Pues sigamos con las casillas del Monopoly. Ahora toca la primera estación, donde está un trenecito muy majete. El primer tren que se me ocurrió que tuviera que ver con la radio es "El Tren a Xanadú". ¿Que qué fue eso? Yo lo considero uno de los programas pioneros dentro del mundo del postureo pardo. A ver si me ayudáis a recordarlo...
Cuando presentaron la programación, lo de Gurruchaga iba en plan "toque de calidad". Correría el año 2000, de nuevo esos tiempos de Telefónica en los que en vez de una radio parecía que tenían entre las manos el Candy Crush, que vas probando, vas probando, y si luego sale mal, pues pides una vida a un amigo y punto. Que tampoco se paraban mucho a pensar.
La gracia de ponerle Xanadú como destino del tren es que era como ir en un tren, que era una cosa como romántica, y que llegaba a ese mundo idílico que tal y cual... o sea, en plan poético-culto-postureo, antes de que existiera el concepto. Mucho concepto, mucho nombrecito, y luego aquello me sonaba a bodriamen. Una cantidad de pretensiones brutales. Decía Gurruchaga que quería revivir el espíritu de la radio de los años 50, que quería hacer el programa en directo, en el "Broadway madrileño", y que fuera eso lleno de boato y lujo. ¿Algo más pretencioso, por favor? ¡Que era un programa de viernes noche! De hecho, en el ABC ponía (cosa que no recuerdo) que "actores desconocidos interpretarían guiones nuevos y de los Hermanos Marx". O sea, que sí se podía ser más pretencioso. Y quería traer a nuevos valores, a figuras consagradas... todo eso, en un programa que no sé si duraría tres o cuatro horas de madrugada. Por dios, si es que hasta me estaba agobiando de escribir.
Recuerdo poco de aquel programa. De hecho, recuerdo poco porque lo crucifiqué la primera vez que lo oí. No sé si me falla la memoria (quien oyera ese programa, que comente bien cómo era), pero me viene a la memoria algo en plan orquesta a toda hostia mientras Gurruchaga gritaba "¡tren a Xanadú!" ahí todo loco durante minutos y minutos, con trompetas por aquí y bombos por acuyá. Y que aquello no terminaba jamás. De hecho, el radiochip de hoy es la única grabación que tengo de aquel programa. Después de toda esa pompa, el rato que tengo de ese programa es el radiochip xanaduniano de hoy:
Eso es lo que duré oyendo el programa cuando dije: "voy a grabar algo". Mestizaje, Edith Piaf, racial, flamenco, trabajo conceptual... En 17 segundos, 4 postureos pardos. Ni Francino es capaz de superar ese número de postureos por minuto. Es muy difícil. Probadlo... Es que de manera natural no os salen tantos postureos ni ensayando. Por eso duré nada oyéndolo. Ya os digo, cruz y raya.
Tal era mi nivel de horror con respecto al programa, que pronostiqué retirada prematura. Decía Gurruchaga que como colofón a final de temporada quería que fuera tener a Ute Lemper en directo. No sé si esto ocurrió o no, pero la cuestión es que duró hasta final de temporada el programa, ante mi sorpresa. Eso sí, nunca más se supo de tal programa.
La última vez que escuché a Gurruchaga por la radio fue en Rock FM. Iba en el coche con dos amigos para salir un sábado, y dijimos: "hostia, si es Gurruchaga", y tengo que decir que nos quedamos tan ricamente escuchándole a él y la música que ponía. Qué curioso... lo bien a gusto que lo escuchamos en esta emisora (él, el micro y la música) y lo poco que podía soportar aquel exceso de programa.
Quede esta casilla por dejar constancia de todos esos programas llenos de postureo, que intentaron ser lo más de lo más y terminaron siendo una cosa de la que casi nadie se acuerda. Bueno, igual me equivoco y érais algunos oyentes fieles... Estas cosas, nunca se sabe.
Tal era mi nivel de horror con respecto al programa, que pronostiqué retirada prematura. Decía Gurruchaga que como colofón a final de temporada quería que fuera tener a Ute Lemper en directo. No sé si esto ocurrió o no, pero la cuestión es que duró hasta final de temporada el programa, ante mi sorpresa. Eso sí, nunca más se supo de tal programa.
La última vez que escuché a Gurruchaga por la radio fue en Rock FM. Iba en el coche con dos amigos para salir un sábado, y dijimos: "hostia, si es Gurruchaga", y tengo que decir que nos quedamos tan ricamente escuchándole a él y la música que ponía. Qué curioso... lo bien a gusto que lo escuchamos en esta emisora (él, el micro y la música) y lo poco que podía soportar aquel exceso de programa.
Quede esta casilla por dejar constancia de todos esos programas llenos de postureo, que intentaron ser lo más de lo más y terminaron siendo una cosa de la que casi nadie se acuerda. Bueno, igual me equivoco y érais algunos oyentes fieles... Estas cosas, nunca se sabe.
Hubiera preferido El tranvía de Olga.
ResponderEliminaro el treeeeeeeeeeeeeeeeen de la copeeeeeeeeeeee
EliminarLo mejor de ese programa eran las entradas telefónicas desde los festivales de cine del genial Luis Alegre.
ResponderEliminarAlegre es un pelma que se dedica a babear cuando entrevista a sus amigos.
EliminarYo no sé si lo diría con esas mismas palabras, pero sí, Alegre siempre que entra en la radio yo pienso: "pero exactamente ¿qué pinta?"
EliminarSí, intentando demostrar lo supercolegui que es de algunos entrevistados ha producido numerosos momentos de vergüenza ajena.
EliminarLos lametazos que puede dar en algunas entrevistas son ciertos-cuando entrevista a Penélope o Maribel por ejemplo-. Pero la erudición, la serenidad, la cercanía que aporta este genial agitador cultural es indudable. El programa que hacía en Aragón TV llamado Reservado, es uno de los mejores programas de entrevistas que se han visto recientemente en televisión.
EliminarEn cuanto a postureo , tampoco se quedaba corto uno de Radio3 con Paco Clavel acompañado por un hibrido de famosa antigua y travesti en horas bajas y que poniendo musica antigua y sin interes , se creian la ultima Coca Cola del desierto...
ResponderEliminar¿De verdad no sabe escribir de otras cosas que no sea esa chorrada del postureo? Es usted bien cansino. No se queda a la zaga del murciano paleto.
ResponderEliminarSeñores que leen blogs que les resultan cansinos. Y señores que dicen a autores de blogs personales de qué no deben escribir. Un hobby como otro cualquiera xD
ResponderEliminarSi tan cansino te resulta, no sé por qué perder el tiempo aquí...
ResponderEliminarEl tren a Xanadú fue el típico caso de no darse cuenta nadie de lo qué va el negocio. Gurruchaga se creía que estaba haciendo una superproducción de televisión, no un programa de radio en horario de segunda, de noche los fines de semana. Llegó pidiendo un portero negro vestido de uniforme para recibir a los invitados, un micrófono antiguo que bajase desde el techo... Algunos programas se hicieron desde un teatro de Madrid, y el público asistente era en su mayoría la masa noctámbula de la noche urbana: tirados, pirados, colgados y juerguistas de diverso pelaje. Vamos, todo glamour.
ResponderEliminarNi contratas a Gurruchaga para un programa de bajísimo presupuesto (que todos conocemos cómo es) ni te crees que estás haciendo un music-hall cuando lo que tienes es un programa nocturno con un técnico y una productora.