Un amigo me ha contado ya como mil veces cuando en su barrio, a la salida del instituto, se iba con unos amigos y hacían un programa de radio donde ponían sus músicas (de rock y heavy, como en todas las radios de barrio) y decían sus paridas. No es el único que me ha hablado de sus pinitos en esas radios de barrio en que se escuchaba todo de pena y que se podía escuchar a un par de kilómetros a la redonda.
En mi barrio emitía Radio MAI, estaba en otro barrio Radio La Granja, en otro lugar estaba Radio Topo (que es una de esas llamadas «radios libres», Radio Las Fuentes emitía (obviamente) en Las Fuentes... Eran emisiones que tenían como oyentes principales la gente cambiando de cadena durante 3 minutos y los otros 4 amigos del barrio o de clase que pasaban de ir al programa pero se los ponían para reírse con ellos o de ellos.
Oye... Pues una función social cumplía. Este verano, por ejemplo, en la COPE para toda España está Luis Larrodera, que empezó en Radio Las Fuentes. También empezó en Radio Las Fuentes una de las voces de Radio Zaragoza (y Los 40 de Zaragoza) de toda la vida para mí: Beatriz Pitarch. El radiochip de hoy no es un programa de Larrodera, sino uno al azar de Beatriz Pitarch en 2014 presentando el «A Vivir, Aragón» en verano. Radiochip pitárqueo:
¿Qué ha pasado con estas radios de barrio? Nada. Ahora se encuentran entre esas «radios por internet». O numerosos de los famosos podcast. Antes se reunían los amigos para hacer un programa de radio y ahora hacen vídeos de Youtube para que el mundo les vea, o hacen programas de radio esperando que su mensaje sea escuchado. Qué cosas... Antes, como mucho se podía aspirar a que te escucharan los 4 amigos de tu barrio y algún despistado. Ahora, la audiencia potencial es absolutamente todo humano conectado a internet en el planeta, y ya no se tienen asegurados ni esos 4 amigos del barrio.
Qué paradójico. Durante muchos años la gente postureaba con que «ya no emitían para el barrio, sino para todo el mundo» y su audiencia real ha pasado de 4 amigos y 4 curiosos del barrio a un amigo que escucha el programa única y forzadamente a la vez que se lo enseña uno mismo por internet desde su propio ordenador. Los programas cutres de barrio desaparecen a medida que las emisiones se diluyen en el magma de internet.
Así que desaparece la crítica de cercanía. Si alguien quiere transmitir algo, prefiere soñar en ser el Rubius o Auronplay que en el ligón pinchadiscos de la emisora. Porque además las emisoras de las ciudades carecen de pinchadiscos en esas ciudades.
Esto es como lo de los establecimientos comerciales cuando vas por el centro de cualquier ciudad europea. Ya sabes lo que te vas a encontrar... McDonalds, Burger King, H&M, Zara, Mango, Pull & Bear, KFC... Y todas las franquicias que os podáis imaginar. Con la radio pasa un poco lo mismo. Antes éramos esclavos de nuestro pequeño dial. Con el tiempo, el número de concesiones (y de radios piratas) permiten que podamos pillar una cantidad de radios en FM mucho mayor de lo que permite sobrevivir a la radio local. Añadimos ahora internet y la TDT... Al final, en todas las ciudades tenemos nuestro ramillete de emisoras grandes y de calidad que hace que no estemos «obligados» a pinchar en esas radios en las que cuatro heavys que son además vecinos cuentan sus chorradas.
La cuestión es que antes la gente se fogueaba en radios cutres, luego iban a las radios grandes «a ver qué tal»... Y ahora el método de entrada es muy distinto. Además, ¿dónde van? ¡Pero si apenas hay programación local! Es más... La poca programación local que hay está hecha básicamente por periodistas, y la radio de entretenimiento queda automáticamente excluida de la emisión local. Sólo cabe esperar que el periodista al que hayan fichado tenga un poco de vis cómica por si tiene que hacer algo que se salga del canon de presentador que reparte juego entre entrevistados o debatientes.
Es gracioso cómo hace unos cuantos años mucha gente se lanzaba a internet para cascar algo así en plan "yo compito con la SER" delante de la familia y amigos. O "yo tengo una radio que compite con Los 40". Sí, claro... todo cutre. La gracia que tenían las radios de extra-cercanía era precisamente la extra-cercanía. Ponte a competir con una emisora grande y sin ese interés morboso de ser el que se junta con el hijo de la del 4º.
Las radios pequeñitas por internet (las cutrecillas, las medio punkarras mal hechas y los podcast cutres) son las radios de barrio actuales. Su audiencia y grado de conocimiento es inversamente proporcional a la audiencia potencial que tienen.
OYe, pues este post se acerca al tema de las radios libres y comunitarias que creo que aún no se ha tocado por este blog. Aquí en Galicia subssisten varias. No sé con qué audiencia, pero el caso es que ahí están, eso sí, algunas no muy bien de fondos por lo que me cuentan. Y algunos programas no están mal. Radios comunitarias son, por ejemplo: http://piratona.alg-a.org, http://cuacfm.org, etc. todas las radioc comunitarias que yo conozca en Galicia emiten también por FM. sobre Radio Piratona puedo asegurar que la cobertura no es todo lo mala que podría ser.
ResponderEliminarUn saludo.
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ResponderEliminarBuenas, yo siempre he leido tu blog pero considero (contando esto desde un punto de vista constructivo y no destructivo) que las opiniones que se viertes sobre las radios de barrio o libres están un poco distorsionadas. En la historia de las radios libres han existido muchos tipos de emisoras, desde estudiantes de electrónica que fabricaban sus equipos, colectivos de izquierdas, anarquistas, hasta de ultraderecha, emisoras de asociaciones de vecinos, de grupos "de amigos", etc... Estas han sido una cantera para muchas personas que se introdujeron de lleno en el sector de la imagen y del sonido, hasta gente que luego ha hecho carrera en emisoras locales y hasta nacionales del grupo SER, COPE , Onda Cero, etc y conozco casos muy cercanos. Por cierto, una cosa de la que poco se ha hablado, la "arradio la voz de la experiencia cadena del water", una auténtica emisora pirata en Madrid con tres frecuencias y hasta superando en oyentes y popularidad a las grandes de Madrid habiendo sufrido varios cierres...
ResponderEliminarOtra cosa, se me ha olvidado decir que en los 90 el ministerio de educación daba 2 horas a los centros públicos para que pudieran emitir por las tardes, esto iba dirigido a los alumnos de imagen, sonido, periodismo que emitían por las tardes con el fin de hacer prácticas... de ahí vino el boom de la radio escolar.
ResponderEliminarMe fascina como cuando menos te lo esperas, el blog le mete guantazo a internet.
ResponderEliminarTu razonamiento, haciendo un paralelismo un poco sacado de quicio, podría ser:
Antes los chavales hacían pintadas en los retretes de los cuartos de baño. Antes los leían sus compas cuando iban a cagar, y ahora que escriben para todo el mundo no les lee nadie. Lo diver que era que insultaran a la de biología y ahora hacen chistes copiados de La Hora Chanante.
Pues eso, esto es tan absurdo como lo que has escrito.
Pero no es un guantazo a internet... Si internet es absolutamente genial. No hay guantazo alguno a internet.
EliminarEstoy hablando de que antes había audiencia cautiva y poca audiencia potencial. Con internet no hay audiencia cautiva y mucha audiencia potencial.
Si tienes que competir con absolutamente todo, algo de baja calidad pasa directamente a ser desconocido.
No hay guantazo alguno a internet: Internet es sólo una circunstancia.
Yo lo veo más como una descripción de La vida moderna: La vida moderna es cagarse en el profesor de biología a través de twitter.
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