Javier ya no vive solo

Estuve oyendo para el blog unas cosas antiguas... Y escuché la promoción de una serie que me sirve para el tema de hoy: se habla siempre de la audiencia de la radio (que es menor que antiguamente, aunque no demasiado en cuanto a usuarios, ya que hay muchas maneras de entretenerse), pero se suele pasar mucho de puntillas por las bajas audiencias de los programas de televisión. 

Os cuento: además de lo que es el radiochip de hoy, estuve viendo algún programa del «Un, Dos, Tres» en el que los concursantes campeones siempre hablaban de la de gente que les reconocía, que si les quitaban multas, que si les daban permisos en el trabajo, en los exámenes... Vamos, que ser concursante de una semana para otra te hacía súper célebre. Luego vimos lo que pasaba con los concursantes de «Gran Hermano» y derivados. Ahora, seamos sinceros, quitando los del «Pasapalabra» y los Mozos de Arousa... no sé si logramos el común de los mortales reconocer a nadie que salga en la televisión. 

Es así: la gente que salía en la televisión era famosa. Ahora, sinceramente, no. Sirve para que vean familiares y amigos el día que sea, pero... nada. Sé de gente que ha salido en la televisión y que está muy tranquila porque hizo el friki en su día y ahora nadie le reconocería por la calle ni sabría de sus andanzas. Genial. 

Va a llegar el EGM y la gente dirá que la gente de radio no es tan conocida como antes. Es cierto. Pero añado: los de televisión tampoco. Y ahora es cuando voy al momento de radio: porque escuché al mismísimo Emilio Aragón en el programa de Pablo Motos promocionando su serie, que no era «Médico de Familia» sino «Javier ya no vive solo», de la que no se acuerda absolutamente nadie. Vamos, que he preguntado a amigos y ninguno se acordaba. 

Y es cuando voy al tema de las audiencias: en aquella época (si bien es cierto que no había ni Cuatro, ni LaSexta, ni nada), hacía la serie datos en torno al 20 %. Eso era poco y duró sólo dos temporadas. Pero fijaos en la cantidad de televidentes: sólo hubo un capítulo en el que se bajó de 3 millones de media. Imaginaos la de usuarios únicos (o sea, como se da en la radio) que habrían pasado por ahí. Alucinante. Y, sin embargo, de eso no se acuerda nadie. 

Una cosa es la de millones de personas que puedan ver algo y otra muy distinta la huella que dejan en nuestra mente. Es cierto que si algo lo ven millones de personas, muy probablemente, por estadística, estará en la memoria colectiva. ¡¡Pero a veces no!! Podemos flipar mucho con cosas que tienen mucha audiencia y pasan desapercibidas y otras que tuvieron menos audiencia (o tienen), pero quedan metidas en la cultura popular, como «La Hora Chanante», que iba en un canal marginal al inicio. Pasa con muchos programas de radio, y suelo poner siempre de ejemplo «La Ventana» de Sardà, que tuvo, si miramos, poca audiencia, sobre todo comparado con lo que tiene ahora Francino. Pero... ¿Quién tiene las secciones más recordadas? Pues eso.