Leí ayer un tuit que decía que los medios españoles —ya sabemos que cuando se dice «españoles» esto se dice sin necesidad de saber si en el resto de los países se hace igual o no, pero somos así de ombliguistas— se estaban «sonyxperizando», o que asistíamos a la «sonyxperización» de la crónica negra. No recuerdo el autor del tuit.
¿A qué se refería este tuit? Pues a ese momento que se ha reproducido millones de veces: de cuando Ana Rosa conectó en directo tiempo después de la muerte de su marido con Raquel Sánchez Silva, y ella dijo toda sonriente que agradecía todos los mensajes que le habían llegado a su Sony Xperia 5. Sacó dos móviles en pantalla además, que quedaba más raro. No sé cuántas veces he visto ese momento televisivo reproducido en Twitter... decenas y decenas en estos últimos 10 años.
La crónica negra es un género periodístico de toda la vida. En el blog he hablado de Paco Pérez Abellán, de la sección de los crímenes de la calle Caspe, la sección de Marlasca y Rendueles donde Julia, de Carlos Quílez, de cosas que se han hecho en la radio como aquello del crimen del expreso de Andalucía... Y me estoy dejando secciones, porque la crónica negra tiene horas y horas de radio. De hecho, Iker Jiménez siempre decía que él se había definido inicialmente como un periodista de sucesos.
Ahora, entre lo del nieto de Sancho Gracia y de todas las conexiones de ayer como el autor confeso (aunque uno nunca sabe si estas cosas se confiesan tan fácilmente) del descuartizamiento en Tailandia, el documental de Netflix sobre el caso de Mario Biondo... Madre mía... Que si dice esto el documental, que si dice lo otro el Tarruella en sus vídeos... Bueno, de todo. Cuando este tipo de cosas se ponen de moda, es inevitable que la gente, de repente, se plantee la ética o falta de ética de este tipo de espacios que nadie se plantea o ha planteado durante años y años. La mayoría de películas de cine (e historias en general) parten siempre de un asesinato. Si además una historia es real y conocemos de alguna manera a los protagonistas... pues retiene toda nuestra atención. Yo diría que es casi inevitable. Y luego, eso de buscar en el pasado de alguien... pues es muy curioso. Como cuando hablé del «rey del Cachopo», que estuvo en el «A Vivir...» tiempo antes del crimen explicando cómo hacer un pulpo y cómo se le tenía que apalizar.
El radiochip de hoy es de 2017. En el programa de Basté se hablaba de que se descartaba el suicidio y el accidente. Vamos, que se uno directamente piensa que ha sido un asesinato. No voy a comentar mucho, no sea que estéis por ver el documental de Netflix, que todo el mundo que lo ha visto luego dice... justo lo contrario. Radiochip experio:
Hace dos fines de semana estuve escuchando en la COPE un reportaje de una hora que iba sobre el famoso asesino de la baraja. Me servirá para hablar de otras cosas de radio, pero lo interesante es que se presentaba ese tipo de contenidos como un reportaje muy guay y muy bien hecho que básicamente no es otra cosa que una crónica negra con recreaciones o dramatizado... ¿Acaso simplemente este tipo de secciones o de temáticas no depende del tratamiento o de lo que se hace sino sólo del tiempo que ha pasado? ¿Sólo se puede hablar de estas cosas cuando ya no interesan o se han olvidado ya? Es como si estuviera muy bien investigar este tipo de cosas pero sólo es ético cuando la gente ya no está interesada. Esa es la conclusión de los comentarios que veo de la gente.
Vosotros diréis cómo pensáis que se tendría que tratar esto... por supuesto, en la radio, y si habéis visto diferencias notables entre el tratamiento de la noticia más allá de las conexiones en directo con protagonistas, abogados y demás. A mí siempre me parece que en la televisión se va más a saco, pero ya sabéis... las imágenes siempre impactan.
Será más bien el nieto de Sancho Gracia... Sí, los dos estuvieron en Curro Jiménez, pero no son el mismo actor :p
ResponderEliminarEstá corregido... que al releerlo digo: ¡pero qué hace aquí este hombre!
EliminarEl Algarrobo era el novio de Lourdes, la farmacéutica.
EliminarCanal Sur Radio no dijo en algunos de sus boletines que era él sino lo trataba como un español genérico más en el país tailandés.
ResponderEliminar"¿Sólo se puede hablar de estas cosas cuando ya no interesan o se han olvidado ya?"
ResponderEliminarSupongo que se toma un tiempo en hablar de estos casos, alguno no, para no entorpecer la investigación. O, lo más seguro, para tener sentenciado judicialmente el caso y poder explicarlo tranquilamente. Luego si quieren añadir dudas sobre la sentencia pues a saco. Pero no tengo ni idea, si es cosa judicial, periodística, o ética.