los cuarentena principales (37)

Durante estos meses hemos visto cómo las radios en general, al igual que las televisiones, pedían dinero para sobrevivir y cómo incluso alguna pedía pasta directamente a los oyentes. La causa era que, en época de parálisis económica, no se anuncia nadie. 

Así que he pillado una hora de radio de referencia para controlar los minutos de publicidad. De esta manera, viendo cómo han ido disminuyendo la publicidad, nos podríamos hacer una idea de cómo ha sido la bajada. Para eso he pillado una hora que tuviera mucha publicidad. Mirad que me he quejado veces y veces de la cantidad de publicidad que hay en el programa de Julia, sobre todo al final. No es de ahora... es de toda la vida. 

Pero gracias a que esta hora de 18 a 19 h de la tarde en Onda Cero tiene publicidad a saco, y gracias a que me conozco cuándo van las publicidades y menciones en esa hora como la palma de mi mano (una cuña opcional en el boletín, publicidad tras el boletín, una publicidad larga otra vez a menos 20 y unos 5 minutos finales al final del programa, así como una mención a veces que dejan para esa hora antes del bloque segundo), he podido meterme la currada de controlar cuántos minutos de publicidad han metido desde la última semana de febrero hasta antes de ayer. Y nos queda lo siguiente: 

La publicidad no es la misma todos los días de una misma semana porque
Julia va distribuyendo la publicidad según va yendo el programa y le
sale del mismísimo pie cada día. Por eso hay tanta variación.

El primer bloque es la última semana de febrero y los dos últimos datos
corresponden a los dos primeros días de junio.

He dejado la base de las líneas en verde claro porque parte de esa publicidad son indicativos y publicidades de la propia Onda Cero... Que si el programa de los animales (donde un día el invitado fue Grande-Marlaska, por cierto), que si tienes que escuchar a Taboada, a De la Morena... Todo eso. Lo he puesto así en ese color para que os deis cuenta de que la proporción de publicidad real (de la de ingresar perricas) es menor. Y sí... casi 20 minutos de publicidad en una hora de radio... No me vengáis a decir que si es mucho y todo eso... Que más que yo no se ha quejado nadie. Sumadle el boletín y el gabinete se queda en las raspas.

Vemos que los tres primeros bloques son la última semana de febrero y las dos primeras semanas de marzo. La cantidad de publicidad rondaba los 15 minutos (unos 12 minutos de publicidad de ingresar pasta). En cuanto empezó el confinamiento, los 10 minutos (unos 7 minutos reales). Fijaos en ese mismo viernes de primera semana de confinamiento... Muchísimo menos. 

Es en la primera penúltima semana de mayo cuando ya llegamos a cosas más o menos normales y es en la primera de junio cuando Julia se está pasando de nuevo de poner publicidad en esa hora a troche y moche. ¡¡Espacia, Julia, espacia!! Qué manía de matar al gabinete... Pero, si os fijáis, la cantidad de publicidad actual vuelve a ser como la de antes de la crisis... Aunque no sé si esto se debe a que los anunciantes se han puesto a contratar en plan a saco o porque la propia Onda Cero ha ido abaratando un poco la cosa para animar al personal a meter su publicidad. 

Desde aquí pido a Onda Cero que ponga la publicidad más cara. 

Es una radio, no una teletienda. Ya basta.

¿O sí es una teletienda?

La cuestión es que la crisis publicitaria se empezó a notar con el estado de alarma, que la segunda semana fue la peor y que la remontada ha ido poco a poco hasta llegar a finales de mayo y, sobre todo, junio. 

Si antes Onda Cero era poco menos que la radio donde a todas horas nos vendía cosa Ramiro López, ahora Onda Cero es la cadena donde nos venden patatas sin parar. Cualquier persona que haya escuchado Onda Cero durante este confinamiento está hasta las narices de decir... Patata. Radiochip hijoluso: 

Así que, de alguna manera, podemos hacernos una idea de cómo ha bajado la publicidad. De hecho, si nos ponemos finos, el número de cuñas autopromocionales de Onda Cero creció en el confinamiento... Pero he puesto todo el fondo igual de claro para hacernos simplemente una idea aproximada. Que ya me ha costado ir segundo por segundo.