Este año (o más bien esta temporada) Julia Otero tuvo la idea de incorporar a su gabinete algunos nombres, cinco, y me parece que ha hecho pleno. De fracasos. Este año los nuevos gabineteros habían bajado el nivel de la tertulia que tiene de seis a siete de la tarde hasta niveles nunca imaginados. De los otros cuatro podría hablar otro día, ya que algunos de ellos se han salvado -de momento- de la quema. La que no se salvó fue Najat el Hachmi, que la pobre creo que puede ganarse el premio de "tía con menos cosas que decir de la historia del gabinete". Pero bueno, que es que me voy mucho del tema. Otro de los que no se ha salvado de la quema ha sido Nacho Vigalondo. Los gabinetes con él perdían... Pero Julia se ha sacado de la manga el que un gabinetero pobre tenga un "territorio" rico. De hecho, ahora sí me gusta Nacho Vigalondo en el programa, y más cuando veo que es capaz de, como tantos otros últimamente, hablar de Lost, esta serie que es más bien La Serie durante 20 minutos, ahora que queda poco más de un mes para su final televistado en todas las partes del mundo y a la vez.
Está bien que sepan reconvertir a un colaborador pobre en un colaborador estrella, que puedan abrir el programa a temas que siempre decían que no se tocaban, como es el del cine (y derivados) dentro del programa. Y aprovechando la coyuntura, el radiochip Lockiano es del territorio Vigalondo de Julia en la Onda. Perdidos en la radio. Hasta una señora de 60 años llama al programa diciendo que le encanta la serie. El fenómeno de Perdidos de nuevo ocupando espacio en la radio. Las cosas buenas se "arrejuntan".
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