Cuál ha sido mi sorpresa cuando una chorrada dicha por Feijóo para despedirse (lo de que las vacaciones están sobrevaloradas) ha sido tomada no como un chascarrillo cutre de despedida para «consolar» a los que se quedan de guardia, sino como algo que hay que tomarse en serio y como si detrás estuviera la intención en la próxima legislatura de prohibir las vacaciones a todo el mundo de una vez ya mientras nos grita «¡vagos!» desde la televisión pública mientras Abascal ríe de fondo mientras azota a un negro. Va en serio... Que ayer en La 1 estuvieron hablando de este tema como si realmente hubiera algo más y poniendo las imágenes de Feijóo con Marcial Dorado.
Atenerse a la literalidad de lo dicho en un chiste o chascarrillo, más allá de demostrar poca simpatía por el personaje y grandes ganas de manipular a la audiencia, me sabe malo porque es tratar al espectador o al oyente de gilipollas. Que en un medio de comunicación estén hablando de un chiste como si fuera algo realmente serio... Es tratar al espectador de imbécil. Me sabe fatal cuando al oyente le tratan de tonto y manipulable.
Muchas veces se dice en la radio que se pilla mal la ironía. No es así. Es que a veces hay algún oyente que es verdaderamente gilipollas y no sabe pillar qué se dice, con qué intención, en qué contexto y demás. Creo que en los medios hay que tratar al oyente de inteligente y arriesgarse a que cuatro chalados se crean que todo lo que se dice hay que entenderlo literalmente. El hecho de que los propios periodistas jueguen a tomar como literal algo que es una chorrada figurada me parece claramente ofensivo. Además, juegan a creerse que están intelectualmente por encima de los espectadores... cuando, en ocasiones, su formación está tan inventada como la de la de muchos políticos.
Como aquí sobre todo hablamos de radio, en vez de cuatro oyentes gilipollas, son tres. Resulta que el nivel de formación medio del oyente de radio es mayor que el del resto de medios. Así que se pueden permitir el lujo de hacer espacios de radio (lo que pongo hoy) donde se pueda leer entre líneas, se pueda hacer el tonto e incluso se pueda jugar en lugares imaginarios donde se haga humor. Es lo que viene siendo un sainete: una pieza dramática popular o costumbrista durante el intermedio de una función.
Tomemos «función» como «programa de radio», como siempre hacía De la Morena.
Ahora Ángeles Caballero es una habitual de la SER (una muy habitual de la SER quien, entre otras cosas, es una de las estrellas fijas de la «Cena de los Idiotés»), pero antes en el «Más de Uno» de Onda Cero hacía eso: sainetes. Me refiero a esas piezas cortas humorísticas costumbristas en las que contaba cosas... Y como es verano, he seleccionado uno de esos momentos que fue titulado «Vacaciones Sobrevaloradas».
Es que esto, como habréis escuchado, se hizo en el verano de 2020. [Lo notaréis porque hay momentos en que canta que es una conexión que hace desde su casa]. Mucha gente no se fue de vacaciones a ningún lado y... chico... las vacaciones en el fondo «estaban sobrevaloradas». ¿Qué decir a una audiencia que seguramente estaría en su casa y saliendo de casa solo con mascarilla? Pues de eso iba el sainete.
No, Ángeles Caballero no quería convencer a su audiencia de que tenían que trabajar ininterrumpidamente hasta su jubilación o incluso su muerte... Simplemente la gracia era esa. No es tan difícil. Era eso: un sainete. Estaría entretenido que sacaran esto el día que la premien con algún galardón literario y dijeran que Ángeles Caballero estaba contra las vacaciones, que quería eliminar los derechos de los trabajadores y demás. Sería genial celebrar un premio literario haciendo honor precisamente a la literalidad y no a la literatura.
Ahora que lo pienso, en estos años la SER ha robado de Onda Cero a Jabois y a Ángeles Caballero. Espero que lo haya entendido todo el mundo: no quiero que los periodistas de La 1 me acusen a mí ni a nadie de insinuar que Aimar fue a Onda Cero de noche, les metió a ambos en sendas bolsas y les dejó respirar cuando llegó a la Gran Vía. Al menos les invitó a cenar. De eso no tenemos duda.