surtido de ibéricos

¿Os acordáis de dos programas de televisión que se llamaron «Latrelevisión» y «La Tribu»? Los que sean también frikis de la tele ya saben por dónde va a ir lo de hoy. Los que no... os explico. 

Ya sabéis que no me gusta hablar de los programas de radio nada más empiezan, a no ser que tenga muy claro o que eso es un puntazo o que eso no tiene nada de recorrido. En este caso, con toda la pena, creo que esto tiene más de lo segundo que de lo primero. Sin embargo, lo que me impulsa a hablar de este programa es que antes de que se emitiera ya me imaginaba cómo iba a ser. Y al escucharlo... ¡bingo! Era tal y como esperaba. 

Me encanta Latre. Desde hace años, cuando lo pillo en Onda Cero, le escucho. Me encantan sus imitaciones, me encanta cuando hace de Boris, cuando hace de personajes de radio que no suele hacer en tele... Que si De la Morena, que si Ramiro de Publipunto... Me parto. 

Nunca le pillé el punto al Monaguillo, pero no me lo pierdo con Alsina. Su rato de preguntas callejeras es de no perdérselo nunca. Genial, de verdad. Os lo recomiendo de verdad. Y me encantan las imitaciones de Leonor Lavado, me hace gracia Leo Harlem... Bla, bla, bla. Todo genial, de verdad. 

Pero no por juntar a gente que hace gracia te va a salir un programa gracioso. Por eso me recuerda un poco a «La Tribu». Juntaron a Mercedes Milá, a Sardá, Boris, Latre, Santiago Segura... Y más gente. Eso, sobre el papel, a alguien le podía parecer que podía funcionar. Sin embargo resultó un galimatías tremendo. Y no por tener un gran imitador tienes un programa humorístico. Eso pasó con «Latrelevisión»: Un buen imitador con guiones muy flojos. Ninguno de los dos programas tiró. 

Si juntáis estas dos ideas, suman «Surtido de Ibéricos». Guiones que van leyendo sin interaccionar con los presentes, tópicos humorísticos con un desarrollo flojo, que no fluye, con sus intervenciones pautadas... Un montón de gente que habla cuando le toca y que permanecen silentes cuando no es su turno. Si «La Vida Moderna» destaca porque hay veces que es imposible saber cómo va a trascurrir el resto del programa (ya sea por una llamada molona, ya sea porque le tiran un bote de Lea al público, ya sea porque... a saber), aquí sabemos que son un conjunto de guiones entretenidos sin molestar a nadie. Eso sí... en este caso, humor blanco nuclear. 

Añadamos cosas que matan el ritmo: Unos saludos muy genéricos de famosos que adornan el programa y lo interrumpen sin ningún sentido (Santiago Segura, Bertín, Alejandro Sanz...) y que nada aportan, una música de fondo que pretende darle algo de ánimo a la cosa (cosa que en «La Vida Moderna», de nuevo, no necesitan...) Sí, ya sé que comparar un programa que acaba de empezar con un programa que lo peta y acaba de ganar un Ondas es ventajista, pero creo que me sirve perfecto para ilustrar las deficiencias del programa. 

También añado otra crítica: A veces hay gracietas demasiado... de parvulitos. Si nombran a Chiquito sale de fondo una grabación suya que dice por ejemplo «¿te das cuen?». Si dicen que mola comer en España, un corte de Rajoy diciendo que le gusta España. Si hablan de WhatsApp, ponen un sonidito del WhatsApp. No sé. Muy preescolar. Todo esto lo podréis escuchar en el primer programa de «Surtido de Ibéricos». Radiochip de bellota: 

[Frikada: en el minuto 51 los oyentes del «¡Ya te Digo!» fliparán con las músicas de fondo... Porque usan los fondos de aquel programa... Muy fuerte, oye.]

Y si en «La Cultureta» con el mismo horario tenían un patrocinador y lo metían de manera muy original y currada, sinónimo de programa de radio de pata negra, aquí tenemos muchas cuñas de publicidad que interrumpen el programa. Es curioso cómo un programa de culto tenía sólo un patrocinador que todos conocemos (Ramón Bilbao, Ramón Bilbao, un vino divino) y aquí, por el hecho de tener un elenco de gente muy conocida, bien surtidos de publicidad genérica de Onda Cero.

Total... Que me parece un programa prescindible. No sé cómo evolucionará la cosa, pero me ha parecido un programa que no va a ningún lado, desgraciadamente. Si tuviera que comparar este programa con algún otro de la parrilla, sería el «Te la vas a Ganar»: Una idea peregrina, un montón de gente junta, se pone en marcha y a correr, salga como salga. No sé. No cualquier batiburrillo es humor en radio.

Que vuelva Pumares, coño.