El otro día, con unos amigos, nos pusimos a hablar de qué libros nos habían hecho leer en el colegio. Me acordaba de todos los títulos, de muy pocos me acuerdo de qué iban, de algunos más me acuerdo de si me gustaron o no, y, eso sí, me acuerdo del nombre de todos.
Uno de los libros que no me terminé de leer fue «El Camino» de Miguel Delibes (del que en un radiochip anterior escuchamos su silueta en RNE). Sí, era obligatorio leérselo, pero en el colegio no puedes decir que un libro no te gusta o dejarlo de leer porque te parece un rollo. Si el libro es de Delibes, además, qué coño vas a saber tú de literatura para que digas que no te gusta un libro de Delibes. Es que además, luego, en el examen, tenías una pregunta sobre el libro.
Tengo que decir que en mi clase hubo una ola de postureo, y eso que no existía la palabra. No sé si habría alguien que realmente disfrutara del libro, pero algunas chicas de mi clase —yo creo que para pelotear a la profesora, hacerse las amantes de la litera o algo así— estaban locas con el libro. Curiosamente, luego no les dio por leerse ningún otro libro.
Ahora que lo pienso, en mi clase, el único chaval que dijo que había leído libros (y no de «Barco de Vapor») con un poco de enjundia fue Toño, que dijo en mitad de clase que se había leído tanto «El Hobbit» como «El Señor de los Anillos». La gente rió quizá por sorpresa, quizá porque ese nombre les sonaba a inventada máxima. Pero la profesora flipó. Eso sí... el resto de clase, nada del otro mundo. Cuando dije que a mí me encantaban los tebeos, casi me escupen a la cara.
Total, que habían postureado tanto con «El Camino», que sin haberlo terminado de leer pude responder a la redacción sobre el libro. La profesora me puso «idea muy bien cogida», que muy bien. La pregunta sobre el libro —aún me acuerdo, porque me pareció una proeza la inventada que me pegué— era explicar o describir la idea de progreso que tenía el protagonista del libro.
Delibes... No volví a leer nada de él. Jamás. Sin embargo, el radiochip de hoy es de una entrevista de J. L. Pécker a Miguel Delibes en 1973. Se pegó todo el rato hablando de caza... Que le encantaba. Atención a lo sobrio de la entrevista. Todo castellano a tope. Fijaos en el esquema de la entrevista, en cómo Pécker deja que conteste Delibes, cómo sólo interviene para hacer preguntas que tiene escritas... Cómo hablan fundamentalmente de su obra o de lo que él quiere hablar y de cómo Delibes desarrolla cada una de las respuestas como si las estuviera leyendo.
No vais a escuchar nada más opuesto a una entrevista de Broncano en vuestra vida.
Radiochip de Delibes:
No tengo claro si es que ese libro no estaba destinado a los críos y por eso no me gustó, si no me iba a gustar de ninguna de las maneras ni en ninguna etapa de la vida, ni sé si ese libro es tan representativo de su obra como para que no se me haya ocurrido abrir un libro de Delibes desde entonces.
¡Por cierto! El programa que se puede escuchar en el radiochip se llamaba «Gente Importante». Y mitad que se hacen entrevistas en la radio, pero... este estilo de entrevista, está claro, ha caducado.
No sé hasta que punto la lectura es un tema generacional, en mi caso (nacido en 1966), venimos de una época con un sólo canal y medio de tv, mucha radio,mucho cine, nada de internet ni videojuegos. En ese sentido, los tebeos y la lectura en general eran parte fundamental de nuestro entretenimiento y aprendizaje, con profusión de novelas de aventura...Verne, Salgari,Walter Scott, Stevenson. Quiero decir, y quien sabe si a lo mejor es un recuerdo idealizado, que en mi clase había muchos que nos encantaba leer, y sería impensable que solo hubieron un único héroe lector, como ocurría en el aula del amigo Pacman.
ResponderEliminarPacman, dale otra oportunidad al bueno de don Miguel, que merece la pena...
ResponderEliminarAbogado Antena 3 de Radio
De no ser por las lecturas que hicimos de la generación del 27 y de los poetas andaluces, muchos no nos habríamos empapado de esas letras, y mucho menos habernos adentrado en el rock andaluz de los 70. También es cierto que un poema de fuera de Andalucía no le pega el rock flamenco.
ResponderEliminarPues a mí sí me gusto "El camino". De hecho me lo releí años después y sí que me parece destinado a adolescentes.
ResponderEliminarCuriosamente lo que te ocurre a ti con este libro y Delibes, me ocurre a mí con Julio Verne. Me leí por gusto "Viaje al centro de la tierra" y "De la Tierra a la Luna" y me parecieron muy rolleros. Sí me gusto (y es muy para adolescentes) "Un capitán de quince años".
A mí me tocó leer "los santos inocentes" en el instituto y lo aborreci profundamente, no entendí nada. El problema es hacer leer a unos casi niños ese tipo de novelas que requieren un mínimo de experiencia vital. Lo raro es que después te quedaran ganas de leer por gusto. Tengo unos cuantos autores "obligatorios" borrados para siempre. De hecho, llegué a creer que los autores en español solo escribían sobre miseria, pobreza y tal y que para leer libros divertidos o por lo menos interesantes había que pasarse a los anglosajones.
ResponderEliminarY para postureo el que hay con el Quijote. Es mencionarlo en la radio y todo el mundo lo ha leído varias veces, locutores,colaboradores y oyentes. A mí me cayó en un examen y también me lo saqué "de oídas" porque fui incapaz de pasar de las primeras páginas. En cambio me encantaron las "novelas ejemplares".
El Quijote lo he leído yo 4 o 5 veces y cada vez se lee de una manera distinta
EliminarYo gozava leyendo en el colegio, los libros obligatorios, algunos no eran adecuados a la edad.
ResponderEliminarSigo leyendo pero me he pasado a los ebooks que solo ocupan memoria y no espacio