no ser madres

El radiochip de hoy se emitió el verano pasado en RNE. Como sabéis, lo que más me gusta del blog es hablar de cualquier cosa posible, pero teniendo de apoyo siempre la radio, un momento que sirve para demostrar que por la radio pasa (casi) todo. 

Cuando yo estaba haciendo la tesis, la gente que tenía más de 30 años y que estaba por ahí de postdoc eran más o menos... mmm... no voy a decir que el modelo en el que inspirarse, que queda muy bonito, sino como algo más mundano pero más cierto: como diría Ignatius, rollo «mírame, soy tu futuro». Y me di cuenta de que había muy pocas parejas y, desde luego, lo que no abundaban eran mujeres con hijos. Me di cuenta de que en la carrera (de química) había más chicas que chicos, que intentando hacer la tesis también, aunque más igualado, pero que después esa abrumadora superioridad era casi un mitad y mitad, pero las chicas no tenían hijos. 

Efectivamente, el futuro era ese. Las mujeres investigadoras, las mayores, las que tenían plaza junto con sus maridos y todo eso, esas sí tenían hijos... pero las jóvenes... nada. Eso de investigar y tener hijos... como que no. Luego, en la empresa, vi que las chicas sí tenían hijos, pero con más edad, y si acaso uno. En la función pública vi que sí había muchas más madres, ya que tener un trabajo asegurado deja mucha tranquilidad. ¿O las que querían tener hijos simplemente ya elegían de inicio ser funcionarias? Me daba la impresión de que había una edad en la que las chicas se metían por ejemplo en la docencia para poder tener un trabajo que les permitiese tener hijos. 

Total, que escuché el reportaje que hicieron los chavales del máster de RNE sobre las mujeres corresponsales: las primeras mujeres corresponsales de la radio española. Fue interesante. Hablaron de radio antigua, de historia de España, pudieron escucharse voces conocidas por todos, y permitieron que se hablase de gente que yo desconocía. Asunción Valdés, Maribel Pérez Barrios, María José Ros, Gloria Del Campo, Ana Isabel Cano... Y escuchando este radiochip corresponsal, me di cuenta de que algunas de ellas hablaban con toda naturalidad de renunciar a tener hijos, y lo denominaban «vida personal», como si fueran cosas estrictamente sinónimas.

O sea, hablaban a las claras de abandonar la vida personal, como si tener hijos fuera equivalente a la vida personal. Después, hablaron de la mirada femenina en contraposición a la mirada del hombre... Se me venían muchas preguntas a la cabeza: una de ellas, si realmente todo este relato es un relato feminista o en realidad no, y simplemente era una historia de superación con respecto a los tópicos típicos de la época, que por cierto, vaya cositas tuvieron que soportar por parte de algunos jefes. La vida entonces era muy distinta, por mucho que nos quieran decir que no hemos avanzado nada en ese sentido.