poniéndonos en su lugar...

Personalmente, lo de las llamaditas de bromas y todo eso en la radio no es una cosa que me entusiasme. Las bromas siempre se me terminan haciendo pesadas, porque al final no sé por qué siempre me pongo a pensar en el pobre pardillo al que llaman para cualquier cosa y me da penica. Me gustaban más las llamadas de Gomaespuma porque en el fondo no había duda: "hola, llamamos de Gomaespuma..." 

Luego están las llamadas de confesiones, tipo las del "Hablar por Hablar" y derivados, que bueno, la gente cuenta su rollo, aunque sea inventado, o incluso aunque la llamada sea un truco para dar más carnaza al programa. Lo que pasa es que... cuando ya meten a otra persona... uf...

Es lo que pasa con las tradicionales "pruebas de novios" de Los 40, y que el resto de emisoras han copiado, adaptado... o que le han dado una vuelta de tuerca para que no sea lo mismo. Y luego, ya, en programas como en el "Ponte a Prueba" (de Europa FM), existe la posibilidad de que te vengues en directo de tu pareja -que termina siendo expareja- para toda España. No sólo tu llamada es retransmitida para toda España, sino que además los del programa opinan. Tanto es así, tanto se pasan, que la mitad de las veces (si no más) me quedo pensando en si las llamadas son lo más trolífico del mundo. 

El otro día (bueno, más de 2 meses, que llevo retrasando esta entrada que no veáis), yendo para casa, nos quedamos en el coche por la noche, ya aparcados, esta llamada que es el radiochip vengativo:

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Y claro, aunque lo pilláramos empezado, es imposible no quedarte escuchando a ver cómo termina la cosa entre el chaval cornificado, la chavala que se los pone, y "pastelito", el convidado de piedra de la historia. Luego, cuando ya ha terminado todo, es cuando te vas para casa comentando lo fuerte que ha sido, que si ha sido verdad o no... que si con pagar cuatro duros a unos actores, arreglado... No sé, eso es lo que ocurre siempre cuando escuchas este tipo de llamadas. En realidad, no conozco a nadie que haya llamado a la radio para este tipo de cosas, lo cual te hace sospechar... hasta que, por ejemplo, cuando una noche alguien se pone a hablar de estos temas, te cuenta de que su vecino de al lado fue a "El Diario de Patricia". Entonces ya, claro, vuelves a pensar: "a ver si algunas llamadas son reales..."

Creo que al final, el que vuelvas a escuchar el programa y te cree adicción necesita obligatoriamente que te creas lo que ahí ocurre. Como una peli, que tú sabes que es mentira, pero te da igual porque te divierte. Obviamente, las llamadas para decir cuatro chorradas o para decir "cosas light" no provocan duda en el oyente. Estos espectáculos... pues... en realidad me da igual, lo que mola es que divierten y suscitan el debate.

Ah... y si algunas de estas llamadas son ciertas (seguro que alguna cae, todas las radios venden que son todas)... nos ponemos en su lugar... ¡vaya putada! Pero ahí está lo atrayente. Ah, y una última cosa: las llamadas, ciertas o no, que sean creíbles. Que es que hay radios cuyas llamadas cantan tanto que son mentira, que hace que no sólo no nos creamos la llamada sino a los propios presentadores. En plan misterioso, sí. Pero es que a veces hay programas que parece que hacen todas las llamadas con el ojo guiñado.