la maleta nuclear

Ya sabéis que me da un poco de pereza lo del día de la radio, pero la parte buena es que, además de las típicas cosas, siempre salen momentitos de radio que molan para luego comentar. Hay años que casi todos dan pereza (sinceramente), pero en ocasiones hay momentos que molan mucho. Y hay entrevistas bien curiosas. 

Uno de los ratos de radio que más me han gustado de este año ha sido la entrevista que le hizo Aimar al jefazo de los técnicos de la SER: Alberto Ruano, que lleva 41 años en la SER. Una burrada. [Y sus familiares, casi lo mismo en algunos casos]. Empezó en abril de 1982. Habló del archivo sonoro: que no existía tal cosa en aquel momento porque las cintas eran caras y ocupaban mucho espacio. Además, cada cosa tenía una ficha y ya está. Y sin embargo ahora los sistemas de localización de audios ahora es rapidísima. Es que te lo pones a pensar... y es una cosa flipante. 

Esto y mucho más, en este radiochip ruano:

Que si las cartucheras (y nada de grasa relacionada), que si las canciones en vinilos y tenían que abocar (así se dice) el tema en cuestión... Claro, es que todo esto lo sabemos en teoría, pero mola el pensar que ahora todo es maravillosamente automático o fácil y sin ocupar espacio. 

Habló Aimar de que hace cuatro días, como quien dice, necesitaban unidades móviles y que ahora llevan un Quantum, que no ocupa nada, como quien dice. ¡Ojo! Eso no quiere decir que emitir con eso te asegure hacer un programa que suene bien porque sí... Imagínate que vas a hacer un programa desde una estación de metro, como RNE el otro día. Pues igual no es buen sitio. Una cosa es poder emitir desde cualquier sitio y otra cosa es saber buscar un sitio que no incomode al oyente. 

Explicaba lo que cambiaba en pasta emitir en satélite en los tiempos antiguos (unas 1500 pelas, 9 euros), y que ahora ese precio es perfectamente asumible. Recordó una serie de programas que lo de Gomaespuma emitió desde Ecuador... Y que la conexión funcionó por unos cuantos segundos. Pero bueno, nunca ha llegado la sangre al río, y nunca se ha llegado a cancelar ningún programa desde el exterior, según decía Ruano. Aimar contó una anécdota en la que tuvieron que meter una publicidad desde Londres porque se acababa una batería. 

Hablaron del famoso RDSI... que eso fue el comienzo de la radio desde casa. Los colaboradores fijos y los de la radio que eran importantes tenían una línea de esas y podían estar desde su casita. Una pasada. Eso en la época fue revolucionario. 

Y me flipó lo de la «maleta nuclear»: un equipo preparado en perfecto estado para poder emitir en caso de emergencia total. Mola mogollón pensar que siempre hay una garantía de que puedan emitir desde cualquier sitio: desde el 99 % de los sitios según Ruano. Que igual desde la Antártida no (aunque no será la primera vez que la radio fuera allí), pero bueno. 

Dijo que Carrusel Deportivo es el programa más chungo de hacer. Explicó cómo aquello de las transmisiones empezaron poco a poco y que ahora son mogollón de días y que duran una eternidad y con un montón de colaboradores: hasta estaban pensando cómo ampliar el número de canales del estudio principal, que tiene 45 canales. Que eso pasa también con los días de elecciones. Y luego, lo de las señas: que cuando no había mensajería interna, todo tenía que ir a través de señas. Pero que ahora no eran tan necesarias. 

Una cosa que dijo Aimar: lo de la camiseta de la SER, el sentir que esa empresa es un poco como la familia. Lo decía también Ruano. Sin embargo, en la entrevista del otro día a De la Morena en la COPE... él opinaba que desde hacía algunos años él pensaba que él conoció otra emisora. Claro, esa sería alguna de las razones por las que decidiría irse. Pero bueno, cómo no preguntarle eso a una persona que lleva toda la vida ahí.