de una época. Y lo mejor que al ayudante le llaman «coequipier». Me encanta.