apagar o cambiar de radio

El mito real es que se lo hagan aprender
a los chavales.

Tantos años y aún no había hablado en el blog de cuando uno está oyendo la radio y la cambia porque se enerva. Quizá porque soy un oyente demasiado estándar (que no oigo cosas muy distintas al resto de la gente), y quizá porque a la vez soy un oyente raro: no soy de esos que cambian de cadena o cambian la radio porque algo de lo dicho le moleste. No soy de los que le hablan a la radio enfadado, no soy de los que gritan mientras contradice al que habla... Tengo que decir que soy un oyente muy pasota. 

Sé que la gente es muy de ponerse enferma cada vez que oye cosas que no le gustan: por eso la gente elige su emisora generalista según su agrado político. Supongo que todos tenemos nuestro umbral de desesperación. El mío oyendo la radio es altísimo. 

Por eso me sorprendí el otro día... Estaba escuchando una entrevista a una señora en el «Hora 25» que me estaba sacando de quicio. Me sorprendió completamente que algo o alguien hicieran que casi cambiara de emisora... si no llega a ser porque tengo un blog y vi que necesitaba hablar de esto. Escuchad las cosas que dijo esta señora en este radiochip de andar por las nubes:

Total, que si vais al minuto 5... Cuando la mujer dijo lo de que en los institutos o colegios se sigue haciendo aprender la memoria la lista de los reyes godos... Mira... Encima va la tía y lo dice como si tuviera conocimiento de causa. ¡¡¡Pero hombre, por dios!!! No soporto estos ínvent tan gigantes y tan gratuitos. Estas cosas que se repiten mil veces y que dan como ciertas... 

A ver, que ya hace unos cuantos años de cuando yo fui al colegio, y ni siquiera en mi tiempo se estudiaban. De hecho, es una época de la que se pasa completamente, en general. ¡Por cierto! Tengo una entrada de hace un par de años sobre reyes godos, porque existieron también. 

Cada uno tenemos un umbral en el que automáticamente cambiamos de cadena o cambiamos la radio. En mi caso, está claro: o el aburrimiento o este tipo de cosas. Me ocurre lo mismo con Arantxa Tirado cuando está en el gabinete de Julia Otero. Se mete unos inventos de tal tamaño que termino cambiando, porque eso de inventarse la realidad o decir palabras vacías veo que no me lleva a ningún sitio. Soporto que digan cosas con las que no estoy nada de acuerdo, por muy burras que sean, porque siempre pienso que es interesante saber qué opina la gente, pero eso de escuchar palabras vacías o inventos de este tipo... Pues mira, me pone malo. 

Así que no sé cuál es ese umbral que os hace cambiar de radio o, directamente, apagarla del cabreo. Hay gente a la que no le afecta nada y hay gente a la que le afecta todo. Vosotros diréis. Donde más patente se hace esto es en la política y en el fútbol... Pero... Es que hay umbrales de todo tipo.