los relevos

Hay una cosa en la radio que queda genial, que es importantísimo para arrastrar a la audiencia, y que si no se sabe hacer... mejor ni intentarlo. Se trata de los relevos de un programa a otro. 

No es una cosa que pase a todas horas precisamente, pero de vez en cuando ocurre. Cuando Pepa daba paso a Gemma, cuando de Alsina se pasa a Lucas, cuando termina un programa informativo y empieza el fútbol a mitad de una hora... Ejemplos hay muchos. 

Yo recuerdo cuando de vez en cuando De la Morena daba paso a Gemma Nierga y le decía eso de «las picardías», o cuando daba paso a Molés, cuando los del «Hora 25» se pasaban por el Carrusel, y siempre contaban alguna noticia en plan chorras... Pero también hemos escuchado todos ejemplos de programas que daban paso a otros que parecía que se daban asco entre sí. O peor... indiferencia. Darte cuenta de que el de un programa pasa olímpicamente del programa anterior o posterior... ¡Qué feo queda! O mucho peor... que se note que hay un pique. 

¿Y reproches de un programa de después porque los otros se han pasado de la hora? Buf... ¡Qué importantes son los relevos! Aún recuerdo cuando los de «La Estrella Polar» de la COPE se quejaban en antena porque ellos eran puntuales en sus horarios, y el que les precedía (Abellán), se pasaba los horarios por ahí. Hasta que le dieron un toque. Luego Abellán decía una y otra vez en antena que si no se podía pasar de cierta hora... Ya sabéis. Si eres de deportes, demuestras la largura de tu miembro alargando el programa cuanto más, mejor. Y si te quitan ese derecho, es que te están haciendo de menos. 

Voy a poner un ejemplo de todo lo contrario. Un ejemplo de relevo guay. De estos relevos que si eres oyente de un programa y nunca te has puesto a escuchar el siguiente... te tienes que quedar, por pura simpatía. Para que veáis lo importante que es enlazar bien las cosas en antena. 

Llamadlo casualidad, pero en este radiochip aparecen dos personajillos sin importancia alguna para la historia de la radio: un tal Arús y un tal Cebrián. Mindundis... Se pasaban justo de la hora los del «¡Ya te Digo!» y justo a continuación iba «La Rosa...» Así que se ponen a hacer el relevo y Cebrián demuestró ser oyente del programa anterior jugando a hacer chiste con uno de los cortes que siempre repetían en el programa... Aquel en que se enfadaba Pepe Navarro a muerte. Radiochip del relevo 4 x 100 que me pasó Fran Izuzquiza: 

«¡Se falsea!» Y la gente, que no se esperaba tal momento de frikidad, sólo pudo reírse y aplaudir. Son pequeños detalles, sí... Pero automáticamente se llevaba la simpatía de toda la audiencia arusiana. Qué importantes son los relevos... si están bien hechos.