o magia o tele

Hoy toca hablar de eso tan tan manido como es "la magia de la radio". Tan manida que no suelo utilizarla mucho... Es una expresión que suele referirse a la capacidad o al poder increíble de transmisión no tanto de información como de sentimientos o afectos a través de algo que es extremadamente sencillo como es el sonido. Parece que cuanto más complicado, pomposo, espectacular o tecnológico, mayor es la capacidad de un medio en crearnos sensaciones. Y "la magia" reside en ese poder de la radio que, a pesar de su pobre complicación, nos haga reír, enfadarnos, imaginar o a veces incluso a hacernos dormir. 

¿Os dais cuenta de la de veces que para hacer la pelota a la radio o para alabarla se hace referencia a la imagen? "Veo los partidos por la radio"... Un lema radiofónico era "mira la SER". O cuando decimos "El Cine de lo que yo te Diga era la radio en colores". Sin embargo, la gracia de la radio es que no se ve. Su defecto es su activo. Mola que no se vea. ¿Mola o no mola?

Mi opinión es que mola, aunque no es exactamente así. Me explico... Cuando habéis leído un libro y luego veis la peli, siempre, siempre se dice: "bah, está mucho mejor el libro". Siempre. ¿Por qué? Porque como somos cómodos, y autocomplacientes y amables con nuestros propios cerebros, cuando leemos un libro, la historia, los lugares, los personajes, nos los imaginamos exactamente como nos gusta imaginarnos. ¿Qué hay mejor que nuestra propia imagen sobre nuestras propias percepciones? Nada. No existe porque no puede existir. De la misma manera, el ambiente de un programa de radio, el estudio, la ubicación, la cara del que habla... en el fondo nuestra mente se la imagina tal y como la queremos imaginar. 

Esto, a su vez, genera una curiosidad inmensa en conocer las caras de la radio... En saber si efectivamente el que oyes tiene gafas como imaginabas, si es delgado, si esa a la que escuchas tiene las tetas grandes o si tiene los ojos azules o verdes. Soez y real como la vida. ¿Será cierta nuestra percepción sobre la realidad? Somos así. Nos gusta saber si nuestras ideas se ajustan a la realidad. Incluso nos gustaría saber si están en un estudio gigante, si hay gente por detrás trabajando, si están leyendo mientras hablan... Por ejemplo, yo me imaginaba a Carlos Llamas en un estudio gigante, con humo de cigarrillo, con los contertulios al lado cerca de él en una mesa pequeña... Me imaginaba a Pacojó por ejemplo exactamente como es. Me imaginaba el estudio de "La Gramola" casi como una sala pequeña de biblioteca con muchos discos. Me imaginaba a Gemma de noche en un miniestudio con un flexo y con el técnico con cara de "me tengo que ir", y a Goyo Benítez y Fina Rodríguez cotilleando llamadas entre oyente y oyente poniendo cara de sorpresa. Me imaginaba... buf... Me imaginaba tantas cosas... 

Los jefes (y algún presentador) de las radios confunden, yo creo, nuestra curiosidad por conocer cómo son las cosas con una supuesta necesidad de contemplación. Es decir, tú vas todo feliz a ver el programa de radio de turno que va a tu ciudad. O vas al estudio de radio para ver un programa... Fascinante. Pero eso no quiere decir que lo quieras ver todos los días. Es más, sería un error el poner una emisión de radio al servicio de las imágenes. No, error. ¡Craso error! 

Desde hace mogollón de años, en la web aparecen las caras de los presentadores. Es una pérdida de magia asumible. Más que asumible, inevitable. Aparecieron las webcams... Se podía seguir en directo el turno de cualquier locutor por webcam. ¿Qué aportaba eso? Nada. De hecho, eso ya ni se puede. Eran tan modernísimos de la muerte que podías ver los estudios, verlo en 360º... ¿Para qué? Bueno, máximo servía para ver cómo el estudio de M80 era enanísimo y que las entrevistas había que hacerlas de espaldas... Nadie echa de menos aquella cámara. O, como veis en la imagen de hoy, para ver la entrevista con los cascos. Pues vale. 

Cuando un político importante va a la SER por ejemplo, lo puedes ver en directo en la página de la radio. Bueno, digamos que tampoco se pierde ni gana mucho porque al final (¿lo habéis comprobado?) os lo ponéis para ver cómo va vestido o las caras que pone, pero en menos de un minuto habéis puesto otra página y os habéis dejado simplemente el audio. Otro ejemplo: los comienzos de la radio deportiva... ¡Vaya expectación! Tanto la SER como la COPE comenzaron retransmitiendo el comienzo, incluso la primera hora de los sábados, incluso algunas narraciones (por dios) por vídeo. ¿Tuvo éxito? Claro, todos lo vimos. Sin embargo, es verdad, sólo saciamos nuestra curiosidad... Pero como decía, no tenemos necesidad de contemplación. Con el tiempo se ha dejado de hacer eso de las webcams... La gente pasa. Pasamos. Porque es radio. Una vez saciada la curiosidad, ya basta.

Ahora resulta que en plan "modernice usted su radio" se han sacado de nuevo de la manga la moda de ver la radio. Dos ejemplos... Uno, RNE. Dos, el "Yu" de Los 40. El primer caso es una webcam. O sea, que se han gastado una pasta (supongo) en nuestra curiosidad de cinco minutos. Yo creo que es dinero tirado. Tener una conexión ahí para ver eso... No, no. No es una tele. No es que esté bien o mal... es que simplemente no funciona ni sería una cosa rentable. Si se hace radio, pasamos de las imágenes. Es decir, si el objeto es la palabra, preferimos hacer cosas mientras escuchamos. O no hacer nada. Lo del "Yu" es diferente... Emite primero por internet y luego lo emiten por la radio. Supongo que habrá habido mucha gente que habrá visto el programa por internet el primer día, menos los siguientes... y al final tendrán que decidir si lo que hacen es un programa de tele o de radio. ¿Será cuestión de tiempo? Si es de tele por internet, a saber si eso tiene futuro. Si es de radio, terminarán pasando de las imágenes. 

Está bien crear expectación. Está bien que con el que le pique el gusanillo a la gente, pongamos "los fans de tal o cual" que quieran ver a su estrellita haciendo radio y que se enganchen. Vale. Pero a partir de ahí... lo de las webcam o la emisión por internet no está ni bien ni mal: simplemente no tiene sentido.

La magia de la radio no está en no tener imagen. Eso es un error. La magia de la radio no se ve ni mejorada ni aumentada por tener imagen. No. A los que se le ocurra que es "un punto positivo más", creo que es un error. Confundir curiosidad con contemplación continuada en el tiempo es comparar "cotillear a ver qué hace" con "irte a vivir al lado para ver qué hace". La tele está guay, pero es tele. Cada cosa tiene su lugar, códigos y forma de transmitir. Y una predisposición del que recibe el mensaje. 

La magia de la radio aparece al hacer un producto que NO NECESITE la imagen.

Aquí va el radiochip... El programa "Yu", que va con cámaras, pero que es de radio, no puede sacar cortes de tele... tiene que sacarlos de radio. Y aquí estuvieron un día sacando cortes de los de "Tiempo de Juego"... [Qué cosas.] Y si no pueden más que sacar cortes de radio... ¡es que hacen radio! ¿Morirá la imagen en "Yu"?

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¿Os imagináis si Sardá hubiera tenido una cámara mientras hacía de Casamajor? Pues eso. En realidad, no sólo saciamos la curiosidad... Quizá viendo lo que no deberíamos ver hacemos que nuestra cabeza vea las cosas... distintas de tal y como nos las imaginábamos. Y eso, por definición, decepciona.

Para los muy frikis del blog: nos gusta que aquella lagartija no existiera. Y qué felices fuimos comprobando que era tal y como todos nos la imaginábamos: como en nuestra imaginación.