la entrevista a Monasterio

Iba a poner que era un placer culpable, pero luego pensé que no sabía muy bien culpable de qué. Chico... Es que hay cosas que son divertidas y que te las comes porque simplemente lo son. Además, por si fuera poco, son muy comentables en el blog. 

Ayer Federico entrevistó a la Monasterio. ¿Y dónde está la gracia de esto? Pues que fue una entrevista fuera de lo normal. Federico estuvo a tope cuestionando a la Monasterio, le intentó poner en varios aprietos... Y además de ser divertido, según escuchaba la entrevista me iban naciendo las ganas de comentar todo, hasta que decidí que era un tema del blog. 

Para empezar, la obsesión de la Monasterio por la SER: entiendo que hable de la SER como si fueran un polo y que lideran la opinión de muchísima gente... Hasta aquí, lo normal. Pero es que estaba obsesionada. Una cosa es que la SER esté alineada completamente con todo lo que haga Pedro Sánchez (por lo general) y otra muy distinta es que la SER dirija la opinión de Pedro Sánchez y de todos los demás partidos políticos, empezando por el PP. Era... raro. Nombró a la SER y a El País tantas veces que aquello terminaba siendo una imitación de ella misma. ¿Dónde quedó aquello de los comunistas?

Luego, por otro lado, me parecía muy entretenido que la entrevista fuera mal o bien para la Monasterio dependiendo de si Federico decía si había votado a Vox, si los volvería a votar o si ya no les volvería a votar. Hasta se sorprendió con el abuso que hacía  Monasterio de nombrar a la SER y demás... Además, al final, que fueron muchos minutos, se atrevió a decir la Monasterio que escuchar la COPE le recordaba mucho a recordar la SER. ¿¿Pero vivimos en el mismo país?? 

El radiochip voxero de hoy:

O sea, que igual que según iban debatiendo estaba la cosa centrada en si Federico votaría o no a Vox (que era un termómetro de qué tal le iba la entrevista a ella), la Monasterio terminaba diciendo que la COPE era como la SER como una especie de estar a bien con Federico diciendo qué es lo que tiene que escuchar un buen votante de Vox. Era una cosa como muy enrevesada, pero si coges palomitas y te metes los 50 minutos de entrevista entre pecho y espalda, yo creo que notarás que es una cosa bastante ajustada a lo que sucedió. Una especie de metalenguaje. 

Qué alegórico de la radio actual eso de que el líder de opinión (de la radio que sea) de alguna manera pida el voto para uno u otro partido sea lo que realmente importaba en la entrevista. Si vas por aquí, te voto (luego vote usted esta opción), y si vas por ahí, no te voto (y vote usted esta otra opción). Y lo mejor de todo es que es obvio que la Monasterio no estaba tan pendiente de explicar lo que quería como de agradar o intentar agradar a Federico y lo que ella cree que le puede gustar para que diga que igual tiene su voto... y, por tanto, el de tanta gente. 

Igual hoy mismo vuelve a ser una componente de «los Aristogatos», que es como apodaba Federico a ella y su marido en tiempos. Quien decida el voto público de Federico será el que se lleve el voto de un montón de gente. Así es la vida. Y es tan interesante...