equipo de investigación

Se hizo mucha coña con el tuit de los de «Equipo de Investigación» en el que bromeaban con que investigarían lo ocurrido en el programa donde se elegía el representante de TVE para ir a Eurovisión. Pero al final van a tener que hacer ese programa... 

Antes de nada, no os penséis que la «gala» del sábado fue mucho más horrorosa o lamentable que la que ha habido otros años... Porque ha habido años en que eso ha quedado incluso peor. Un cachondeo, vaya. Y el método de selección... siempre ha alucinado al personal. 

Este año, los de TVE se sacaron de la manga un jurado de tres personas de radio: Virginia Díaz, de Radio 3, que flipó con lo del corte de mangas, Cárdenas, de Europa FM, que aunque sacara un disco cuyo tema principal use de sintonía de su programa de radio creo que de música sabe lo mismo que mi vecina del 7º —que por si no lo sabéis, es sorda— y Xavi Martínez, de Los 40, que —y aquí es donde la matan— desde hacía días venía siendo «acusado» de no ser muy parcial, porque había apoyado claramente a Manel, que fue el que ganó. 

Lo de la mujer del César... Los comentarios menos sacados de quicio de la gente que seguía el tema decían simplemente que si un miembro del jurado se sabía que tenía preferencia por un determinado candidato... pues que lo lógico es que hubiera declinado el ofrecimiento. Pero nada... aceptó. Pero lo realmente flipante (y sospechoso) es que los de TVE, a pesar de las críticas fundadas y justificadas, consideraron no tocar al jurado. Así que si hay suspicacias... pues... con su pan se lo coman. 

La cuestión es que después del horror de gala, el corte de mangas, la polémica con el jurado, los hinchas del público, el «listo» de turno que pensó que pegar a Xavi Martínez iba a arreglar algo en su vida, empezó la investigación del personal... Que si la hija de la que organiza que si está en Sony, que si habían buscado fotos de Xavi Martínez y Manel dado que éste último negaba ningún contacto previo con el locutor... Llegamos al documento sonoro que para muchos «demuestra muchas cosas». 

En realidad, en este radiochip Manel (emitido en «Lo + 40» a finales de enero) a mí sólo me demuestra que quizá Xavi tenía que haberse abstenido de aceptar ser el jurado... No sólo porque fuera parcial, sino porque era de suponer lo que le iba a traer después. Pero aparte de eso, todo lo demás me da que son suposiciones y pajas mentales. Porque lo raro hubiera sido que después de haberle apoyado desde la radio y las redes luego hubiera votado a otro candidato. Eso sí es lo que hubiera olido a tongo por su parte. He aquí el momento:

Y sí, se fueron a cenar. Pero esto no demuestra que Xavi Martínez estuviera «comprado», sino que le iba a dar los 12 puntos ya fuera porque es amiguete, porque le gusta mucho su música, porque le han puesto 3 pisos, por sus ricitos, o vaya usted a saber, sin necesidad de ningún tongo... Porque simplemente fue consecuente con el criterio que él mismo publicitó. Y por supuesto, también es lícito intuir que los que eligen al jurado tenían claro lo que iban a votar seguramente. Ahí está la cosa realmente. El tongo estaría en la elección del jurado, en la mecánica de quién tenía más peso y no en su veredicto.

¿Por qué me meto en todo esto? Porque todo viene muy a cuento... El domingo iba en coche con una amiga y estaba yo poniéndole las presintonías. Cuando le fui a poner Los 40, me dijo que no la quería poner «por principios», que si estaban «comprados» y todo eso. Y cuando hablamos de este tema de «Objetivo Eurovisión» yo creo que antes de atender a razones... ya tenía claro que si había un locutor de Los 40, pues...

Y esta es la reflexión sobre radio. Hay gente que tiene en la cabeza (¿de manera fundamentada?) que todo lo que tiene que ver con Los 40, con sus locutores, con su música, con lo que sea... pues... Eso. Y no les harás cambiar de opinión. Antes de juzgar o plantear la situación ya sabes su posición respecto al tema. 

Total, que los de «Equipo de Investigación» ya pueden llamar a Gloria Serra para que hagan uno de esos programas en los que al final no se aclara absolutamente nada, llegando de nuevo al punto de partida.