Hablé este junio pasado de los 35 años de Catalunya Ràdio, que es la radio pública catalana de toda la vida. Bueno, claro... desde 1983. Este verano se han sacado de la manga un programa diario sobre la historia de la cadena (llamado «Dies de Ràdio», que se han quedado calvos poniendo el nombre), y cada programa iba de un aspecto distinto. Como este agosto me está quedando muy temático, me detendré en el programa que me recomendó un lector del blog que se llama Miquel.
El tema era la sintonía de Catalunya Ràdio, que es la misma desde el inicio de la cadena. Estuvieron hablando con Joan Vives, su compositor, y con un piano delante. Bueno... un teclado, ¿vale? Tampoco nos vamos a flipar ahora.
Estuvieron hablando de la sintonía... ¿Por qué era así? ¿Tenía letra al principio? Pues sí, había una letra inicial que decía que eran «la veu del nostre poble», pero al final se descartó y nunca sonó más que en los especiales en los que se habla precisamente de la sintonía. Y obviamente estuvieron hablando de distintas versiones, variaciones... Radiochip Ros:
La versión navideña del «25 de diciembre» con el jingle de la cadena... telita. Es molón para la época, pero molón (lo escucharéis alrededor del minuto 26). Me quedé loco con que la gracia de la sintonía está en una pequeña disonancia que hay, que la repiten mogollón de veces. A Miquel le hacía gracia la sintonía de deportes del año 1988, pero a mí me ha terminado pareciendo un poco «una romanada».
Bueno, pero... Esta entrada se llama «las hermanas Ros», y de las hermanas, de momento, ni palabra. Si habéis escuchado el radiochip con atención, habréis adivinado que las voces que cantan la sintonía de la cadena son las hermanas Ros. Se trata de Mª Carmen y Montserrat Ros Quinquer, naturales de Suria. provincia de Barcelona. Participaron en los «OT» de tele y radio de la época, pero saltaron definitivamente a la fama por participar en el «Radioscope» de Salvador Escamilla en Radio Barcelona. Intentaron ir hasta al festival de Benidorm (el que organizaba la REM). Se convirtieron en una especie de Supremas de Móstoles cuando no eran conocidas éstas. O sea: Unas voces que sonaban en mogollón de sitios, pero que nadie sabía de dónde venían. Por su extenso historial (del que he contado una pequeña parte) la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes le concedieron un premio en 2015. Así que... ¡Hagase justicia con las Hermanas Ros! (Germanes Ros si lo buscáis en catalán).
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