El martes en el "Hoy por Hoy" Aimar Bretos entrevistó a Arnaldo Otegi. Y ocurrió en la red lo que pasa siempre que hay una entrevista a alguien de "tipo Otegi"... Críticas y más críticas a cholón. Las críticas no vinieron en ningún momento del contenido en la entrevista. Nadie ha dicho que Aimar hiciera una mala entrevista, ni que le diera un masaje, ni que no le sacara ningún titular, ni que no le preguntara por los temas que tendría que tocar o que fuera un tostón.
Todas las críticas vinieron del hecho de la propia entrevista tuviera lugar.
Por cierto... la entrevista viene en este radiochip bíldico:
Mucha gente en la red estaba que trinaba. Yo creo que deberíamos saltarnos todos los despotriques variados y entrar en el meollo del asunto:
¿Entrevistar a alguien es legitimar su discurso?
Esta es la pregunta a la que hay que contestar. Herrera, por ejemplo, lo tiene claro. Él repite una y mil veces que no entrevistaría a gente como Otegi porque darle voz sería legitimar de alguna manera sus actos, su manera de pensar o su pasado, o todo lo que se os ocurra. Dar voz sería igual a avalar aunque sea solo una chispina.
Yo, como oyente, antes incluso de ponerme a analizar en mi cabeza si esto es así o no una vez más, me pregunto si esta entrevista que hizo Aimar me aportaba algo. La respuesta es que sí, obviamente. Básicamente porque algunos medios que "no darían esta entrevista jamás", reproducen en parte lo más interesante de su contenido. Por tanto... ¿están legitimando ellos mismos la entrevista, y por tanto su realización? Yo creo que sí, aunque solo sea la puntita.
Pero... ¿En la SER estaban más preocupados por dar altavoz a alguien o de informarme? Pregunta tramposa... ¿Por qué todo el mundo opina que esa entrevista la decide la SER en plan "orden desde arriba para que se le entreviste y se le dé voz" y no como uno o varios periodistas de un programa que consideran que esa entrevista es interesante para el oyente?
Aunque Otegi no pareciera saberlo (ya que en la entrevista le trata como a un señor mayor lejanísimo madrileño y capitalino) Aimar es guipuzcoano y sabe vasco. En el clavo, oye. ¿No podemos pensar que a él y a su equipo simplemente le hubiera parecido interesante entrevistar a alguien que quiere presentarse por Bildu en unas elecciones que habrá dentro de un mes? Porque por el programa no sé si han pasado todos o casi todos los demás candidatos.
Y digo más... Creo que a veces no es tan difícil establecer una línea entre lo que dice Herrera de "legitimar" y lo que es informar. Si la entrevista no viniera a cuento, hubiera sido un masaje -que diría Monegal- o simplemente hubiera sido un publirreportaje, entendería que estaban jugando a hacerle el juego a Otegi. Pero... Los oyentes tenemos derecho a saber. A estar informados. Y creo yo que a los oyentes nos interesa saber si Otegi quiere que se disuelva ETA, si pide o no perdón a las víctimas, o si se lleva bien o no con los de Podemos dado que según él hay muchos ámbitos de entendimiento, y Podemos ya ha ganado allí dos elecciones. A mí, como oyente, me interesa saber estas cosas, y eso que no soy vasco. Y creo que entre el "dar bombo" y el "informar al oyente", estamos más cerca de lo segundo que de lo primero.
Desde luego es un tema que no está claro de manera categórica. Igual que puede ser cierto que entrevistar puede llevar a la legitimación en parte, tenemos que tener en cuenta que los oyentes queremos y tenemos derecho a estar informados. Y que también podemos pensar por nosotros mismos. Hay un punto medio que es complicado determinar en ocasiones. Pero a veces este punto claramente está más cerca de un sitio que de otro. Y yo, como oyente, escuché la entrevista y me hice mi propia composición de lugar. Que para eso sirven las entrevistas si están bien hechas.
Aimar Bretos en HxH hace que el programa no tenga nada que envidiar a su edición de invierno.
ResponderEliminar(Respondiendo a tu pregunta: no, e incluso si efectivamente se legitimase hay otras muchas formas de dar legimitidad a alguien en los medios con menos utilidad que la de una buena wntrevista)
Para mi gusto, el programa de invierno tiene mucho que envidiar al de Aimar Bretos. Lo mismo vale para Pedro Blanco.
EliminarBueno es que en el caso de Pedro Blanco para mí es sencillamente mejor. Deberían replantearse estas cosas. Son nombres que no tienen tanto tirón, pero en fin, creo que superan a los titulares.
EliminarHerrera no entrevista a Otegi, no vaya a ser que le de sopas con honda, como hacía el propio Rodríguez (Zapatero) cuando iba.
ResponderEliminarCada cual se busca las excusas que puede.
Joer, cómo mola meterse con el crack de las ondas. Lo hace todo bien, salvo entrevistar a políticos. Nadie es perfecto.
EliminarPor supuesto que entrevistar a Otegi no es legitimar su discurso. Por esa simple regla en el periodismo solo se podría conversar com muy poca gente. Ejemplos tontos, ¿quién no hubiera entrevistado a Bin Laden de haber tenido la oportunidad? ¿Entrevistar a Bush o Aznar es legitimar la guerra de Iraq? A veces nos ponemos muy exquisitos, pero todos esos que criticaban seguro que oyeron la entrevista. Por algo sería.
ResponderEliminarYo al Otegi me parece bien entrevistarlo, al de hace 10 años, un decir, con muchas dudas, pero creo que también.
ResponderEliminarEs la diferencia entre el periodismo ideal y el real, que cuando vemos que lo ideal se impone nos parece hasta raro, acostumbrados como estamos a lo real, mucho más miserable. Y el ideal nos dice que el periodista ha de ser objetivo, más allá de sus creencias personales y ser capaz de hablar con quien sea, aunque se tratara del mismo Adolf Hitler, no tienes que estar de acuerdo con el entrevistado pero tienes que ser capaz de hablar con él honestamente, poniendo lo bueno y lo malo sobre la mesa. Pero ya tenemos asumido, periodistas y público, que las entrevistas han de ser masajes y besuqueos babosos porque "es uno de los nuestros" o sesiones de tortura porque "es el enemigo", que se hacen raras situaciones como ésta de Bretos con Otegi, despojadas de sensacionalismo.
ResponderEliminarOjalá la SER trabajara más en esta onda con sus contenidos que en el postureo barato o en ciertos clientelismos en los que cae otras ocasiones. Pero claro, ahí ya volvemos al ideal utópico, en el que los medios no tendrían que ser trincheras para refugio de aquellos que piensen de una manera y quieran sentirse recompensados en sus creencias por los locutores a sueldo de los prejuicios ideológicos de cada uno. Y también mucha gente de a pie debería tomar nota de ello antes de acusar solo al periodismo, de buscar su particular "dictadura ideológica" en la que todo el que no piense como ellos es idiota o un monstruo
No digas lo de Hitler, hombre, que Buenafuente va a hacer un sketch a tu costa.
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