El blog cumple años, y como siempre... toca tema libre, y no sé exactamente de qué hablar. Con la de trabajo que cuesta hacer un blog todos los días... [Bueno, estoy exagerando un poquitín.]
Quizá habrá que hablar de la radio trabajada, que es la que mola.
Quizá habrá que dar las gracias a toda esa gente que, aun sabiendo que lo que suena por la radio es efímero —ahora, con los podcast, menos— y sabiendo lo poco agradecidos que somos los oyentes en general con los que se estrujan las meninges en la radio para darnos lo mejor, siguen cavilando día tras día para darnos cosas que quizá un día pasen no sé si a la historia de la radio, pero sí a nuestra historia personal como oyentes.
La tele tiene el reclamo de la imagen. Vemos una imagen en un periódico, una revista, internet... Y rápidamente nos viene a la mente un recuerdo. Más chungo es encontrar algo sonoro que nos evoque a otra época.
Recuerdo de crío a ese bicho comegatos en esa casa americana. Ese bicho peludo venido de Melmac y que tenía esa voz tan reconocible... Radiochip melmaciano:
En esa tele de cuando yo era crío, que no había más que otro canal donde echaban deportes y series a las 20 h., creo que era después de comer cuando salía esa voz de todos conocida haciendo de Ángela Channing y un personaje que era Lorenzo Lamas (el rey de las camas) y... Bueno... Radiochip fúquer:
En mi casa se hacía el silencio (un silencio hipocondríaco, debería decir) cuando aparecía el señor Ramón Sánchez-Ocaña. Ese médico que siempre estaba dale que te pego con que si la osteoporosis, que si el beber esto, lo otro... Menos mal que nos daba consejos, como en este radiochip de la prevención:
Mi padre no me dejaba ver la serie de las mujeres ésas extrañas que vivían todas juntas y hablaban de... cosas raras. Una de esas voces me sonó años después como voz de Marge. La otra voz que oiréis no viene ni de Saint Olaf ni es la de Blanche. Quería ser siciliana. Radiochip de oro:
Y cuando yo tenía aproximadamente la misma edad que el blog —ahora ya entendéis mejor por qué todo esto viene a cuento— salía también en la tele las historias de un bar y yo no entendía nada de nada. Radiochip del brindis:
Me acuerdo cuando echaban Kung-Fu. La veía con mi padre religiosamente. Ahora no me acuerdo más que lo de «pequeño saltamontes», pero lo cierto es que no me perdía un capítulo. Radiochip chinapio:
Y así todo. Era un crío, y por aquel entonces casi no escuchaba la radio, pero sí veía la tele mucho. Nadie dice que porque un crío con 8 años tenga como casi únicos referentes las cosas que ve en la tele luego no vaya a ser oyente de radio. Por muy acostumbrado que estuviera a tragarme lo que echaran en la tele, luego no tuve problema en convertirme en oyente de radio. Y con programas como «Lo Que Yo Te Diga» seguro que más de uno empezó a ponerse el cacharro ése despertador con FM al punto de la mañana, justo cuando se despertaba. Currarse estas cortinillas de sólo unos segundos supongo que les llevó su tiempo... Pero como vemos, lo bueno tiende a no ser tan efímero como ellos quizá pensaban.
Yo con 8 años, ya escuchaba la radio, aunque no entendiense casi nada, me molaba imaginarme como serían esas voces: Oía a Luis del Olmo, a Encarna, a Concha G. Campoy, a Gozalo, a Magín Revillo, los domingos el Carrusel o Tablero...
ResponderEliminarMolaba más, porque como digo, no existía internet, y muchas veces, te tenías que imaginar las caras de los locutores, ya que en la tv algunos tampoco salían...
Recuerdo preguntarle a mi padre como era Gozalo, y siempre me contestaba que hizo un anuncio de Seur, cosa que nunca llegué a ver...
Enhorabuena por los 8 años del blog y a seguir muchos años más enganchándonos...
Enhorabuena Pacman. Tengo la memoria de un pez, pero creo recordar que cuando era pequeña había programas infantiles, de relatos o cuentos o algo así, y de vez en cuando los oía. La radio de adultos no me atraía nada.
ResponderEliminarY así, como quien no quiere la cosa, pasito a pasito, suave, savecito, caminito de los 10 años. Felicidades ;-)
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