creer lo que nos da la gana

Me estuve partiendo de risa el otro día con los memes de que Neymar se quedaba en el Barça. Todos eran geniales. Todo el mundo preguntándose si se iba o se quedaba... y al final parecía que el lunes «se quedaba». 

Pues 220 millones de euros había costado ya el traspaso de Neymar al PSG la semana pasada, según un señor de Sevilla. Los humanos tenemos cierta tendencia a creer lo que nos da la gana, independientemente de los hechos y de que nos los demuestren. Es impresionante. Lo de la teta de Sabrina no fue cantando el «Boys, Boys, Boys», por mucho que todo el mundo lo crea. 

Estuvo genial el día en que a Alsina le dio por conectar con Sevilla, Bilbao y Madrid para ver «a pie de federación» a quién iban a votar algunos de los que se tenían que pronunciar en las elecciones del PSOE. A partir de entonces, otras veces han conectado con las emisoras locales para que salieran a la calle y que respondiera la gente qué era «populismo», «la canícula»... Y cada viernes, para preguntar en directo qué piensa la gente que ha sido la noticia más importante de la semana para ellos. 

De estas semanas en que han salido a la calle podemos sacar en conclusión que la gente saca bastantes veces temas locales y regionales —que pocas veces aparecen en portada nacional—, que son muy de comentar los deportes y que el tema de Cataluña se las chufla bastante en general. 

Lo gracioso es comprobar que alguien diese por hecho el viernes pasado que ya estaba hecho el traspaso al PSG con cifra y todo. Podréis escuchar «la exclusiva» que había leído o escuchado este señor sevillano y más opiniones en este radiochip de ir por la calle: 

Tras escuchar este radiochip tengo que comentar dos cosas:

1.- Que esto de salir a la calle es más antiguo que el comer con las manos. Y da para reportajes bien jugosos. La cuestión es que es una cosa muy radiofónica que ya no hace casi nadie. Lo hace ahora Alsina, lo hace Del Pino con Broncano en clave de humor... Y poco más. Pero no entiendo cómo en la radio actual se prescinde tan alegremente de una cosa tan de toda la vida y que da tan buenos momentos. Además siempre salen cosas interesantes. ¿Antiguo? Sí. ¿Y? Ahora es hasta novedoso.

2.- A los que llevan el micro les pediría que no usasen a amigos o conocidos suyos como «viandantes casuales». A veces se nota que los que hablan tienen pocos nervios o titubean demasiado poco. Y otras, como cuando conectan con León —lo comprobaréis en el radiochip— el corresponsal primero pregunta el nombre al señor de la calle y después le despide por su diminutivo.

Lo interesante de este tipo de cosas es saber qué piensa la gente, qué cree... Y me parece mucho más útil reflexionar sobre lo que cree o deja de creer un señor de Sevilla que cree una noticia falsa que lo que dice un «gancho» que te puede resaltar lo de Blesa, que ya nos lo sabemos. La gracia de esto es saber qué cosas opina la gente, y no tiene siquiera que ser representativo.

No todo el mundo está tan enganchado a la información como los que pasamos por aquí.