la realidad definitiva

No sé si sabéis que ha cerrado en España la revista Vice.

Le pregunté a unos amigos que si sabían que la habían cerrado e imaginándome cuál iba a ser la respuesta. Efectivamente, la respuesta fue «no sé ni qué es». Tengo mi propia teoría de la percepción de la realidad de quienes viven en los medios y la realidad normal de la calle... 

Para resumir, Vice era para una especie de hipsters sobrepostureicos. Mi impresión que era para pijos modernos con ínfulas. Y barba, claro. Mucha barba. De esta gente que va tan de moderna que en mi barrio los más chungos del lugar guardarían la distancia de seguridad por sí mismos, sin necesidad de pandemia ninguna. De esta gente que quiere vivir historias increíbles pero viendo un vídeo desde su Mac. 

Total, un flipe. Pero un flipe que casa mucho con la aspiración de lo guay que la SER desde hace tiempo ha abrazado. Un mundo paralelo donde uno puede fliparse sin sonrojo ninguno. Y da la casualidad de que, precisamente en verano, la revista Vice tenía una especie de ventana en la SER en forma de programa de verano: «La Realidad Definitiva». Ponía la voz Pedro Blanco. 

Descripción: «Terapias de ayahuasca, dominatrix financieras, una aldea poblada solo por mujeres… ‘La Realidad Definitiva’ traslada a la radio los reportajes insólitos de VICE, con su característico estilo irreverente. Documentales de sus canales internacionales (The Creators Project, VICE News, Broadly…), su serie en HBO o su programa de televisión en España (Diario VICE), a los que se añaden nuevos datos y el testimonio de sus creadores y protagonistas». 

Que igual para los 4 hipsters supremos esto es guay, moderno e incluso cuqui. Yo me imaginaba al oyente medio de la SER que va y se encuentra reportajes largos en plan moderno hablando de ayahuasca y dominatrix financieras, y bueno... En estos casos no pienso tanto en el oyente sino en quién les convence de hacer este tipo de cosas en la radio. ¿Quién cree que esto es una idea buenísima? ¿Hay una especie de competición a ver quién es más esnob y hipstermente pedante? 

Total, que el radiochip de hoy nos lleva al verano de 2017. ¿Qué temas elijo de entre los que tocaron? ¿Selfies, boxeo y deportaciones en EE. UU.? ¿Bitcoins, pinball y dinero falso? ¿La nueva estrategia de los KKK con los veteranos de guerra? ¿Brujería en México? Que a ver... algunos temas molarían para la madrugada. No lo dudo. Pero igual daba la sensación de vivir en un mundo muy alejado del barrio en que vivo. 

Escuchemos de radiochip vicesco el de las terapias de ayahuasca, las dominatrix y el pueblo habitado sólo por mujeres.

Me encanta que se llamase «La Realidad Definitiva». Es que hablando de esto con mis amigos, nos preguntábamos cuáles serían los temas candentes, irreverentes, polémicos, con temas incómodos y bordeando los límites si la radio hablara de la vida del barrio, pegados a España y no a las flipadas en que ocasiones muestran en la SER.

O sea... hablábamos de si había ganas de hacer reportajes de tipo Vice, con sus mismos temas irreverentes, pero sitos en España: sobre si los gitanos del otro barrio vendían o no la loza de sus propios pisos, y a qué precio; de cómo robar en el centro comercial para que no nos pillen, cómo hacen para que en el barrio de al lado pidan pasta por usar las pistas que son comunes, si hay prostitución en tu vecindario o no, métodos de hacer simpas, de si a las madres en los parques les dejan a los críos que se junten con los de tal raza o no... Nos reíamos de que había mogollón de temas del día a día que se pueden tocar en plan de guay, pero que de los temas de casa... ¿Hay nuevas medidas higiénicas en los puticlubs de Toledo o Bilbao? Toreros que te comen el culo. Señoras que no se saludan en el portal y mantienen una guerra fría. ¿Puede afectar a su vida sexual? Ahí no hay Vice que valiera. ¿Cómo se drogan en tu barrio? Porque vale, cómo se drogan en tal país... Pues flipas. Pero quiero saber lo que lo peta bien en casa de tu vecino. Todas estas flipadas valen para países lejanos, para grupos raciales que no existan aquí, pero no para los temas polémicos del barrio donde la SER emite y tiene oyentes. La razón es obvia.

Vice ha cerrado. A ver si se atreven a hacer reportajes polémicos con cosas del día a día de la gente que oye la SER normalmente en nuestros pueblos. No es hipster, pero se parecería más a su propia audiencia: la que va a comprar el pan haciendo cola.