rosas

Puedo decir que fui al último concierto de La Oreja de Van Gogh con Leire Martínez como cantante. Fue el lunes 7 de octubre en el Espacio City que preparan siempre para las fiestas del Pilar. Aunque habréis visto el vídeo del último concierto como si hubiera sido anteayer, esas imágenes son del lunes pasado. Yo vi esa canción en la que la propia Leire se la pasa prácticamente llorando y el público cantando a lo loco casi toda la canción. Lo que no se ve en ese vídeo es que luego toda la carpa (que de máximo cabían veinte mil personas) se pusieron (nos pusimos) a gritar su nombre como si no hubiera un mañana. 

Me hacía ilusión ir a ese concierto porque hacía 25 años vino el grupo con Amaia Montero cuando eran un grupo que empezaba y sólo tenían un disco. Y fui, claro. De hecho, en este último concierto no cantaron ni una canción de ese disco original. Hubiera pagado más por escuchar en directo alguna de esas canciones que ponían en «La Gramola» cuando era un grupo que no se conocía apenas. 

No sabía qué radiochip poner: si de aquellas veces que ponían al grupo cuando aún no eran lo famosos que fueron, de si algo de cuando empezó Leire, de Amaia... Es que el debate ayer era si esto pasaba por los rumores de una supuesta vuelta de Amaia (cosa que molaría... si no fuera que le hubieran hecho la cama a Leire para que esto ocurriera), de si iban a coger a una de OT... Es que no se sabe. Todo rumores y no se sabe. Se cachondeaban en Twitter en alguna cuenta diciendo que las banderas de Cadena Dial ondeaban a media asta. Pero en realidad, las banderas que deberían ondear a media asta serían las de Los 40. 

He decidido poner un momento de «Lo + 40» del año 2003 en el que presentaban su tercer disco. Ya os dije que íbamos fuertes de 2003 este trimestre. Sí, de esa época en la que se presentaban los discos de los grandes grupos con entrevista fuerte en horario de máxima audiencia (el programa de Frank Blanco y Sira Fernández era líder por encima de «La Ventana»). Y una de las canciones que sonaban ahí en esa presentación era precisamente «Rosas» que fue nº 1 de Los 40 en noviembre de ese mismo año. Y que fue justo la canción en la que Leire se pone a llorar en el último concierto. ¡¡Algo tenía que poner que tuviera todo el sentido!!  

Se preguntaban si el disco que iban a sacar tendría el mismo éxito que el anterior y todo eso... Y claro, no sé exactamente cuántos discos vendieron, pero fue una fábrica de himnos. De hecho, «Rosas» está considerada una de las mejores canciones del grupo y del pop en español. Bueno, esto último lo digo yo, y eso que me parece que tienen incluso canciones mejores. Por cierto, en los conciertos con el primer disco terminaban con «La Estrella y la Luna», una canción claramente infravalorada.