Ayer, entre otros programas, Jordi Évole, ex-alias "el Follonero", estuvo en "Hoy por Hoy"con Gemma. Estuvo de tournée hablando del "Salvados" en que saldrá Coleta Morada con Pájaro Naranja.
Y en un momento dado apareció por ahí un periodista de la SER. Évole dijo que ese periodista era, con otro de la competencia, "los dos periodistas del momento". Y no voy a ser yo el que le contradiga. Ambos tienen formas de hacer radio parecidas; no iguales, pero con algunas similitudes.
- A ambos se les echa un poco en cara que "les gusta escucharse a sí mismos". Lo mismo se dice de Toni Garrido o Pedro Blanco. Y a mí no me parece un problema. Quizá tengan algo de narcisistas -quién sabe-, pero siempre he pensado que si alguien "es muy de autoescucharse" también es mucho de "autoanalizarse". Ambos intentan mezclar el programa lo menos posible consigo mismos. Ellos son los autores del producto. En ambos casos, el producto, es decir, el programa de radio, es el producto de su trabajo del que no son protagonistas. Hacen un poco "de Sardá". Están ahí, son las mentes pensantes, pero dejan que "brillen" los que están a su alrededor. No destacan por su "gracejo personal" o "su magnetismo" sino por una relación intelectual que establece el oyente con ellos. Uno les presupone mucha autoexigencia, incluso demasiada.
- A ambos les gusta rodearse de "su tropa". Lo mismo le ha pasado siempre a Gemma o a los de "Tiempo de Juego". La relación con los colaboradores del programa va más allá de "persona que aparece a las horas de trabajo y luego se va". Se nota que la relación con muchos de colaboradores tiene mucho de... de... a ver... de respeto intelectual, de sorpresa... de que se han ido a comer muchas veces con esa gente que escuchamos en la mesa de la radio. Que todo es fruto de pensar que esas personas pueden aportar algo a los oyentes porque les aporta algo a ellos también personalmente.
- Ambos gustan del "señor oyente, no le voy a adelantar contenidos". No esperes saber el día de antes o minutos antes del programa de qué va a ir, o de qué van a hablar. Sabes que siempre tienen ciertas secciones, pero... de repente aparece una sección. De repente, desaparece otra. Los programas se mueven. Uno de repente se carga medio programa y lo mueve de sitio. Otro es capaz de cargarse "lo preestablecido" y crear un contenido nuevo "porque le sale de las narices". Lo voy a resumir en un punto aparte:
- Sorprenden. Hasta el punto de que a veces les dicen que les salen "programas raros".
- Sorprenden. Hasta el punto de que a veces les dicen que les salen "programas raros".
- A ambos les dicen que son demasiado pausados. Que son incluso "lentos". Demasiado reflexivos, quizás. Ambos miran mucho fuera de España, y siempre tiene uno la sensación de que tienen curiosidad por cosas que a uno se le escapan. Uno trae invitados que no sé muy bien de dónde se los saca. El otro saca unos temas que no sé muy bien dónde los busca. Y a ambos, curiosamente, no les gusta el fútbol.
- Una gran diferencia: En cuanto a "temas de opinión", a uno se le ve venir... pero hace de ventrilocuo. Nunca opina. No tiene editoriales. No te cuenta nada. Eso sí... tiene gente que opina a lo largo del programa. Uno trae a invitados o tiene colaboradores que son muy afines a lo que él diría, pero él nunca opina. El otro, sin embargo, siempre ha tenido su fuerte en su entradilla. En su "opinión inicial". Es el que más opina del programa. Sin embargo... ¿Le adivinamos tanto un posicionamiento? No. ¡Qué curioso! Uno no opina y deja a otros "la parte de significarse". El otro opina pero... lo interesante es el análisis y no su posicionamiento.
Ambos hacen programas de radio "de autor". Programas de radio que no podrían hacer otros... porque no son ellos. [Vale, sí, perogrullada... pero ya me entendéis.]
Aunque si te pasas mucho por el blog ya habrás adivinado desde el principio a quiénes me estoy refiriendo, por si aún estás con la duda, escucha este radiochip folloneresco:
Si es que siempre liándola... ¿Veis? Y uno de "la dupla" reconduce la entrevista hacia algo interesante...
El día 28 se fallan los Ondas. Si por mí fuera, ambos tendrían un caballito en el salón de su casa. O en el baño, como los de Hollywood. Para que las visitas improvisen un discurso. Y es importante esto que decía Évole de "del momento". Porque ninguno de los dos empezó ayer. De hecho, ambos empezaron más o menos en los comienzos de los 90. Pero quizá ahora es "su momento".
Es una pena que a veces los Ondas no premien "en el momento", como si a veces esperasen premiar a la gente "en el futuro". Como si dijeran "vale, este se lo merece pero es que aún no hemos premiado a..." Como he dicho en algunas ocasiones en el blog, quizá por esa razón, la de buscar la "justicia premial", en la historia de los premios ha habido gente que se ha quedado sin caballito. Juan Antonio Cebrián se fue sin un Ondas. Ahora Iker ha dejado la SER sin caballito tampoco. Bueno... un tema del blog podría ser "gente que tú piensas que se merece un Pegasito y está sin Pegasito". Si queréis jugar a eso hoy, pues ponedlo en los comentarios.
A Del Pino le van a dar un Ondas cualquier día. No te preocupes por eso.
ResponderEliminarLo de que no opina Del Pino, y deja que otros opinen por él, me parece muy cierto: y es una de las cosas que no me gustan. Presume de pluralismo y objetividad, pero se le ve más el plumero que a la Schlichting.
En cuanto a Alsina, yo creo que sí es bastante protagonista de su programa. El monólogo dura la del tato, sin ir más lejos.
Lo de que no les guste el fútbol, aunque tiene un punto de pose, por otro lado se agradece que no rellenen horas y horas con el monotema, como hacen otros (y no miro a nadie Francino!).
En fin, yo les oigo, sobre todo a Alsina, pero en reducidas dosis. Que son taaan perfectos -sobre todo Del Pino, que no vive de la actualidad-, que parecen robots. Aunque echo de menos a Alsina por las noches.
Ondas a Angeles Afuera por ejemplo, o Rafa Sánchez, o alguno de Radio 3, no sé Julio Ruiz por ejemplo, porque D.A. Manrique no vale no?
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