barrio sésamo y la radio

Llevo tiempo pensando en hacer alguna entrada sobre los niños y la radio. Bueno, varias. Pero me faltan archivos sonoros (los que serán radiochips) y datos... Así que comienzo haciendo un llamamiento para que mandéis recuerdos y hagáis memoria. La verdad es que antes los programas para niños sí tenían cabida en la radio. Actualmente no. El EGM además recoge la audiencia de la gente que tiene capacidad adquisitiva, así que los oyentes menores de 14 años simplemente no interesan... ni siquiera a la radio pública. 

Tiene gracia, porque nunca se ven a los niños como futuros oyentes de radio. Y los recuerdos de infancia... están ahí grabados a fuego. Una de las entradas con más éxito del blog fue cuando pillé la entrevista que Marta González Novo le hizo a Chelo Vivares, es decir, Espinete. 

Resulta que hace 30 años ya, en 1983, TVE pasó de la Gallina Caponata y Pérez Gil, y pusieron a los buenos, buenos, que eran Espinete y compañía. Mil meriendas he hecho viendo Barrio Sésamo, porque aquello duró hasta 1988, en que cambiaron mi amado Espinete por Yupi y su paja espacial. (Los que fueran también críos pequeños de aquella época habrán entendido esto último). 

Y los críos, que muchos no pasábamos por la radio sino por la tele, veíamos a Don Pimpón, que era... un bicho, porque ya me diréis qué animal era ése, y que para ser el mejor amigo de Espinete, no estaba nunca, que siempre estaba viajando. Luego estaba Chema, el panadero (que en la vida real era el marido de Espinete), estaba Julián, el quiosquero que también salía en la temporada de la gallina horrible y el caracol del averno, salía Ana (es Ana), Matilde y Antonio (los horchateros), sus hijos Ruth (que años más tarde la actriz hizó un paripé en el programa de Pepe Navarro y que aún recuerdo) y Roberto, y luego algún personaje más... Y, por supuesto, los muñecos americanos y que en cada país se llaman de una manera. Que si Epi, Blas, Triki (el monstruo de las galletas), el conde Draco y... ¿cómo acordarme de todos? Incluso de los Nabucodonosorcitos.

Ya, ya, que esto ha empezado con una excusa de radio, y ha ido derivando en tele... No temáis. Esto no está yendo hacia ningún sitio más que a la radio. Existía un programa del que aún no he hablado y que se emitía en M80. Se llamaba "El Chispazo". Y una de las secciones que tenían es que se iban a hacer una pregunta a los sitios de fiesta (donde la gente feliz de la vida consumiría probablemente la marca de tabaco que anunciaban, es decir, Pall Mall), y la gente, en plena fiesta, contestaba... Se les iba mogollón el pinzorro. Mola comprobar cómo en M80, que se ha convertido en algo formal y casi aburridillo, había programas de desmadre... y oye, entretenía la cosa. 

Se fueron en una ocasión por ahí a preguntar por el programa de su juventud. Año 2000. Y el resultado fue el radiochip de hoy... Radiochip supercoco:

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No me digáis que no era entretenido. Nada del otro mundo, sacar a gente de fiesta... Pero la gracia es que actualmente no veo programas donde hagan esto tampoco. Mirad que yo lo veía casi el recurso fácil... pero nadie lo usa.

Total, que si Epi, Blas (oh, Epi, no, Epi, Epi... ¡Epi...!), Supercoco (la sabiduría hecha peluche), el Conde Draco (que ahora está colocado en el Banco Central Europeo)... La novia que nombra Cansado en el radiochip, por cierto, era la famosísima Valentina. Y, al final, cuando termina el radiochip, venía la publicidad del tabaco, que era la que pagaba aquí el invento. Fiesta, salir y fumar. Todo relacionadito en la cabeza... era el objetivo. Obviamente, con el tiempo, se porhibió anunciar tabaco, y cayó el programa no sé si coincidiendo con esto.

Curiosamente, cuando la radio sale a preguntar programas que marcaron la infancia, nadie dijo "Yupi", y menos su sucesor "Bluki", no porque fuera más malo que arrancado, sino porque se emitió desde 1996 hasta el 2000 (año de este radiochip) y obviamente tener como mito de la infancia al muñeco Bluki y al mismo tiempo ponerse a fumar como un carretero mientras se hace vida nocturna era incompatible.

Pintar, pintar, pinta sin parar, mojar, extender y vuelve a empezar. Brochazo hacia arriba, brochazo hacia abajo, nubes con barriga, bonito trabajo. Los fantasmas y las brujas, las brujas y los fantasmas, son de mentira, sí, sí, sí... Panadero soy porque sé hacer pan, y otros con placer se lo comerán. Tengo pinchos en la espalda pero por delante no, para cuando te abrace no te pinche el corazón. Dios... Hay demasiadas canciones en la memoria de muchos de nosotros y que en la radio, sinceramente, ni caso. Estas pequeñas cosas de nuestra vida... yo no veo que en la radio se les saque partido. Narices, ¿nadie podría hacer un día en un programa un especial con estas cosas sin leer el Twitter? Si es que mucho periodista hay con cara de destapar escándalos, pero cada día hay menos locutor con sentido del espectáculo... Así que repito una vez una de mis frases-leit motiv del blog: los periodistas han invadido la radio.

Demasiados temas me parece que he sacado hoy. Pero oye... Hago resumen: Los que tengáis recuerdos de radio de niños, manifestaos y mandar algún futuro radiochip (aunque esté chungo). Programas de radio de niños había. Luego está el tema de "El Chispazo", y luego está el tema de por qué estas cosas que tanto nos gustan (no me seáis "posturistas") no tienen cabida ahora en la radio, y de si no hay sentido del espectáculo como para dar cabida a estas cosas que forman parte de nuestra vida, porque no todo en la radio puede ni debe ser periodismo. ¡Ale!