el programa más largo del año

No el día... Digo "el programa". Este mes pasado hemos asistido a tres maratones radiofónicos: Uno, el que hicieron vía internet desde algunos países, y que en España eran dos de la Complutense (Sergio Brau y Fernando Carruesco) los que competían por "ganar". 60 horas. ¿Qué ganaban en realidad con esto del record? Nada. Bueno, publicidad personal, cosa que mira... está muy bien. ¿Cómo lo hicieron? Entrevistando a gente y eso, principalmente. 

Después vino el maratón de Nuria Roca en Melodía FM, haciendo un programa de 28 horas seguidas. Éste tendría por tanto el récord de programa más largo. En realidad... ¿Cuál era el objetivo? Ya lo decían ellos mismos: publicidad. Dar a conocer el programa. Se metieron en Herrera, en los programas de tele, informativos... Todo el grupo conectó o informó en algún momento sobre el programa. Oye, que está muy bien. ¿Cómo lo hicieron? Entrevistando a gente y eso, principalmente. El primer radiochip de hoy es de un trocito del programa, en el que hablaban de unos que querían nadar desde las Baleares hasta Barcelona... Y eso sí que es un "maratón". Radiochip maratoniano:

Unos días antes, en Aragón Radio, Paco Ortiz Remacha y equipo hicieron otro maratón: el de radio deportiva. 60 horas de deporte en la radio pública aragonesa. ¿Qué ganaban en realidad con el programa? Publicidad, repercusión... ¿Cómo lo hicieron? Retransmitiendo cosas y con entrevistas, principalmente. El segundo radiochip de hoy es de la última hora de ese programa maratoniano con Paco Ortiz Remacha:



Vale. Muy bien todo. Perfecto. Pero mi pregunta es... ¿Y qué? Vale, la publicidad que se han hecho en todos los medios gordos con estas emisiones... Que sí. De hecho, ése es el objetivo real. Pero radiofónicamente, estas emisiones... ¿han aportado algo reseñable a la historia de la radio? La respuesta es que no mucho más que cualquier otro programa.

En el blog me gusta recordar mucho eso de "aquel momento en que..." o "aquella sección que consistía en..." o "aquella chorrada que ahora nos suena a...", incluso "la normalidad de tal emisora sonaba así". O "esta chorrada nos trae tales recuerdos". Estos maratones aportan más a los que las hacen que a los oyentes. Lo cual me crea un poco de "sensación de timazo". Porque en realidad el importante a la hora de cualquier emisión (cualquiera) soy yo, o sea, el oyente. Que en realidad sea más importante la publicidad que se está haciendo el que emite que lo que me están dando (entrevistas, una detrás de otra principalmente) que lo que me están transmitiendo... Lo importante, además, es llenar las horas. No lo que se mete en esas horas.

Resumen: vaya chorrada al final todo. Las únicas maratones de radio que me terminan gustando era domingo, te podías escuchar los partidos, la Fórmula 1, si me apuras un partido de tenis y luego la Superbowl. Que son maratones no porque ellos quieran... que son minimaratones porque la vida es así, y las circunstancias son esas. Porque es el contenido el que implica la maratón. Cuando hay un acontecimiento informativo, y de repente aparecía un Iñaki haciendo horas y horas; o cuando pasa algo de noche y están hasta las 3 h. de la mañana hablando de lo que ha ocurrido o está ocurriendo...

Las únicas maratones que me interesan son las que son los contenidos los que priman sobre la duración. Cuando la larga duración solo se explica por lo importante del contenido. Hacer programas de larga duración sin un nada especialmente atractivo (sino rellenando como se pueda) no me aporta nada más que cualquier programa de entrevistas en el que te las sirven como si fuera una fábrica de chopped barato.

El megarresumen es que, desde el punto de vista de la aportación al oyente, uno se pregunta... "P'a qué".