Ya he dicho por aquí
alguna vez que nunca he sido de Sabina. No digo que sus canciones me parezcan horrorosas, que me lo quitase cuando sonaba y todo eso (como me pasa
con Aute, que hasta cambiaba de cadena cuando ponían cosas suyas, porque no lo soportaba, igual que el jazz, que me pone nervioso), pero bueno, lo que peor he llevado siempre de Sabina es toda esa gente tan fanática que cuando vas en coche te pone el disco y ¡hala! es que es Dios, y para alante.
A Sabina le han funado claramente estos días.
Un compañero mío de tesis era muy de Sabina. Llevaba muy a gala saberse todas sus canciones, que si se las ponían sus padres todo el rato, que si era lo mejor del mundo, que es el máximo exponente de toda la música española... Un brasas, vaya. Mirad que era compañero y amigo mío, que lo sigue siendo, pero el tema Sabina... bueno, él ya sabe que no lo soportaba.
Por supuesto, mi amigo odiaba a Pablo Iglesias porque le parecía de derechas. Mi amigo, Ramón, exagerando un poco, no ve diferencia entre Errejón y Vox. Él sigue aún en la onda del PPSOE y todo aquello, y claro, Pablito le parece un blandito. Ojo, que no estoy haciendo chiste inventándome un personaje... Que mi amigo Ramón existe, que no es un recurso para escribir sobre el radiochip de hoy.
Pero mi amigo Ramón no es el único que escuchaba Sabina. Porque Sabina no era de escucharse en una radiofórmula o cuando sales por ahí, claro. Es una cosa que te cuentan cuando vas en el coche con alguien, o cosas de esas. Conozco más gente que es muy de Sabina y, por supuesto, la ideología por delante. Nunca entendí muy bien por qué. O sea, me parece genial que esto sea así, pero lo que me intrigaba era saber la dirección del flujo: ¿si eres de tal ideología terminabas escuchando Sabina por eso de que en ese grupo se escucha eso, o empiezas escuchando Sabina y terminas encontrando que tu filosofía es esa?
Hay una cosa clara: las ideologías pueden cambiar, pero las canciones, tal y como están escritas, no. Si te parece que las letras de Sabina son lo más y que te tocan el alma, pues te la tocan. ¿Qué tiene que ver eso con la ideología? Pues no lo sé, pero así es experimentalmente.
Voy a meter aquí un radiochip previo, que es de Jabois en el «Hora 25» hablando de esto tan sorprendente y actual como que Sabina ya no se considera tan de izquierdas. Radiochip sabinero:
Lo sé, os la he colado. No, este radiochip no es de Jabois el otro día criticando a Sabina, sino de hace unos pocos años en el programa de Pepa Bueno hablando de lo de la afonía de Sabina y Pancho Varona justificándolo. Qué majo era Sabina, qué digno todo... Jabois estaba a tope con Sabina. Qué buen rollo, que fíjate Sabina era canción... Bueno, bueno, genial.
Y ahora, sí, efectivamente, Jabois sobre Sabina y su pronunciación ideológica:
Y el radiochip de hoy es de 2003, porque hace casi 20 años el mismísimo Víctor Manuel producía un disco en el que 13 mujeres (la condición que decían fue puesta por Sabina) cantaban las grandes canciones de Sabina: Rosario, Ana Belén, Niña Pastori, Chavela, Pasión Vega, María Jiménez, Tamara (la llamada buena por algunos), Sole Giménez, Julieta Venegas, Lúa Ríos, Olga Román, Carmen París y Adriana Vega. El mismo Víctor Manuel estuvo hablando de este disco en el «Hoy Por Hoy» con Iñaki Gabilondo en 2003, donde estaba por ahí otro tachado de facha por Iglesias (Miguel Ángel Aguilar), estaba Javier Rioyo... Aquí va:
Visto con ojos de hace unos pocos años, una reunión para hablar de música de gente de izquierdas. Ya os digo que yo, como no soy de esa generación antigua, lo de los cantautores protestando y tal me queda lejos. Lo curioso es que con los ojos de hace 4 días, como quien dice, ahora serían detestables rojipardos (que aún no termino de entender el significado de esto), que vendría a ser algo así como lobos con piel de cordero y que son peores que los propios lobos y a los que hay que señalar como herejes de esa iglesia.
De la misma manera que yo no he sido jamás de Sabina, alucino con toda esa gente que dice que lleva diciendo de toda la vida (según cuentan en Twitter) que obviamente Sabina era un drogadicto pijo hijo de un policía franquista. Hombre, si todos los hijos de policía de aquella época están obligados a ser franquistas, Sabina la ha dado con queso durante varias décadas. Sabina es un crack. Igual es que como cantante era malo, pero como actor, el mejor.