No Bertín, no. Berlín. Fernando Berlín. Que ya han pasado unos cuantos días.
Como ya sabréis, a principios de septiembre Fernando Berlín anunció en Twitter que le habían despedido de la SER tras 18 años allí. Y las reacciones en las redes no se hicieron esperar. En general hubo mucha crítica a la SER en plan «si ya sabíamos que la SER también se está derechizando» y todo eso. Ayudaba —o influía— el comentario de Berlín en ese mensaje diciendo «sabíamos que no iban a ser tiempos fáciles».
En general, en los mensajes que se dejaron, se podía deducir que pensaban que era claramente una decisión de tipo político. Pero deberíamos decir que también, a la vez, echaron a Antonio Naranjo, que como todos sabemos es igual de izquierdas que Fernando Berlín, pero al revés. Esto fue celebrado por su archienemigo Máximo Pradera.
Varias preguntas que lanzo al aire:
1.- Si aceptamos que echar a Fernando Berlín como contertulio es una muestra más de la «derechización de la SER»... ¿Cómo deberíamos tomarnos el despido de Antonio Naranjo? ¿Como una «izquierdización de la SER»? [Suponiendo que hubieran sido «razones políticas», cosa que tampoco sabemos.] Y pregunto: ¿Creéis que la SER se ha «derechizado»? ¿O es que en los últimos años se había «podemizado»? Y añado... ¿Y si la SER ha pasado de estar en «La SERta» a simplemente quitarse a los colaboradores «sextianos»?
2.- Postureamos todos mucho con eso de que por ejemplo en esRadio —la radio federica— todos los contertulios son monocolor. Nos reímos de que son tertulias nada plurales. Lo indicamos, lo señalamos, lo apuntamos y lo recalcamos. Y hacemos hincapié. Pero no sé por qué giro argumental dramático y repentino criticamos que en la SER no tengan tertulias iguales que esRadio pero en sentido contrario. ¿No habíamos quedado en que las tertulias tenían que ser plurales? Por lo visto los oyentes queremos caña, caña y caña.
3.- ¿Han sustituido a Fernando Berlín por algún «contertulio derechizado» o por otro u otros de ideología parecida? Por saber, que yo aún no lo sé. Porque eso lo tendríamos que saber antes de «denunciar» nada. ¿Hemos llegado a la conclusión de que Fernando Berlín era el único contertulio en ese espectro ideológico dentro de la casa? Porque tengo que decir que a veces yo tenía la sensación de que Berlín era un contertulio predecible y políticamente demasiado significado. Como Antón Losada. Predecible: Todo lo del PP está mal haga lo que haga, todo lo nacionalista es bueno hagan lo que hagan, y así. Me aburro.
4.- Fernando Berlín llevaba 18 años en la SER, sí, pero no como contertulio político. La gente le relaciona ahora con «La Cafetera», con eso de «la resistencia» —¿política?— y con tertulias de actualidad. Pero los que llevamos escuchando la SER mil años y tenemos memoria relacionamos principalmente a Berlín con «cosas de internet». De hecho, me sorprendió mogollón la primera vez que le escuché en el «Hora 25». Yo siempre le había escuchado a esa misma hora... en M80, en «La Gramola», hablando de cosas más mundanas. Y por las mañanas con Iñaki, trayendo cosas de internet. Precisamente el radiochip de hoy es la primera grabación que tengo de Fernando Berlín, en enero de 2001, en el tramo de entretenimiento. Radiochip berlinés:
No seré yo el que diga que uno que habla de internet no pueda terminar hablando de política —faltaría más—, pero de alguna manera en la red parecía que Fernando Berlín llevaba 18 años siendo «la voz editorial política de la SER», y no es así. ¿Y si simplemente no les gustaba como contertulio? No digo que así sea... Pero me da cosica que ni siquiera se contemple esa posibilidad aunque sea lejanamente. Fernando Berlín decía que la opinión es ingobernable en estos tiempos. Por tanto... ¿Qué más da quién esté opinando en las radios? O «las élites» gobiernan la opinión, o no. Pero tenemos que aclarar nuestra opinión sobre el tema. O sí, o no.
Por cierto, hay 2 radiochips pasados en los que sale Fernando Berlín. Uno, en el que Francino y compañía llevaban el «Hoy por Hoy» a Second Life. Eso era el futuro, señora. La primera vez —y última— que un programa visitaba aquello. El segundo, cuando aquello del SMS del «pásalo» de antes de las elecciones de 2004. Los de Podemos, años después, dijeron que aquello fue una cosa que se gestó muy sesudamente desde su facultad. En plan «diseño total», jugada de ajedrez o círculo conspiranoico. Sin embargo, Berlín llevó al programa de Iñaki a un invitado que se dijo autor completamente espontaneo del mensajito. Yo me sigo preguntando quién fue. ¿Los de Podemos o el invitado que trajo Fernando Berlín? ¿O ninguno? Por curiosidad.
Según lo veo yo, no creo que en la SER no les gustase como contertulio, creo que el problema que tenían con él era que precisamente este programa de La Cafetera empezaba a tener un seguimiento tan grande que no convenía a la SER porque traer a la cara más visible de un espacio que pueda hacer competencia o que pesque en el mismo río no conviene y ya está.
ResponderEliminarPongo el ejemplo de Ana Pastor. Si yo la oigo en el "hoy por hoy" o el "a vivir", vale que yo estoy oyendo esos programas pero quieras que no, inconscientemente vamos a asociarlo con "El Objetivo" o con La Sexta.
Con esto quiero decir que desde el punto de vista de un oyente pues me rasca un poco, pero viéndolo desde la gestión de una emisora de radio, lo entiendo perfectamente.
Una pregunta fuera de tema, qué sentido sigue teniendo para la SER utilizar la marca "Oh My Lol" si casi todo es ya "La Vida Moderna" y lo de Ortega y los secundarios, estando como está ahora creo que para lo único que sirve es para liar al personal.
Más que derechización, lo que hay es muchísima precaución a la hora de pisar callos del Gobierno. Miedo a incomodar. Y una tendencia cada vez mayor a ocupar el centro político, lo cual me parece un craso error porque el lugar natural de la Ser siempre fue el centroizquierda. No es que sus oyentes se hayan podemizado, es que los oyentes de la Ser son de mayoría progresista y no están a favor de facilitar el gobierno de Rajoy y se escandalizan con los casos de corrupción, por ejemplo. Para hablar sobre las ventajas de la abstención socialista y correr tupidos velos sobre la corrupción, uno se puede ir a otras emisoras de perfil más conservador. Los que no quieren eso, lógicamente, se buscan la vida y se van a La Cafetera de Fernando Berlín.
ResponderEliminarSegún explicó Berlín en su programa, a alguien de la Cadena Ser le hacía la gracia justa (por no decir ninguna) su Cafetera, más o menos dejando caer que le estaba quitando audiencia al matinal de la Ser, y por ese motivo presionó a la casa para que se quitaran del medio a Berlín, habida cuenta de que era un colaborador de la Ser, y eso no podía ser, valga la redundancia. Pues sí que tardaron en ver la competencia desleal de Fernando Berlín, que empezó con Radiocable en 1997 e incluso en 2006 le dieron un Ondas. Ni a Gabilondo, ni a Francino, ni a Llamas les molestaba Radiocable, todo lo contrario, ni mucho menos a Ferreras, que mantiene una excelente relación con Fernando Berlín. Yo creo que solo le molesta a la actual conductora del matinal de la Ser, que no sabe qué hacer para evitar el desagüe que es su programa.
Yo lo que creo es que Prisa, más concretamente Cebrián, se ha abrazado al núcleo más rancio del PSOE, el de Felipe González, en que defiende la abstención y esas cosas. Por eso se explica que siga ahí alguien como Pepa Bueno, que defiende también la abstención socialista y pertenece al núcleo duro del PSOE, manteniendo una línea de centro-derecha. Por eso mismo, resulta inevitable tratar de desvincularse de LaSexta, que es una línea más progresista y más vinculada al zapaterismo. Al final se trata de una lucha de egos políticos. Más o menos, lo que está ocurriendo en el PSOE y en toda la izquierda en general, porque hasta en Podemos empieza a haber ruido de sables de errejonistas contra pablistas.
Está claro que la Ser es del grupo Prisa y LaSexta es de Atresmedia, que ya tiene su propia radio (Onda Cero). Yo entendería que prescindieran de colaboradores como Berlín, Aroca, Escolar y Naranjo por colaborar con LaSexta, pero entonces, ¿qué hace Sardá en el Hoy por Hoy de Gemma Nierga si él también es colaborador de la tele verde? ¿Igual la razón es que Sardá habla de tonterías en la Ser con Juan Carlos Ortega, y no de política? Me parecería lamentable. Ahora que Sardá está explotando su faceta de analista político y para mí con muy buen criterio (aunque muchos lo relacionen con el PSOE), ¿por qué lo tienen en la Ser de pinche colaborador de su sucesora en La Ventana? A mí me parece genial que un grande de la comunicación como es Sardá vuelva a la Ser, pero que haga algo grande, no tonterías. Si no puede hablar de política porque no deja papá Cebrián, que le dejen hacer un programa de variedades como ya hizo La Ventana y fue todo un éxito. Me atrevería a decir que La Ventana de Sardá fue el germen a partir del que se desarrolla el concepto moderno de entretenimiento en la radio, pero es una perola muy larga de explicar.
En resumen, aquí estamos todos dependiendo de quién gobierne al final. Como por algún casual, Pedro Sánchez obre el milagro, el Grupo Prisa y casi todos los medios de comunicación en general se verán obligados a reinventarse. Como sigamos igual que estamos y vayamos a terceras o siga gobernando el PP, mucho me temo que no saldremos de este bucle. El gobierno de Rajoy salvó a Cebrián al evitar la quiebra de Prisa autorizando la compra de Canal Plus, la joya de la corona, por parte de Telefónica. Y está claro que Prisa le está devolviendo el favor. La política y el periodismo son vasos comunicantes. Veremos qué pasa si dejan de gobernar Rajoy o Cebrián...
La SER está recorriendo el mismo camino que El País, un viraje al centro político (que en España no es más que el centro-derecha). Lo preocupante es que no hubiera medios de comunicación que ocuparan el espacio político que deja la SER. Por lo demás, esta cadena es dueña y señora de sus destinos. Ahora, es innegable que la SER seguirá perdiendo oyentes porque ya no suena a la SER de siempre. Y el despido de Berlín no es uno de los factores que más está contribuyendo a ello porque no convencía a la audiencia tradicional de la SER. En comparación, más injusto fue el reciente despido del director de eldiario.es por ejercer el periodismo e informar de Los Papeles de Panamá.
ResponderEliminarHonestamente, Xavier Sardà ya no es el que era. No me gusta y no me transmite lo mismo que hace 20 años. David Broncano tampoco. Aunque pasen 20 años más, no creo que vaya a mejorar.
Estoy tan de acuerdo contigo, que no hace falta emitir comentario alguno.
ResponderEliminarSé quién es Fernando Berlín por alguna información recogida en las RR.SS y en " su emisora " pero, lo dicho por ti respecto de Antonio Naranjo y la alegría del - lo siento - impresentable Máximo Pradera, reflejan perfectamente el estado de las cosas.
Saludos.
Lo gracioso será que acabe gobernando el PSOE y se monte otro grupo mediático afín. Si eso pasara, ¿la sexta se prisarizaría?
ResponderEliminarNo entiendo por qué no se puede prescindir de un colaborador al inicio o final de una temporada de radio con normalidad. Si se hubiera sido algo que afectaba a la libertad de expresión o a consecuencia de su ideología, pero no es así.Lo grave era el veto a todos los de LaSexta, eso si que fue un escándalo.
ResponderEliminarEscándalo ninguno el "despido" de Berlín. Se entiende su enfado, pero es que acaso él no ha prescindido de nadie en su Radiocable? No lo creo.
ResponderEliminarPrimero, todos los años en todos los programa de radio hay altas y bajas de colaboradores y contertulios, sin que se produzca este circo que monta de vez en cuando alguno. Segundo, Francisco Garrobo me dijo una vez con mucha razón que los oyentes de la SER éramos los más conservadores. El lío que se forma cada vez que hay cualquier cambio en la cadena me parece muy desproporcionado.
ResponderEliminar¿Derechización de la SER? Entonces no habéis escuchado el editorial de Pepa Bueno hoy (15 de Septiembre) sobre Rita Barberá.
ResponderEliminarEntró en pleno apogeo de Zapatero porque de aquellas... radiocable tenía cierta influencia. Con el paso del tiempo se convirtió en irrelevante. Ahora no sé qué hacía en la SER. ¿Por qué seguía?
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