lunes, 12 de febrero de 2018

la cadena perpetua

Es un debate actual... otra vez. En realidad, ahora el debate versa sobre la «prisión permanente revisable». Es el eufemismo para la cadena perpetua opcional, según los casos. Hace 20 años, después de algunos casos de terrorismo, se puso de nuevo este tema a debate. 

Así que he traído un debate de 1997. Os va a sorprender. Primero, porque es un debate apasionado entre sólo dos personas. Segundo, porque esas dos personas están dando sus opiniones de manera clara, clarísima, y sin medias tintas y sin ser políticamente correctas y no hablando de manera jeroglífica. Tercero, porque se escucha gente de fondo que está viendo el programa. 

El programa es «La Ventana» de la SER, que presentaba Javier Sardá. Los que debatían cada semana eran el Padre Apeles y Eduard Delgado. No os esperéis nada excesivamente histriónico ni loco. Las dos posiciones que vais a escuchar en el radiochip son casi canónicas de lo que se esperaría de estas dos personas en 1997. 

Escuchad este radiochip de la cadena perpetua: 


Ehm... A día de hoy, en pleno 2018, esto no sería así. Dos únicas personas que en debate semanal charlan sin gritos, pero sin parar de hablar ni un segundo, en tensión total durante media hora, haciendo un toma y daca en donde el moderador abre temas, hace chiste, deja hablar y no es un mero espectador. Además, la gente de fondo hace que notemos las reacciones de la audiencia, sin necesidad de Twitter, ni nada. ¡La verdadera reacción de la gente en tiempo real! Algo tan antiguo y tan sencillo como llevar gente... Algo tan sencillo como tener público. 

¡Y qué final! Al final, agradece a Apeles, y a Delgado también. Al final, en ese ambiente, es cuando Sardá espetaba: «¡Que somos rojillos!» Y la risa general. Porque a ver... así era. La posición de Apeles en la SER estaba claro que era la difícil, pero aún así, nadie nos quitaba el placer de escuchar este debate tan veloz. No aburría ni un segundo. Esto era «La Ventana» hace 21 años. 

3 comentarios:

  1. El otro Delgado, que murió joven. Y el padre Apeles no sé sabe dónde andará, esperemos que en un monasterio retirado del mundanal ruido.

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    1. Suscribo lo que dice Apeles, por cierto. Esta cosa de que el objetivo de la pena es la reinserción es una gran tontería. El objetivo primero de la pena es evitar que el delincuente delinca.

      Y para eso está la cadena perpetua.

      Lo mejor es cuando Apeles dice "si me dejaran hablar..."

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  2. O/T: ayer Pepa tuvo a Julio César Iglesias y creo que fue un rato que valió bastante la pena (a partir del minuto 17)
    http://www.rtve.es/alacarta/audios/no-es-un-dia-cualquiera/neudc-110218-hora-5-2018-02-11t13-00-219401339/4471716/

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