Si tuviera que escribir un decálogo con mis 10 mandamientos sobre la radio, uno de esos 10 sería "no cortar el rollo". Prohibido, y hacerlo debe ser penado y sancionado.
Y, como los mandamientos, todo se puede resumir en uno final: no cortar el rollo. Nada tiene sentido sin el decimoprimero. Todo, todo, todo, se puede resumir en una cosa: tienes que conseguir que el que oiga la radio no piense en nada más, que esté a gusto, que no tenga intención ninguna de que venga alguien por la puerta, le llame y le joda la escucha. Mirad que es difícil...
El otro día hablaba de que había algunos colaboradores de la radio que dan más de lo que en un principio se les pide. Suelen ser colaboradores de lo más variopinto, un tanto histriónicos, y casi siempre personas que funcionan bien de colaborador pero no de presentador. Buf... veo que he abierto 3 párrafos, y me estaría horas explicando cada una de estas ideas. Voy al grano:
Uno de esos colaboradores es Máximo Pradera. Es uno de los que "toman el té" en el programa de Julia Otero. Lunes, Espada; martes, Calleja; miércoles, Naranjo... y el jueves, Pradera. Quitando Calleja (que igual es el más plano y poco sorprendente), el resto siempre dicen cosas interesantes. Creo que Julia por fin ha dado con el truquillo para comentar la actualidad... ni comienzo con Alsina -no porque no molara, sino porque no era cuestión de empezar tensos-, ni comentarista de cabecera, ni "tuits" de actualidad... Lo que mola es el "Tea Party". Es más: el día de Máximo Pradera es cuando, sinceramente, lo que menos me importa es lo que opine políticamente. Lo que me gusta son las cosas que le vienen a la cabeza a Máximo para comentar. Un señor que va a comentar la actualidad y al final me da igual lo que opine, porque quiero saber qué se le ha ocurrido. Da más de lo que se le espera.
El jueves pasado Máximo Pradera estuvo en el programa que hicieron en Vitoria. [Inciso: madre mía, la de veces que sale Vitoria en este blog, y eso que no he estado ahí en mi vida.] Estuvieron hablando en la hora anterior sobre el General Álava, la batalla de Vitoria, y toda esa parte de historia de la Guerra de la Independencia que se conoce poco. A todo esto, comienza el ratito de Máximo Pradera. Y escuchad... Máximo, al toque, empieza a comentar cosas que no vienen al caso, pero que a mí me tenían parado escuchando. Escuchad el radiochip máximo:
A lo que Julia, puesto que la sección va de comentar la actualidad, da un giro a los temas y reconduce la sección... ¡Mal! ¡No! ¿Por qué? ¡Pero si estábamos todos que en ese momento nos la pelaba la actualidad, la madre de la actualidad y la abuela de la actualidad!
Que sí, que teóricamente vas a hablar de lo que ocurre en el día... Es como si vas buscando setas, pero te encuentras con una pepita de oro y no la coges. "No, es que yo venía a por setas". ¡No me seas cabezacuadrada! Cuando un día uno va a hablar de noticias y termina hablando de estas historias, y ves que el público está entregado escuchando, pasa de la actualidad. Pasa. Si voy a tu tienda a por setas y me estás dando oro, tranquilo que no te lo voy a rechazar.
Y pasa lo mismo cuando en un gabinete se enzarzan con una conversación que nada tiene que ver con el tema pero es más interesante. Pasa lo mismo cuando Adriansens se va por las ramas y empieza a contar una historia que nada tiene que ver con casi nada. Y pasa lo mismo cuando a Lucía Etxeberría le da un siroco y empieza a contar unas historias suyas de lo más extraño y que "no nos interesan". Y pasa lo mismo cuando en cualquier programa, cualquiera, pero cualquiera, están con un tema no previsto y atrapa nuestra atención. Cuando el presentador reencauza el tema, que se dé cuenta de que NOS está cortando el rollo. Actúa como ese amigo que llama sin avisar a la puerta en mitad de. Actúa como esa escena soñada en la que una señora interrumpe de repente porque quiere pasar por en medio. Como cuando todos sonríen porque ha ocurrido algo divertido e inconfesable y alguien suelta: "no lo he entendido". Como cuando sales de fiesta sin haberlo planeado, te lo estás pasando genial a las tantas y suelta uno: "oye, que habíamos dicho de volver pronto".
A los conductores de los programas: Cuando encontréis las momentos-pepita de oro, no sigáis buscando setas. Dejadnos disfrutar de la pepita. Y ojo con los programas en los que jamás hay riesgo de cortar ningún rollo. Poco suelen valer la pena. Y en programas como éste, muchos días, aunque no me dejen disfrutar de toda la pepita, al menos juegan en el terreno en donde aparecen.
Que sí, que teóricamente vas a hablar de lo que ocurre en el día... Es como si vas buscando setas, pero te encuentras con una pepita de oro y no la coges. "No, es que yo venía a por setas". ¡No me seas cabezacuadrada! Cuando un día uno va a hablar de noticias y termina hablando de estas historias, y ves que el público está entregado escuchando, pasa de la actualidad. Pasa. Si voy a tu tienda a por setas y me estás dando oro, tranquilo que no te lo voy a rechazar.
Y pasa lo mismo cuando en un gabinete se enzarzan con una conversación que nada tiene que ver con el tema pero es más interesante. Pasa lo mismo cuando Adriansens se va por las ramas y empieza a contar una historia que nada tiene que ver con casi nada. Y pasa lo mismo cuando a Lucía Etxeberría le da un siroco y empieza a contar unas historias suyas de lo más extraño y que "no nos interesan". Y pasa lo mismo cuando en cualquier programa, cualquiera, pero cualquiera, están con un tema no previsto y atrapa nuestra atención. Cuando el presentador reencauza el tema, que se dé cuenta de que NOS está cortando el rollo. Actúa como ese amigo que llama sin avisar a la puerta en mitad de. Actúa como esa escena soñada en la que una señora interrumpe de repente porque quiere pasar por en medio. Como cuando todos sonríen porque ha ocurrido algo divertido e inconfesable y alguien suelta: "no lo he entendido". Como cuando sales de fiesta sin haberlo planeado, te lo estás pasando genial a las tantas y suelta uno: "oye, que habíamos dicho de volver pronto".
A los conductores de los programas: Cuando encontréis las momentos-pepita de oro, no sigáis buscando setas. Dejadnos disfrutar de la pepita. Y ojo con los programas en los que jamás hay riesgo de cortar ningún rollo. Poco suelen valer la pena. Y en programas como éste, muchos días, aunque no me dejen disfrutar de toda la pepita, al menos juegan en el terreno en donde aparecen.
Las historias de Lucía molan.
ResponderEliminarMáximo Pradera está irreconocible en la foto. Si me dicen que es el mismo que salía en Lo + Plus y no llego a saberlo, no me lo creo.
ResponderEliminarCalleja también tiene sus puntos y sus expresiones propias como lo de "para los muy cafeteros" o cuando saluda en plan cubano ;-)
ResponderEliminarPero ni los Tuit de Actualidad ni el Tea Party ni los axfisiantes Espada vs. Rahola han igualado la química entre Otero y Alsina, me encantaban sus mano a mano (¿de verdad se llevan regulero estos dos?). La explicación oficial para que lo dejara Alsina era incompatibilidad de horarios.
En cuanto a Pradera, raro que no comentes que formó parte de Lo Que Yo Te Diga (no hay que perder oportunidad de recordar y reivindicar al Dream Team). De hecho, Pradera es el único que tenía el ego hiperdesarrollado en ese colectivo.
Por cierto, ¿al final Julia en la Onda se alarga hasta las ocho o no?
Es que eso queda pendiente para un radiochip-Máximo :D Y que es imposible poner todo. Si los post fueran largos poniendo todo detallado hasta el fin sería un post de Dialca :D
EliminarNo sé aún qué harán con la hora de regional.
¡Zas! en toda MI boca :-P
EliminarHoy jueves Máximo ha tenido otro momento "por favor, no cortar el rollo" contando su experiencia en la tertulia de Antonio Jiménez en 13TV.
Un placer regresar a RadioChips (pese a mi silencio no lo he dejado de leer y escuchar ni un solo día).
Muy deacuerdo con el radiochip d hoy, y todavia espero el prometido con una hora tremolina!
ResponderEliminarMáximo Pradera está escondido en un programa de la Cadena SER. ¿Adivinan cuál?
ResponderEliminarYo me le imagino apostillando, pero no estoy seguro...
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