Vamos a escuchar la voz del fundador y primer director de la emisora decana de la radio, que es Radio Barcelona. Su nombre era José María Guillén-García Gómez.
El radiochip de hoy data de 1967. En el espacio «La Vida Contrarreloj» (vais a escuchar en este radiochip varios programas pequeños) entrevistaron al protagonista de hoy en Radio Barcelona. Como escucharéis, el señor Guillén-García nació el 6 de agosto de 1887, con lo que contaba 80 años. Nació «en el cogollo de Barcelona», en la calle Pelayo. Y estudió en el colegio jesuita de la calle... ¡Caspe! Todo en pleno cogollo, claro. Y decía ser mal estudiante de crío, pero se hizo ingeniero y se licenció en la Sorbona.
El primer contacto con la radio lo tuvo en el laboratorio de su padre, en la calle Aragón. Y desde entonces empezó a construir radios, y, como decía, tenía fracasos. Para las piezas se nutría del taller que había al lado. Y construyó un receptor. Lo primero que oyó: señales horarias. Y años más tarde empezaron a emitir en el lago del parque: de una orilla a otra, unos 200 metros. Ni siquiera un kilómetro. ¿No es bonito? Lo primero que emitieron fue... ¡morse! Todo esto lo escucharéis en el radiochip decanísimo gracias a que lo grabó Carlos (C.) hace mil años.
Contaba el señor Guillén-García que empezaron a emitir en hotel Colón ya en plan serio. [Este dato sí que es de todos conocido.] Después se pasó a emitir al Tibidabo. Tuvieron que pedir muchos permisos, decían, porque tenían más de 100 dueños. Tuvieron que expropiar los terrenos. Decía que la gente estaba encantada con la radio, con sus radios de galena.
El origen de Radio Barcelona es que el señor Guillén-Gª es que reunió a 12 personas que se comprometieron a dar cada mes 1000 pesetas. Es decir, 12000 pesetas que costaba el alquiler mensual. Promovió la revista «Radiosola» para explicar el invento éste de la radio al personal. Después de montar Radio Barcelona se fue a montar la radio de Atenas a imagen y semejanza de la de Barcelona. Y la de Andorra también iba a ser... pero no terminó saliendo el asunto.
Le preguntaban: ¿Alguna vez la televisión sustituirá a la radio? El señor Gillén Gª tenía claro que no. En los años 60 tenían claro que no, y 15 años más tarde había gente que pensaba que sí. Ilusos. Y muy interesante.... ¡Muy, muy interesante! Le preguntaron sobre qué horas eran punta en el consumo de radio. La respuesta fue clara: Las horas de comer y de cenar. ¡Justo ahora son las horas valle! Y que la juventud escuchaba de tarde... Y mira, eso sí es así ahora.
Muy entretenido eso de escuchar una entrevista tan... no sé.... con preguntas rápidas y concretas. Cuando el presentador no se mete en las respuestas ni las discute. A toda velocidad. Efectivamente, contrarreloj. Y algo anapastoriano. El rato final, cuando hablan de la muerte... ¡Madre mía! Lo que Dios disponga. Eso sí... una buena persona. No por nada, sino porque le gustaría que le recordaran así. Murió en 1972.
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