la radio en Bélgica

Como lo habéis pedido mucho, vamos a echar un ojo (o una oreja) a la radio belga. Es una radio bien curiosa, porque en realidad son dos. 

En realidad, en Bélgica hay 3 regiones lingüísticas: Los valones, que hablan en francés, los flamencos, que hablan en neerlandés, y una pequeña comunidad que habla en alemán, allá en el este del país. Así que fundamentalmente hay radios que van en francés y otras en neerlandés. 

El EGM belga (el CIM) da los datos de audiencia por sectores lingüísticos, pero como lo vamos a ver desde España, vamos a mezclar todo. Vamos a la parte de datos demográficos y de cómo miden estas cosas: En Bélgica viven un poco más de 11 millones de personas. Más de 6 en la región flamenca, más de 3 en la valona, y más de uno en Bruselas capital. En Bélgica cuentan los oyentes mayores de 12 años (no de 14, como en España), y dan los datos de la media de los 7 días de la semana (no de lunes a viernes, como nos gusta en España, que así salen más grandes los datos). Así que comparando con el EGM de aquí, voy a hacer el "corte" desde los 200.000 oyentes, que sería nuestro 800.000 de oyentes de aquí. Y los oyentes que veréis es la media de las 3 últimas oleadas, que van exactamente igual que en España. 

La radio más escuchada de toda Bélgica es Radio 2 (dígase Radio Twee), de la parte flamenca. Es la pública, la de hablar. Su RNE. Su eslogan es «la familia más grande» (dada su audiencia, pues les viene bien anunciarse así), y su símil valón sería la radio VivaCité, de la que luego hablaré. La Radio 2 actual se creó como tal a comienzos de los años 80, después de reunificar a todas esas radios comarcales flamencas creadas después de la 2ª Guerra Mundial. Y lo molón de todo esto es que es una radio que podríamos denominar «suecopística», con fondo musical, gente en plan «expertos» que hablan de cada tema... Y tienen muchísima importancia los programas de humor y entrevistas de los sábados por la mañana. Podríamos decir que los flamencos en la pública se hacen «un Del Pino». 

Luego está Qmusic, que se creó en 2001, es privada, de la empresa Medialaan. Es la radio de la música actual, digamos que serían Los 40 de allí. De hecho, tienen su propia lista de 40 éxitos. Son más de locutores y DJs (tienen su propia «escuela») y en verano tienen los viernes por la noche una sesión desde Ostende que se llama «Qué Pasa». Así, en español. Y la siguiente en audiencia es otra musical: MNM (o sea, «Music'N'More») que es la musical actual dependiente del ente público flamenco. Se creó en 2009 para reemplazar a Radio Donna, que es contra la que se creó Qmusic. 

La otra musical que está ahí, en un pañuelo, es también de la radio pública: Studio Brussel tiene como eslogan «Life is music!», que no necesita traducción. Nació en 1983 como la radio de habla neerlandesa sita en Bruselas, y que emitía sólo en las horas puntas. Luego... silencio. Tiene para todos los gustos que no cubren las otras dos musicales: Rock, hip-hop... Pero también meten chumba-chumba. Es la alternativa. 

Después está la otra generalista de la pública flamenca. En los últimos años ha perdido audiencia y tienen los programas más rollo de servicio público, religiosos... Empezó a emitir en 1930, pero la actual, tal y como se conoce, estuvo rediseñada en 2007, y no les salió bien del todo. Muy criticada por los oyentes de siempre, con apuestas por los podcast y por cosas que igual no pertenecen tanto al ámbito de radio tradicional... Digamos que la gente prefiere la 2. 

Luego llega la más escuchada de los pobres valones, aquéllos que son víctimas de las bromas de los franceses. Pobres. Son minoría en el país, y encima resulta que la radio más escuchada en esta parte de Bélgica es una parte de la gran RTL, de los vecinos. Su eslogan es «vivir juntos». Claro... Pobres. Y empatadica en audiencia está Radio Contact, que es musical, y que también pertenece a la RTL. Es la radio que da las novedades musicales de la parte que habla francés... y alemán. Comenzó su emisión en 1980. Pero su imagen no es la misma que entonces. En tiempos antiguos el logo era una gaviota, como el PP (vale, vale, es un charrán), pero tras una tormenta de ideas decidieron que un delfín daba mejor rollo. 

Después, empatada con estas dos, está la pública belga: Radio VivaCité. Según ellos mismos dicen, se apoyan en 3 pilares: Las regiones, el deporte y la interactividad. Esta radio nació en 2004, y es el resultado de reformar todas las radios que había hasta entonces por la parte valona en plan generalista. Antes eran la «Frequénce Wallonie», que es un nombre más... de pública. 

Y sí, claro, a los valones les sale la rama franchuta. ¿Os acordáis de la entrada del blog sobre radio francesa? Una radio de la NRJ era Nostalgie. Y la NRJ también manda mucho en la parte valona, aquí aparece la misma marca. Empezaron en 1988, y recordad... mucha música de clásicos que pensáis que son franceses... son belgas. Ojito con confundirse cuando hables con gente de allí. Pero atención, porque como veis, después aparecerá otra Nostalgie, del mismo grupo, pero versión flamenca. .

¿Veis? Como la población flamenca es casi el doble que la valona, están muy bien ordenaditos en audiencia. Hasta que llegamos a Joe (FM, que se lo han quitado de apellido), que es la primera flamenca de la zona media. Su lema, en inglés, «Your Greatest Hits!», así que poco más tengo que explicar. Su inicio fue en la tele de cable, luego se reformó, bla, bla, bla, hasta que la pillaron los de Medialaan (los de Qmusic). 

Después va la emisora valona que emite desde la ciudad de un profesor de francés que tuve: Mons. La rockera, Classic 21, nacida en 2004 también, es la única de todo el país que emite sólo rock, y pertenece al ente público valón. Y está empatada en audiencia con la NRJ de versión valona. 

La Première es, como su propio nombre indica, la primera. Y nació en francés en Bruselas en 1923. También es pública, pero la verdaderamente escuchada es VivaCité. 

El radiochip de hoy es de RAC1, del «Versió RAC1». ¿Habéis visto u os suena «Homeland»? Pues no os perdáis este radiochip Puigdemoníaco a cargo de la voz de la gran Judit Martín: 

Claro, por eso venía todo. El final del radiochip... es tan de radio...