Iñaki (aún) no se va

Ayer se dijo en la radio, aunque básicamente se dejaba a las claras el domingo en InfoLibre: Iñaki Gabilondo dejará de hacer sus columnas diarias (bueno, de lunes a jueves) en el «Hoy por Hoy». 

No entiendo muy bien la capacidad de entendimiento del personal ni esto de la pena impostada en Twitter. Ayer, leyendo lo que ponía la gente más apenada en Twitter, daban por hecho que Iñaki dejaba la radio. ¿Pero acaso escucharon lo que dijo? 

Iñaki pasa a tener una hora los lunes con Àngels Barceló a las 10 h. de la mañana para charlar con la juventud y tal... Pero... No, no ha dejado la radio aún. 

Lo ilustro con estos tuites de Rosa Villacastín, que como tantos y tantos otros (me parece muy representativo), escucharon (o más bien no) lo que les dio la gana y se han montado la película de que jamás volverán a escuchar su voz y que bla, bla, bla, oscuras golondrinas... ¿En serio escucharon lo que se dijo en antena? No sé siquiera si escuchó la radio o leyó a algún tuitero y no entendió lo que pasaba. 

Que yo no sabía si estaba hablando de su marcha imaginaria de la radio o de algo mucho peor... Como ponga el lunes que viene la radio y se encuentre con Iñaki charlando con la chavalería, se va a arrodillar y va gritar «¡aleluya!» que hasta los vecinos le llamen a ver qué tipo de rito está practicando en su casa. Esto me recuerda a cuando hace unos años le preguntaron a Miguel Ríos hace algunos años que a quién oía por las mañanas y respondió que Iñaki. Se quedó ancho el tío. Pero, como veis, Gabilondo es un icono. 

Como decía Iñaki, estaba un poco harto de los análisis políticos (sea o no sea cierto) y va camino de los 80 años. Ya sé que aparentemente no lo parece, pero los tiene. Decía en antena que a esa edad poco había que explicar para decir por qué dejaba de hacer columnas diarias... Bueno, lo podéis escuchar en este radiochip de la despedida a medias: 

Yo creo que para terminar su vida radiofónica ha preferido hacer algo mucho más amable, que le requiera menos tiempo de preparación y constancia, y que además sea más bonito... 

Llevaba ya años haciendo este minuto de análisis político. En realidad, más que por la opinión, era más interesante por el análisis. Por ejemplo, en 2016 dio en el clavo con lo que podría pasar tempo después de las elecciones. 

Y esto muestra bastante el signo de los tiempos en la radio. En realidad, veía que la gente no decía echar de menos sus análisis sino sus opiniones. ¿Lo realmente importante que hacía Iñaki era opinar? Yo creo que lo realmente útil y valioso son los análisis. Las opiniones... En fin... 

Actualmente ya sabemos cómo sulfurar a las audiencias de unas radios y de otras, y cómo hacer para que queden satisfechas. Y de algo de eso hablaré en el radiochip de mañana. 

De hecho, recordemos que Iñaki fue tentado hace casi 30 años por la COPE para llevar sus mañanas. Esto actualmente sería una cosa completamente impensable. Y esto, en parte, es lo que le da la razón con eso de la hartura (sea o no cierto) y explica también que lo más importante ahora en una radio sea la opinión. Curioso: lo más importante pero lo menos relevante, porque se da por hecho la asunción de todos los paquetes ideológicos españoles. 

Ya veis... Mónica Carrillo deja escrito un simple «Iñaki, no nos dejes» y rápidamente aparece alguien que dice que trabajando en AtresMedia, imposible que eche de menos a Iñaki. Así está el panorama, y podéis ver más respuestas. Como se entere de que Puri Beltrán pone ahora voz a los podcast-boletines de La Razón... Sin ir más lejos, ayer se enteraron los de La Última Hora de que Edu Galán (de Mongolia) colabora en el programa de Alsina y se les fundieron los fusibles. 

Pasadas las 10 h. de la mañana, tras hablar con la alcaldesa de Sabiñánigo, Àngels tuvo de nuevo a Iñaki, que era TT. Para adornar más todo esto, pusieron el tuit de Pedro Sánchez... Para ahondar más en este tema, y para ilustrarlo más si cabe, ahí veis su tuit. Aquí va el otro radiochip de ayer de Iñaki en este otro radiochip de la despedida a medias: 

Hay veces que los apoyos se hacen con buena fe, pero que terminan ilustrando precisamente el ¿problema? del que se habla. La realidad de 2021 no se parece demasiado a la de 1991, tampoco radiofónicamente, y de esto hablaré también dentro de nada. Esta noticia ha venido tan a cuento...