domingo, 9 de febrero de 2014

¡no me lo digas!

¡Top 40! Parece que comienza "Plásticos y Decibelios"... pero no, sale la voz de Julio López introduciendo a dos personas que van a participar en un juego de preguntas y respuestas clásico. Son las 11:30 h. de la mañana del domingo, y quizá estés recién levantado de la cama. 

El espacio se llama "¡no me lo digas!". Es la sección del "A Vivir..." en la que dos personajes se baten (se batían, mejor dicho) en duelo para entretener el personal. Simple, sí, pero funciona. Lo bonito era contraponer a dos compañeros o dos personas que son competencia, para "que haya algo de pique". Aunque ahora es famoso contra "persona normal". Presenta Del Pino pero conduce el concurso algún cómico del programa -la temporada anterior lo hizo Sinacio, y el comienzo de esta fue Mónica Chaparro-. Primero, tras presentarlo, hay una especie de pseudo entrevista corta, donde si hay alguien de promoción da a conocer "su producto", y tiran para delante con el juego. 

El otro día, un lector del blog me dijo que se les había olvidado poner la publicidad en el espacio, y que se había escuchado todo lo que estaban hablando durante ese par de minutos a mitad de concurso. Le contesté que no, que no era un error... A mitad de concurso, hacían un corte donde dicen que están en publicidad, y se permiten jugar a ver si los invitados cuentan algún chascarrillo... ¡Qué grande! Es un recurso bonito y peligroso que permite conocer alguna anécdota de los invitados (casi) a traición. 

Al final da igual lo que hayan contestado, porque en la última pregunta se juegan "todo". Hacían antes una especie de ronda de respuestas del "Un, Dos, Tres" en la que "el que gana, gana". Con lo cual... pues eso, el trascurso del juego en realidad es inútil y depende solo de la gracia que le quieran dar los invitados. El peligro es que hay como un 30% de los invitados que suelen salir rana. Me acuerdo especial de un par de mañanas que los invitados fueron... ehm... bueno, da igual; digamos que no entendieron mucho la marcha del espacio. El día que lo pasé mal fue cuando estuvo Miguel de la Quadra Salcedo. Madre mía. 

Como casi siempre, el radiochip de hoy guarda una frikada. Pero primero, para que os hagáis una idea, aquí va el resumen de los mejores momentos de este espacio la temporada pasada; radiochip no me lo digas:



Como decía Del Pino al principio (¿a vosotros os sale llamarle en casa "Pino", como a Gemma?) es un espacio que quiere ser un poco homenaje a la radio antigua. Concurso, famoso, locutores y un piano de fondo. Ese piano que da las pistas a los invitados sin que se enteren mucho de lo que va la fiesta.

El pianista (el maestro Maeso) es una cosa que me hace especial gracia. Porque desde hace mil millones de años, cuando los ex-SER visitaban la radio, siempre decían lo mismo: "recuerdo el piano aquí..." Y yo siempre decía: "¿Para qué cojones quieren ahí un piano si nunca se usa?" En el estudio principal de Radio Zaragoza también tienen un piano... Nada, que debe ser que no hay estudio grande sin piano.

Hace poco, los invitados a este espacio fueron los de Gomaespuma. Y Pino -venga, le diremos pues Pino- dijo en antena que había sido muy oyente del programa cuando estaban en Antena 3. En este radiochip escucharéis alguna historia de las de Gomaespuma recordando viejos tiempos, pero la frikada viene ahora... El último programa antes del "A Vivir..." en que al menos un sección tenía piano de fondo fue precisamente Gomaespuma en su etapa en Onda Cero. En ese caso, la gracia es que el "maestro al piano" se apellidaba Gutiérrez... pero de nombre, Cope.

La intervención de Gomaespuma en este espacio, en el siguiente radiochip no me lo digas:



Al final Juan Luis Cano hablaba también de que él era oyente de Del Pino y que se levantaba para escuchar la sección con Ramón Lobo. Ya lo recomienda él... no hace falta que recomiende yo bajarse los podcast. 

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