Lo suelo decir mucho: si hubiera algún premio Ondas póstumo, se le debería dar uno a Juan Antonio Cebrián. Murió de repente, y recuerdo perfectamente echarme a dormir aquella noche, escuchar la sintonía y... la noticia de su muerte. No podía ser verdad.
15 años después de su muerte sigue teniendo recuerdo entre los oyentes de radio y entre los que la hacen. De hecho, la semana pasada los oyentes tuvimos ración doble de recuerdo: primero, en «El Colegio Invisible» (que, por cierto, no he hablado aún de este programa) y después, obviamente, en «La Rosa de los Vientos». Los radiochips de hoy están claros: estos dos programas especiales. Radiochips cebrianes:
Fue curioso cómo en «El Colegio Invisible» se pudo escuchar de nuevo a todas las ces posibles y esa gente que quizá no iban a estar presentes en el otro sitio. No hubo interacción, pero moló que al menos en su homenaje compartieran espacio herciano. En el especial en el espacio de Cardeñosa estuvieron las voces de Alsina, Fran Pomares, Juan Diego Guerrero, Agustín Alcalá, Javier Sierra, Eva Orúe, Nacho Ares...
Decía Alsina algo con lo que estoy de acuerdo: él tenía un don. A veces, hay personas que tienen un yo qué sé que no sé si es posible ser enseñado o aprendido. No sé si ciertas habilidades en comunicación no se pueden entrenar... que o se tienen, o no. Obviamente, está claro que Cebrián era de los que tenía ese algo que hace que tantos años después aún estemos hablando de él. Hace nada hablé del final de su programa anterior, si es que había mucha diferencia entre una cosa u otra: muchas veces, un programa se puede llamar de manera diferente, pero al final es el programa de esa persona que tiene tales habilidades comunicativas. Y no, no siempre estuvo en Onda Cero ni creo que le valoraran adecuadamente. Creo que muchos jefes no tenían muy claro a quién tenían entre sus filas. Recordaron que si la alerta OVNI, los versus, los pasajes de la historia, de algún rey reyes godo que otro, de especiales... Y yo incluso añadiría su saber radiofónico hasta en los pequeños detalles.
Como decía él, se podía hacer radio de madrugada con algo más que llamadas, música y no sé qué. Obviamente, hay mogollón de gente que en YouTube, en radios, en televisión..., que en muchas plataformas hay gente a la que le gustaría hacer cosas novedosas y tienen ganas. Igual es momento de pensar en llenar la radio de gente que tenga ganas de hacer lo mismo que él: lo que le gustara y con muchas ganas. Y con esa cosa misteriosa que tiene alguna gente.
Para el recuerdo, sus dos últimos programas.
ResponderEliminarhttps://archive.org/details/lrv1415oct2007
https://archive.org/details/lrv15102007
Alsina también dijo de él:
ResponderEliminar“Juan Antonio tenía la virtud de hacer interesante cualquier cosa que contara y te quedabas ahí pegado hasta que terminaba el relato. Y luego que siempre estaba de buen humor, que es un cosa que yo nunca terminé de entender, siempre estaba de buen ánimo. Él siempre feliz como una lombriz y con esa conexión personalísima que tenía con su legión de seguidores. Ese don él lo tenía como nadie: el don de comunicar y el don de fidelizar”.
Nadie mejor que Alsina para hablar de Juan Antonio Cebrián. Ni siquiera su viuda, Silvia Casasola. Deliciosa entrevista en "Sinfonía de la mañana" (RNE Clásica) hace 1 año: https://www.rtve.es/play/audios/sinfonia-de-la-manana/mozart-aloysia-musica-silvia-casasola/6130462/
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