territorio Gallego

No ha habido suerte. Resulta que había bastantes nominados para el premio de periodismo ambiental Casa Mediterráneo. Como es de suponer, se lo dan a los periodistas que se dedican a informar sobre estas cosas de la naturaleza, medio ambiente... cosas de estas que tienen que ver con la ciencia y naturaleza, y que se publicitan poco.

Se lo han llevado un freelance, Jacopo Pasotti, a pachas con Félix Tena, de la Corporación Valenciana... bueno, de los de Canal 9. Vale, que no discuto el premio, sobre todo porque no conozco el trabajo de esta gente. Pero la verdad es que me hubiera gustado que se la hubieran llevado también "a pachas" otras dos personas: Javier Gregori, de la SER, y José Luis Gallego, de Onda Cero y Ràdio 4. Como el título indica, me guardo a Gregori para otro día (¡grande!), y voy con Gallego.

Gallego en la radio está en Onda Cero, en el programa de Julia Otero, y en Ràdio 4, con Toni Marín (¡también grande!) en su programa "El Matí a 4 Bandes". Bueno, también hace mucha tele, sobre todo en el circuito catalán, pero esto va de radio...

Me centro en el espacio de Julia. Desde que volvió a Onda Cero, podemos encontrar en su programa "el territorio Gallego", que es un espacio que va, sobre todo, de naturaleza y reciclaje. ¿Me gusta sólo porque el tema está bien? Sí, y porque además los temas que se busca son muy variados, lo explica todo muy muy claro, y, además, todo esto con un ritmo que te mueres. En el cuarto de hora corto que tiene de sección no nay nada desaprovechable. Pum, pum, pum, venga, venga. Que no puedo decir todo lo que quiero en tan poco tiempo. Es que además se me hace corto. Me gusta cuando responde a los correos, porque el pobre tiene que ir a toda pastilla respondiendo sobre temas que a todos nos interesan. ¡Más tiempo de Gallego!

El radiochip lumínico, curiosete, el día que con Mari Carmen Juan estuvo hablando de la contaminación lumínica... ¿Cómo es que no vemos las estrellas? Para todos esos que, como yo, hace muchos años, un día se dieron cuenta de que se pegaban la vida en la ciudad porque al ir a un pueblo, de pequeño, descubrió que las estrellas no son eso que se pinta en los dibujos. Que se veían de verdad y que eran muchas.

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