¡beh!

No será la primera vez ni la última. Muchos programas van grabados y editados. La gracia, si se hace, está en que no se note, sobre todo si se quiere dar la sensación de que se está al otro lado a altas horas de la madrugada. Mola pensar que la persona que te habla está en ese momento acompañándote. 

Así que muchas veces se hacen grabaciones que se editan. Cuando sabes que te van a editar, uno no tiene la presión de que tiene que decir todo correcto en ese momento, y va tranquilo. Para que quede todo bonito, si se dice algo que no está perfecto o no está siquiera bien, se repite, se edita y ancha es Castilla. 

¿Qué puede ocurrir? Pues que al que edita se le pase. No sé si quien edita es un técnico, una persona aparte o en este caso la propia presentadora. No lo sé. La cuestión es que queda curioso que cuando se olvidan de editar correctamente... nos enteramos de cómo es una grabación y qué se dice mientras se graba. 

El radiochip de hoy me lo sopló un lector, Emilio, que la noche de antes de la Lotería de Navidad estaba escuchando la radio. Tenía ahí puesta la COPE, y cuando se iba a despedir Rosa Rosado... ¡ays! Que se habian olvidado de editar. Radiochip no editado: 

Pedrorreta, a vér dónde retomaba... ¡Beh! Y a continuar, que ya editarán. Pero no, no editaron. ¿Resultado? Pues que se pierde la magia de hacer creer al oyente que está ella al otro lado en directo. 

Sí, muchas veces en la tele un programa sabemos que está grabado. Pero raro sería que pilláramos a un presentador diciendo: «Bah, luego lo cortamos» y eso se emitiera. Lo que pasa es que ha sido en la radio de madrugada y ejemplos de estos en el blog alguno ha habido ya.