medir la influencia

No sé cómo narices llegué a una página llamada Influencers, y en una de sus listas se referían a programas de radio. La lista se corresponde con noviembre de 2019, pero como todos sabéis, el tiempo que ha pasado, en términos de radio, es ayer mismo. 

Y encontré lo siguiente (yo he pintado lo que encontré en la página). 

Y esto viene a cuento para hablar de lo que quería hablar... Muchas veces (aunque ahora menos) los programas y las cadenas de radio se vuelven locos por llevar la cuenta de sus seguidores en Instagram, Twitter, Facebook... ¿Os habéis dado cuenta? Desde hace un tiempo, los programas ya no son tan pesados con eso de leer Facebook, ni de chorradas del estilo. No nos invitan constantemente como antes para que nos hagamos de sus páginas de Facebook, ni nada. Menos mal. 

Mucho visionario nos ha estado vendiendo que lo realmente importante es estar en redes sociales y en hacer de los programas de radio un aparato para servir a Facebook, Twitter, o qué sé yo. También ha habido programas que se han hecho pensando que todos los oyentes tienen Twitter. Poco a poco tienen que ir entendiendo que los oyentes no somos guionistas. 

Yo entiendo que hagan listas con los tuiteros más relevantes, con las maniquíes más famosas, con los youtuberos que más vistos son... Pero medir la influencia de las radios por seguidores... A ver... Mirad que todos los años intento jugar a ver si audiencia y seguidores es lo mismo... y obviamente, no. ¿Por qué? Porque, sobre todo, la audiencia de los programas de radio o de las cadenas no se puede medir en gente que les sigue en redes sociales... Sino en oyentes. El EGM de toda la vida. 

Mucha gente que oye a Herrera ni de coña se mete en su Instagram. Muchísimos de los oyentes que se ponen cada mañana a Àngels ni por asomo se ponen a mirar qué han tuiteado o qué narices han colgado en Facebook. Es un programa de radio, y su principal medio de difusión es... ¡la radio! Que hay gente escuchando al otro lado. 

Ya sé que es una reflexión muy simple, pero parece mentira que en pleno 2020 la gente siga flipando con los visionarios venidos de 2010, contándonos que tienen la fórmula mágica para triunfar en la radio: poner muchos tuits con muchas arrobas y muchas almohadillas, para que siente bien la cosa, y unos tochos en Facebook que ya me contaréis qué narices tiene que ver eso con poner la radio y enterarte de las noticias. 

El radiochip de hoy va de Juan Carlos Ortega en 2015. Un gag en el que hablaban de locutores que no están a lo que tienen que estar. Cualquier locutor de fórmula medio de 2015 sabe de lo que hablo. Que no sé si cobraban también por chatear con gente loca que les daba la lata por el Facebook. Radiochip de las redes en la antigüedad: 

Así que ya os digo yo que el programa más influyente seguramente es el de Àngels, luego el de Herrera, luego el de Pino... Y así, lo que va saliendo en el EGM. Tan simple. No hay una manera científica de medir influencia. Ni siquiera la audiencia.

Sí, lo más importante en la radio es que te oigan. Y una cosa voy a añadir... No todo a lo que se le asigna un número está bien cuantificado ni es científico. Esto un día lo explicaré mejor. Pero vamos... Que me alegro de que las idas de olla hayan bajado bastante. Ha costado años. Un poco de borreguismo durante años he notado.