de vermuteo

Lo bueno de tener unos días de fiesta es que puedes escuchar la radio relajado y pensando en otras cosas. Lo malo son siempre los días en los que uno se levanta demasiado pronto, como si no estuvieras de vacaciones. Y sí, el tema es el que os esperáis. 

Ayer me levanté pronto y me puse la SER. Escuché en directo la entrevista de Àngels a Ione Belarra, la de Podemos. Ya había habido cosas que me llamaron la atención, pero bueno... las típicas cosas de políticos, que un día defienden a muerte una cosa y dos años más tarde está clarísimo que lo correcto era lo contrario. Pero bueno, nada fuera de lo habitual. La cuestión es que todo iba normal hasta que se le ocurrió a Àngels preguntarle por si le preguntaría a Pablo Iglesias sobre las decisiones del partido. Era una pregunta más que pertinente porque, a diferencia de otros líderes, Iglesias está ahí opinando todo el día. Si no hubiera sido así, también habría sido pertinente, igual que a Mas le preguntaban por Pujol (y le dibujaban como un títere), igual que a Rajoy por Aznar (ya que le puso por el famoso dedazo... lo de siempre). Pero Belarra jugó el comodín del machismo. Radiochip de la acusación: 

Vale, todo esto ya lo sabemos... Ayer se habló de esto, y tuvieron oportunidad de comentarlo cuando la Fumanal sacó por fin el tema al final de la tertulia. Pero el punto de hoy es esto, que hasta salió Pablo Iglesias diciendo que sí, que eso era lo que parecía (aunque supongo que le echarían la bronca porque la dirigente de Podemos no necesitará que la defienda él), pero también preguntarme qué pasaría si esa misma pregunta se la hubieran hecho en Onda Cero o la COPE. 

Si esta pregunta (que Àngels defendía que la hacía no por ser Iglesias un hombre, sino por motivos que todos consideramos obvios) la llegase a haber hecho Herrera... ¿Hubiera podido defenderse igual? Incluso diría: ¿habrían salido a defender al presentador igual que a Àngels? Es obvio que Àngels recibió una contestación que era completamente evasiva (y que le sirvió para no contestarle, por cierto), pero dudo de que hubiera sido lo mismo si la pregunta hubiera estado hecha desde otro micrófono. Si las preguntas o la respuesta a esas preguntas vienen determinadas no tanto por la propia pregunta sino por quién las realiza... ¿Qué ocurre en realidad?

Entonces, mi pregunta, a donde quiero llegar, es a que si ahora, a día de hoy, las entrevistas a la gente las puede hacer el periodista que dirija el programa o los condicionantes de ese presentador son los que permiten o impiden hacer algunas preguntas. ¿Siempre hay comodines para jugar? Me gustan estos momentos de radio no tanto por lo que se genera, o por el debate (del que no nos acordaremos dentro de unos días o mañana mismo), sino porque me parece molón lo bien que retrata un momento político en concreto. ¿En qué momento un presentador puede asegurar o no que hace una pregunta no por machismo, sino por motivos políticos o porque le parece relevante por lo que sea? Es más importante ahora justificar las preguntas que contestar a las respuestas. Muy curioso lo sucedido.