Sabemos que muchas veces —siempre, casi— los primeros oyentes que cuentan cosas en un nuevo programa de radio son trola. Se nota que son gente de la radio, ganchos o lo que sea, porque eso de que ya el primer día haya una lista tremenda de oyentes para intervenir en un concurso o para hablar de lo que sea, es chungo.
Imaginaos eso de encontrar concursantes para un programa de verano. Si tienen que estar de cuerpo presente, pues te lo crees más. Pero bueno... nadie se pone a reflexionar sobre eso normalmente. Además, siendo sobre todo la SER, uno siempre piensa que hay mogollón de gente que vive en Madrid o Barcelona que seguro que están dispuestos a pasar un rato concursando en la radio.
Lo divertido de todo esto es que oigas una cinta que grabaste por algo años después. Ponte hace... 15 años. Ponte que fuera... no sé. «La Ventana del Verano» por ejemplo. Total, que dicen el nombre del concursante de Barcelona, con toda tranquilidad. Ponte que se llamara... Carlos Lamelo. Radiochip pistamericano:
Como Lamelo no ha trabajado nunca en la SER, se supone que sería amigo o conocido de alguien, o le haría el favor a Toni, a David, que era el que hacía el concurso, o a saber qué. Igual era oyente del programa y somos todos unos malpensados. Pero sabiendo que cualquier oyente nocturno de radio de Onda Cero en Cataluña o cualquier oyente veraniego de la misma cadena lo habrá escuchado en el «Noches de Radio», o en programas navideños, pues...
En realidad estaba ahí todo modosito y callado, como cualquier oyente que hubiéramos estado ahí. Modositos y callados. La casualidad ha hecho que veamos esta casualidad años después, o que la magia hiciera que simplemente un oyente (y locutor de radio local en aquel momento) terminara trabajando en los mismos estudios que visitó como concursante años después, aunque en otra cadena. Molaría que Lamelo tuviera un concurso en su programa y que descubriéramos quién es o qué hace en 2032.
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