Ayer, en «Cuarto Milenio», Iker Jiménez se puso a contar un caso de asesinato de 1990 que ocurrió en la calle San Miguel de Zaragoza. Dijo que ese relato lo había contado en un programa de Radio Voz y que se llamaba «La Voz de las Sombras». Además, puso una cabecera de aquel programa.
Rápidamente, me puse a buscar. Pensaba que era que él tenía un programa llamado así en Radio Voz, pero no, es que allí colaboró con quien hacía el programa: Juan Ignacio Blanco. Sí, es el que luego dedicó mucho tiempo a investigar lo de las chicas de Alcácer. Y sí, para los oyentes del «Si Amanece...», don Sospechas.
La historia que contó Iker no me parecía nada realmente excepcional... Era una historia corta, pero contada con sus palabras y dramatizada con actores... Pues entonces se convierte en un historión. Buscando, buscando, intenté ver si estaba subido a algún sitio de aquel programa de mediado de los años 90. No lo encontré. No estaba la historia de Josefa (la que relató ayer en el programa), pero sí el de otra aragonesa: la historia de Carmen Broto, de Guaso, que es un pueblo cercano a Boltaña, en la provincia de Huesca.
El radiochip es la historia de Carmen Brotons Buil, prostituta que ejerció en Barcelona y cuya muerte fue sonada en toda Cataluña por los palos que tocaba... Ya se sabe... Radiochip de los altos mandos:
Que digo yo: para ser un programa de madrugada, de aquellos años y en una emisora con tan pocas frecuencias... nada mal. Aquí se puso empeño... Y yo sin saber de la existencia de este programa hasta ayer mismo. Claro, lo que había puesto Iker en Twitter no me llevaba en mi memoria más que a una sección que llamó así en «Milenio 3» a mitad de la década de los 2000. Y claro, ahora entiendo que tuviera tan claro que tenía que funcionar esto de las dramatizaciones.
Por si alguien tiene curiosidad y no tiene tiempo de oír la hora entera con atención, resulta que en la Wikipedia hay un resumen de este episodio: «Navarro Manau, era hijo de Jesús Navarro Gurrea, un delincuente profesional fichado como "espadista" [...] ideó un macabro plan cuyo objetivo no era solo el de sustraer las joyas de Carmen Broto, sino que ella los condujese a Martínez Penas para robarle también a él. Luego matarían a la joven, la harían desaparecer y sobre ella recaerían las sospechas. El plan incluía emborracharla, golpearla y enterrarla en un huerto propiedad de Navarro padre en la calle Legalidad, [...] Así, la tarde del 10 de enero de 1949, Jesús llama a Carmen y le ofrece una de esas noches de juerga desenfrenada [...] Se desplazan entonces a varios lugares de alterne [...] Cuando da muestras de estar suficientemente bebida, la llevan al coche y se ponen en marcha, en busca del mejor lugar para perpetrar el crimen. Al pasar delante del Hospital Clínico Viñas decide que ha llegado el momento de actuar, y mientras Carmen está distraída la golpea fuertemente en la cabeza con un pesado mazo de madera. Pero la mujer se revuelve y pelea con su agresor. Jesús detiene el automóvil para ayudar a Viñas, y Carmen aprovecha para escapar. Pero apenas puede dar algunos pasos antes de desmayarse y ser de nuevo introducida en el vehículo por sus agresores, ante el portero del hospital, al que convencen de que la mujer solo está borracha y la están llevando a una clínica privada. Estos van al huerto de la calle Legalidad, donde han convenido encontrarse con el padre de Jesús, y allí, una vez que comprueban que Carmen ha muerto, se apoderan de sus joyas y luego entierran su cadáver. Pero los asesinos dejaron demasiadas huellas y pistas fáciles para la policía: [...] Jesús Navarro Manau es detenido y no tarda en confesar. Su padre y Jaime Viñas se suicidan, tomando cianuro, [...] Navarro Manau fue condenado a muerte. Sin embargo, logró que le conmutaran la condena por 30 años de cárcel, [...] Tras permanecer más de una década en el Penal de Ocaña, fue liberado por buena conducta».
Pero esto gana muchísimo si lo escucháis en el radiochip, porque aparecen más personajes y es mucho más molón. Ya habéis leído el libro... pues mola mucho más la película narrada. Bueno, el relato.
Estos radiochips quedarían genial en un podcast. Anímate, Pacman, que es el futuro.
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