Patatas fritas de radio. Una a una, se comen, se digieren, y a por otra. Cuando haces pop... ¡No! No son de ese tipo de patatas prefabricadas. Las de radio se fríen poco a poco, son naturales, y sólo se consumen cuando apetecen. Y te las encuentras cuando tienes hambre, se te abren los ojos y dices: "¡no me acordaba de que estaban aquí!"
Pues estas patatas, lo mismo. Cuando hablas de radio, de repente surge una conexión íntima que que te une con los demás para siempre. Descubres que tú, o la radio, como esa bolsa de patatas, estabais allí; que te pertenecen, que te las comerías siempre. Y que te da pena que se acaben.
Que filosófico! jaja me ha gustado esa comparacion, además la radio y las patatas son de las cosas q mas te gustan en esta vida xD
ResponderEliminarPatrocia.
Ya sé que hace mucho que escribiste esto, pero es que a raíz de todo el tema de Paco González he encontrado tu blog y me he enganchado a leer y escuchar todo lo que has publicado.
ResponderEliminarYo también soy una fiel oyente de radio, pocas veces la tele me parece mejor que las ondas. La relación del oyente con la radio siempre me ha parecido especial, aunque no sé bien explicar el porqué.
Nada más. Sólo quería saludar como nueva lectora del blog.
Un saludo.
Beatriz