viejo como un móvil

Cuando uno pasa de edad, se pone a pensar en todas esas cosas de ahora que no eran como antiguamente; cuando uno era un adolescente o así. 

Todo cambio, toda tecnología, toda novedad, suele seguir una curva sigmoidal: Empieza a lo jíbiri, luego empieza a crecer a una velocidad tan grande que la adaptación es ciertamente difícil o nos parece muy tocha, luego empieza a progresar mucho, pero de manera más lenta, y al final toda tecnología madura y nos da tiempo a que nos acostumbremos. 

Esto ha pasado con los móviles.

A finales de los años 90 eso era una cosa naciente y cutre, cara y flipante. De hecho, hace unos años puse un radiochip de cuando Gemma Nierga llamó a una chavala que tenía móvil en el instituto. ¿Qué pasaría con eso de los móviles allí? ¿Se podía prohibir o no? Se abría un melón. 

Años más tarde se popularizaron muchísimo, y era todo tan caro y exclusivo (para los del montón) que nos pasábamos el día haciendo perdidas. «Me haces una perdida» decíamos. Se mandaban mensajes de texto en los que la economía del lenguaje era tremenda, casi llegando a la ilegibilidad, y en vez de hablar de emoticonos, se hablaba de si íbamos a escribir en el futuro sin vocales, y cosas así. También se hablaba de que en el futuro, los pulgares del personal serían como los tubos gordos de PVC. O más duros y fuertes. 

Ya no os digo nada de las dos grandes revoluciones del móvil antes de que se pudiera navegar por internet sin dejarte la vista: los politonos (que gracias a Dios ya no se bailan en la tele) y, sobre todo, las fotos. Que un móvil pudiera tomar fotos era lo más. 

Y de eso va el radiochip de hoy.  ¿Veis la imagen? Es un Nokia 7250i. Mi primer móvil no fue un Nokia sino un Motorola gris, muy molón, con su pantalla verde. Pero este móvil en 2004 lo petaba. No es que sepa mucho de móviles, pero el radiochip de hoy nos recuerda cómo vendían este aparato como si fuera el último botellín de agua en el desierto: 

Es que es flipante... Con cámara, polifónico... ¡Y con juegos Java! Y te compraban el móvil antiguo en The Phonehouse y todo. Es que además te lo vendían libre. ¡Libre! Es que en aquel entonces en España nadie se compraba móviles libres... Te los pillabas ya teóricamente gratis por hacerte de tal compañía. Claro, te lo daban gratis pero te cobraban la sangre entera. En el extranjero la gente se compraba móviles libres (como ahora hacemos) pero en aquel momento España era así. 

Y da cosa pensar que toda esa gente que nació el año en que se empezó a vender ese móvil... este verano ya son mayores de edad. Es que es flipante pero del todo.